La Jornada de Oriente
04 de mayo de 2006
Jaime Ornelas Delgado
TENDAJí“N MIXTO
Puebla.-
1. Si usted recorre la ciudad y observa la propaganda política, pareciera que en el proceso electoral en curso únicamente participan dos partidos, y ninguno de ellos es el PRD. No sé si los perredistas crean que perjudican más a su candidato haciendo trabajo de propaganda política en su favor (y mire que pueden tener razón( y por eso se abstienen de hacer cualquier cosa para apoyarlo, o no saben cómo asumir alguna iniciativa política. La ofensiva de la derecha es brutal, y los perredistas parecen creer que tan sólo con la autoridad moral del candidato se pueden ganar las elecciones, y olvidan la necesidad del convencimiento electoral; parecen creer que no es necesario acudir a los electores, que basta tener un candidato con las mejores propuestas para ganar; que López Obrador es inmune a la campaña mediática de odio y miedo, en la que sus enemigos lo presentan como un peligro para México, que la televisión ya no tiene tanta influencia como antes . En fin, quién sabe qué creerán, pero ya es tiempo de que empiecen la campaña electoral. El 2 de julio está cerca, pero lo que ocurra después puede ser peor.
2. Aunque desde el poder se insista en que, bajo la globalización neoliberal, lo de hoy es la competitividad en cuyo logró deben colaborar patrones y trabajadores y que hablar de lucha obrera es anticuado, premoderno y responde a teorías pasadas de moda puesto que las clases sociales han dejado de existir para ser sustituidas por los ciudadanos con derechos iguales, las cosas no parecen ser tan simples y, a pesar de todo, incluidos los discursos que banalizan la realidad, la lucha de clases está de regreso en México. Lo prueban los recientes combates de los mineros, las multitudinarias marchas de miles de trabajadores y, sobre todo, la creciente virulencia de los patrones que demandan mantener al Estado de derecho (incluso disparando contra los mineros si es necesario), o su amenaza de acusar a los mineros de terroristas (y recuérdese que todo terrorista debe ser aniquilado, Bush dixit). El gobierno foxista, que ni siquiera pretende ser conciliador en estos conflictos, ha respondido más bien a lo que ha sido su divisa de siempre: ser un gobierno de empresarios para empresarios. En todo caso, si la lucha de clases se exacerba no es debido a los trabajadores, que bastante pacientes han sido ante el deterioro de sus condiciones de trabajo y la creciente pérdida de sus prestaciones, las razones hay que buscarlas en una patronal que quisiera suprimir los derechos laborales (lo que púdicamente llaman ¡flexibilidad laboral!) y un gobierno que se ha puesto incondicionalmente a su servicio.
3. Nuevamente los investigadores mexicanos han levantado la voz, para expresar los problemas por los que atraviesa el desarrollo científico y tecnológico en México, tan despreciado por el gobierno foxista. En efecto, esta vez como otras al concluir su gestión como director de la Academia Mexicana de Ciencias, Octavio Paredes denunció que en los últimos años: ¡México perdió dinamismo, rumbo y continuidad en las políticas públicas para educación, ciencia y tecnología!, y pidió al próximo presidente modificar el rumbo y destinar, como establece la ley, por lo menos el uno por ciento del Producto Interno Bruto al desarrollo científico y tecnológico del país, ya que actualmente se destina apenas el 0.46 por ciento (el porcentaje más bajo para los países del mismo nivel de desarrollo que México(, monto que resulta absolutamente insuficiente como para esperar un desarrollo creativo e innovador de la ciencia o la tecnología puestas al servicio de la nación. Además, en un documento enviado a los todos los candidatos a la presidencia de la República, Octavio Paredes les sugirió: ¡considerar al conocimiento y la innovación como bienes públicos e instrumentos estratégicos para combatir la pobreza y la desigualdad, mejorar la competitividad, afirmar las libertades democráticas, incrementar la participación social en su generación y catalizar la inserción de México en la sociedad de conocimiento!, exactamente todo lo contrario de lo que se hace hoy en México y de lo que proponen los candidatos de la continuidad.
4. En Puebla el 50 por ciento de las empresas se niega a pagar el reparto de utilidades; los despidos afectan a cada vez más trabajadores y el empleo precario se generaliza. Tal vez por eso, y para que no se oigan muy fuerte sus protestas, los líderes charros suspendieron el desfile oficial del primero de mayo. No obstante, muchos trabajadores marcharon y mostraron que ya se han levantado y ¡su marcha de gigante! no podrá detenerla nada ni nadie.
5. Que nadie se llame sorprendido, Evo prometió nacionalizar los hidrocarburos y ya lo cumplió.