Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/047/18
Ciudad de México, 23 de febrero de 2018
La cantidad de bióxido de carbono (CO2) y contaminantes climáticos de vida corta (CCVC) suspendidos en la atmósfera han alcanzado niveles que no se registraban en los últimos 800 mil años. La evidencia indica que este incremento se debe a la actividad humana, por lo que a nivel mundial se plantea que si como especie fuimos capaces de ocasionar estas concentraciones también podemos frenarlas y revertir su emisión con la apropiación de prácticas y tecnologías más sustentables.
En el año 2015 los CCVC que se emitieron en México alcanzaron la cifra de 125 mil toneladas a nivel nacional, se trata del metano, carbono negro, ozono troposférico e hidrofluorocarbonos, gases y compuestos de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global y alteraciones en los patrones climáticos, y que se caracterizan por permanecer en la atmósfera por menos tiempo que el CO2.
La contaminación atmosférica es causante de 1 de 10 muertes en el mundo; mientras que en el país 30 millones de mexicanos respiran mala calidad del aire. Se proyecta que para 2018, la mala calidad del aire ocasionará 37 mil 488 muertes prematuras, 103 mil hospitalizaciones, seis millones de consultas médicas y pérdidas económicas por 20 mil millones de pesos, de acuerdo con datos proporcionados por el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC).
“Tenemos este problema en todos los ámbitos, incluso rurales, en nuestro país”, dijo María Amparo Martínez, directora general de INECC. Ante este escenario “hay una voluntad política que hay que reforzar con la actuación de la ciudadanía en todos los ámbitos de actividad humana; no se puede esperar a que los gobiernos lo hagan todo, es imposible, tenemos que actuar de manera consecuente”, indicó durante el Taller de capacitación sobre los CCVC y mercados de carbono en México.
Algunos CCVC al entrar en contacto con el sol tienen otro tipo de reacciones químicas que provocan un mayor calentamiento atmosférico, y en ocasiones refractan la energía solar, son tan pequeños que se pueden respirar y pueden llegar a bronquios y pulmones, ocasionando muertes prematuras, enfermedades crónicas, paros cardiovasculares, enfermedades digestivas, de la piel, así como bajo peso al nacer.
María Amparo Martínez comentó las características de estos contaminantes que también se conocen como aerosoles. El metano se produce en la descomposición de la materia orgánica y por la actividad ganadera, mientras que el carbono negro generalmente es emitido por tecnologías obsoletas, también se conoce como hollín y es expulsado por camiones antiguos de carga, cuando se quema la basura o cuando las industrias utilizan máquinas que funcionan con diesel, pero no tienen una buena combustión, o en las ladrilleras.
El ozono troposférico es un producto secundario, tiene precursores en los escapes de los vehículos que al liberarse reaccionan con la superficie atmosférica y el sol. Entre los daños que ocasiona, además de efectos en la salud humana, está a los ecosistemas, pues se sabe que los estomas de las hojas de las plantas se cierran y estas no absorben el CO2. Los hidrofluorocarbonos son varios compuestos artificiales que fueron propuestos para sustituir a los compuestos que dañaban a la capa de ozono y que se generan por actividad la industrial.
“Todos estos contaminantes son perfectamente evitables”, subrayó la especialista en aerosoles atmosféricos. “Una de las cosas que se plantean para las políticas públicas es que, además de reducir la emisión de los gases de efecto invernadero y de CO2, frenemos el empleo de estas sustancias. Nuestras leyes y estrategias nos permiten actuar contra ellos, lo que necesitamos es una acción concertada entre las instituciones y la sociedad”.
México, Kenia y Chile insistieron ante el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) en retomar el tema y proponer metodologías para que los países pudieran hacer sus inventarios, el tema se abordará en el Sexto Informe de Evaluación.
Durante el taller, celebrado el miércoles pasado en las instalaciones del INECC, participaron Juan Carlos Arredondo y José Abraham Ortínez Álvarez, quienes expusieron a mayor detalle las características y efectos de los CCVC en la salud y el clima de México, así como de los mercados de carbono.
Luz Olivia Badillo.
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