Hacia un uso ético del conocimiento cientí­fico

Excélsior
25 de octubre de 2006
Thelma Gómez Durán

El doctor Ruy Pérez Tamayo defiende esta postura que califica como una «opinión minoritaria y poco popular»

Los códigos de ética cientí­fica deben normar la actividad de quienes emplean el conocimiento (polí­ticos, gobernantes, empresas, incluyendo a los cientí­ficos(, pero no a la ciencia.

El doctor Ruy Pérez Tamayo defiende esta postura que califica como una «opinión minoritaria y poco popular». Para él, los «juicios éticos no son aplicables a las cosas, sino a los seres humanos, a las acciones y a las intenciones, algo que tiene muy poco que ver con la práctica de la ciencia, con el desarrollo de métodos para generar conocimiento».

El Premio Nacional de Ciencias 1974, investigador emérito y miembro de El Colegio Nacional fue el primer ponente del coloquio Ciencia y í‰tica en la Globalización, organizado por la UNAM, la Academia Mexicana de Ciencias y el Instituto de Investigación y Desarrollo en Francia (IRD), que comenzó ayer en el Instituto de Astronomí­a de la UNAM.

En entrevista, el doctor Pérez Tamayo acepta que los avances cientí­ficos han creado nuevos problemas éticos que antes no existí­an. «Hace cincuenta años era perfectamente legí­timo trabajar en lo que uno quisiera, sin poner mucha atención en las consecuencias que esto tení­a», resalta el cientí­fico que considera que el problema ético recae en la forma en la que se utiliza el conocimiento, sobre todo en el ámbito de la tecnologí­a.

«La generación del conocimiento no puede estar sujeta a juicios éticos; lo que hacemos con el conocimiento es otra cosa».

El profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM se pone a sí­ mismo como ejempl «En mi laboratorio estoy tratando de generar conocimiento básico sobre los mecanismos moleculares de una enfermedad que es muy frecuente en nuestro paí­s, para ver si encontramos una solución, pero no sé lo que voy a descubrir.

«Vamos a suponer que encuentro una toxina que es capaz de
embrutecer a 90 por ciento de la población. Si se decide utilizarla, no va a estar en mis manos; la decisión puede estar en manos del secretario de Salud, el Presidente o un militar. Esas acciones sí­ son sujetos de la ética».

La ética en la ciencia es un tema que apenas comienza a tratarse en México, comenta Pérez Tamayo. «Los cientí­ficos estamos comenzando a escuchar a los filósofos; estamos empezando a desarrollar un lenguaje común, para podernos entender».

En este contexto, el doctor René Drucker Colí­n, coordinador de Investigación Cientí­fica de la UNAM, propuso crear una Comisión Nacional de Arbitraje Cientí­fico. Una de sus funciones, dijo, serí­a evaluar proyectos y resolver problemáticas técnicas en los campos cientí­ficos.

Durante la inauguración del Coloquio Ciencia y í‰tica en la Globalización, el doctor Juan Pedro Laclette, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), resaltó que el desarrollo espectacular de las ciencias biológicas, así­ como el hecho de que ahora la ciencia no sólo se hace en las universidades, sino también en laboratorios del gobierno o de la iniciativa privada, son temas para los cuales, en muchas ocasiones, no se tienen normas éticas y hacen evidente la necesidad de hacer una reflexión al respecto.

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