Ecos de la Costa
23 de enero de 2007
Vicente Oria Razo*
En las semanas pasadas y en estos días, se ha informado sobre las gestiones para conseguir la asignación de mejores presupuestos para las instituciones de educación superior, la cultura y la ciencia y la tecnología. Particularmente, el rector de la UNAM Juan Ramón de la Fuente y dirigentes de la Academia Mexicana de la Ciencia, han hablado sobre reducciones a la inversión en ciencia y tecnología. Dicen que son medidas contrarias al interés nacional y a recomendaciones de la UNESCO.
En relación a los presupuestos para educación, cultura, ciencia y tecnología, el pasado 17 de este mes de enero habló la secretaria de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota. Expresó que el presupuesto para educación por ningún motivo se tocará para reducirlo. Dijo que está blindado. Aseguró que hay una política institucional para la ciencia y la tecnología y que la relación con la UNAM es cercana y de colaboración.
Frecuentemente se ha llamado a la sociedad en general y a los empresarios en particular, a impulsar y apoyar a la investigación en ciencia y tecnología. Se ha dicho que nos movemos a la siguiente fase del desarrollo o nos quedamos estancados junto con lo países rezagados que tienen que vender la mano de obra cada vez a precios más baratos.
Tiene un indudable interés para la sociedad y la nación toda labor que se realice en nuestro país para desarrollar la ciencia y la tecnología, de acuerdo con las peculiares necesidades nacionales. Es indispensable fomentar la investigación y aplicación de la ciencia y la tecnología, y al mismo tiempo, estimular a los investigadores y creadores. Esta es una tarea fundamental para construir un país más fuerte, próspero y justo.
Se ha informado que los países que están aumentando su productividad económica son los que han sido capaces de elevar en forma continua su gasto en ciencia y tecnología y en la última década en sus empresas han promovido el establecimiento de apropiados sistemas de calidad. Es necesario desarrollar la modernización tecnológica y asegurar la calidad de los procesos productivos.
Lo positivo es que en México ya está tomando forma un verdadero movimiento en favor de la calidad. En el medio industrial se ha elevado el interés por la calidad, de acuerdo con las normas de aceptación internacional. Hay preocupación empresarial por establecer sistemas que aseguren la calidad y lograr su certificación en ISO 9000. Esto es necesario como pasaporte para exportar y en México existen más de 20 mil empresas exportadoras.
Para competir en los mercados globales del mundo moderno se debe fomentar en nuestro país la ciencia y la tecnología y la preocupación por crear una cultura de la calidad. Los mexicanos no podemos permanecer al margen de la revolución científica y tecnológica como simples espectadores. No podemos tampoco apartarnos del gran movimiento internacional de gestión y aseguramiento de la calidad de los bienes y servicios que se ofrecen.
Nuestra nación reclama personas con una formación cultural mexicana y que además tengan los conocimientos fundamentales de la mecánica, la electrónica, la hidráulica, la tecnología química, la cibernética técnica, la genética, la informática aplicada, la robótica, la organización, administración y dirección científicas de la producción. El país necesita muchos buenos mexicanos que además sean excelentes investigadores, científicos y técnicos.
En México se debe alentar la labor de nuestros sistemas educativos destinada a crear los recursos humanos, que son necesarios para desarrollar nuestra propia ciencia y tecnología y para hacer más productivas las actividades de los mexicanos. El capital más valioso para México está en la preparación de su pueblo. Desde hace tiempo ya es una verdad ampliamente aceptada que un país es más grande y avanzado por sus sabios y científicos que por sus negociantes.
*Periodista