La Crónica de Hoy
06 de abril de 2006
Raúl Cruz en Culiacán
Para que México pueda salir del atraso tecnológico y científico que ahora tiene «el camino es la nanotecnología y nanociencia. Ahí está la ocasión de subirnos en el tren de la oportunidad, porque ambas ramas son consideradas la segunda revolución industrial», señaló Humberto Terrones Maldonado, investigador del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT).
En la mesa «Ciencia y Tecnología», celebrada en Espacio 2006, Terrones Maldonado criticó las formas en que se dirigen los apoyos en México, «las decisiones en nuestro país son como lanzar una flecha y donde cae, se pone el blanco para nunca equivocarse».
«Así no podemos seguir y mucho menos dependiendo de que la producción científica del país recaiga sólo dos instituciones como el IPN y la UNAM, cuando hay regiones que pueden aportar muchos conocimientos».
El especialista en nanotecnología explicó que «una de las aplicaciones que pueden ser el mejor ejemplo de los avances de la nanociencia es cuando está pueda suplantar al acero, pues con nanotubos creamos un material cien veces más resistentes a esté». «Imagínense que se acabe la industria del acero y todos sus beneficios se vayan a países que apostaron a las nuevas tecnologías, ese es el mercado que debemos buscar pero, lamentablemente, aquí es complicado pensar en apoyos, más sí se es científico».
Mientras, Luis Eugenio Todd, director de Ciencia y Tecnología de Nuevo León, sostuvo que «el problema del nulos avances está basado en actitudes de quiénes manejan al país. La política no acepta contradicciones, la educación descriptiva que prevalece en las aulas tampoco acepta la contradicción, entonces todo el modelo está alejado del método científico y, así, de inicio ya estamos mal».