Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/215/16
Ciudad de México, 23 de septiembre de 2016
Identificado por primera vez en 1937 en Uganda, África, el Virus del Oeste del Nilo (VON) se ha ido extendiendo por aquel continente, así como en Europa, Oriente Medio, India y América. El primer caso reportado en Estados Unidos ocurrió en 1999 y desde entonces se han reportado más de 39 557 casos de infecciones, con mayores incidencias en los meses de julio a octubre.
El último informe emitido por los Centros para el Control y Prevención de Estados Unidos el pasado 20 de septiembre de 2016 reportó que un total de 46 estados presentaban infecciones por VON con 868 casos en lo que va del año, de los cuales 448 (52%) fueron clasificados como enfermedad neuroinvasiva (meningitis o encefalitis).
En México se han documentado infecciones desde 2003 sin que sean consideradas una emergencia sanitaria; no obstante, lo que sí se debe hacer por la cercanía con el vecino país del norte es mantener una permanente vigilancia epidemiológica a nivel nacional y llevar a cabo medidas preventivas para evitar picaduras del mosquito Culex pipiens, el principal vector transmisor de VON, recomendó la doctora Susana López Charretón.
El virus se replica principalmente en cuervos y palomas, en ese sentido, explicó que “el reservorio natural del VON son aves y puede adquirirlo el ser humano a través de la picadura de mosquitos; afortunadamente, no se ha documentado que el virus se pueda transmitir de persona a persona por medio del mosquito, lo que lo hace un poco diferente a otros virus de la familia”.
La llegada de este virus al país depende también de las aves migratorias, ya que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) los sitios donde se producen los brotes se encuentran a lo largo de las principales rutas de las aves migratorias de la familia Paserinae y Corvidae. En América estas rutas van desde Canadá hasta Venezuela. Por otro lado, con la globalización, las larvas de los moscos transmisores pueden ser transportadas por diversos medios y establecerse en ambientes templados.
La investigadora adscrita al Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México indicó que la infección con este virus solo causa síntomas en el 20% de las personas que son infectadas, y se presenta como fiebre, dolor de cabeza y articulaciones, náusea, vómito y erupción cutánea, en casos más graves el paciente desarrolla encefalitis, que consiste en la irritación e inflamación del cerebro, en este punto la enfermedad puede ser mortal.
“El problema de todos estos tipos de infecciones con flavivirus es que los síntomas son muy parecidos al inicio, tenemos luego diversas complicaciones, pero por sintomatología es muy difícil diagnosticar la infección con VON. Esto, aunado a que sabemos que de cada 100 personas a las que se les detecta este tipo de enfermedades febriles con dolores articulares y musculares, solo 10% puede ser diagnosticado con algún virus. Esto nos sugiere que hay un 90% de otros posibles virus que no estamos diagnosticando”.
De los flavivirus existen aproximadamente 140 diferentes virus que se transmiten por mosquitos y garrapatas. Del Virus del Oeste del Nilo el subtipo 1 es el que ha causado los brotes más recientes, subdividiéndose en 1a, 1b y 1c, siendo el subgrupo 1a el más agresivo, mientras que los virus clasificados dentro del subtipo 2 se han observado principalmente en África, Rusia, Hungría, Italia y Grecia los cuales provocan infecciones asintomáticas o afecciones leves.
El VON se transmite a los caballos también por picadura de mosquito, en Estados Unidos se detectó porque se empezaron a registrar encefalitis equinas, con una alta mortalidad en caballos, pero también algunos de los dueños de estos animales empezaron a presentar encefalitis y localizaron que se trataba de un mosquito transmisor.
“Hay una vacuna para caballos autorizada para uso veterinario, pero para humanos no hay. Como en otras enfermedades, el tratamiento solo es para paliar el dolor, vigilar e hidratar, porque el problema de esta enfermedad es que un pequeño porcentaje puede desarrollar encefalitis o meningitis y eso conlleva a problemas más severos y hospitalización”, comentó la especialista en rotavirus.
En México hay un grupo de virólogos en el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco, con base en Guadalajara, el cual encabeza el doctor Darwin Elizondo-Quiroga, que se dedica al estudio del Virus del Oeste del Nilo. A través de la Red Mexicana de Virología se está buscando abrir la investigación básica sobre este y otros arbovirus, además de que existe toda una red muy eficiente de vigilancia a través de las Unidades de Vigilancia Epidemiológica del país, el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos y los Laboratorios Estatales de Salud Pública, informó la integrante de la Academia Mexicana de Ciencias.
Luz Olivia Badillo.
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