Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/061/09
México, D. F., 22 de mayo de 2009

• La presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias afirmó que no existe ningún tema que no deba ser abordado desde un punto de vista científico
• Consideró prioritario invertir en la investigación de nuevas estrategias epidemiológicas, con base en estudios genómicos y salud pública, nanotecnología y salud alimentaria
• Lo anterior, al dictar la conferencia inaugural de la XXIV Reunión Anual de Investigación realizada en el Instituto Nacional de Neurología

La presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias, Rosaura Ruiz Gutiérrez, dictó la conferencia magistral ‘La Ciencia en México’, en el auditorio del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía ‘Manuel Velasco Suárez’.
Foto: AMC
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Sin ciencia y tecnología México seguirá siendo, como lo es hoy, uno de los países con más injusticia social del mundo, donde coexisten los hombres y mujeres más ricos con los más pobres del planeta, afirmó Rosaura Ruiz Gutiérrez, presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), quien indicó que quienes están interesados en el desarrollo científico del país pueden contribuir a que eso cambie.

“Tenemos que obligar a que se entienda la importancia de la ciencia en todos los temas, como la seguridad y la educación, porque no hay ningún aspecto de la vida que no pueda y deba ser abordado desde un punto de vista científico, como parte de la solución a los problemas nacionales”, añadió.

Al dictar la conferencia magistral “La Ciencia en México”, con la que dio inicio la XXIV Reunión Anual de Investigación, organizada por el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez”, Rosaura Ruiz consideró prioritario invertir en la investigación de nuevas estrategias epidemiológicas con base en estudios genómicos y salud pública, nanotecnología y salud alimentaria, además de combatir enfermedades del envejecimiento y la pobreza.

De igual forma, se pronunció por apoyar la investigación en materia de energía, sobre todo renovable. “El petróleo se va a acabar y no podemos seguir dependiendo de él, debemos reducir la contaminación que producen los hidrocarburos y desarrollar otras tecnologías para energía”, aseveró.

La académica subrayó que, a pesar de las numerosas limitaciones económicas, México aporta al mundo el 1.6 por ciento del total de los trabajos científicos de la más alta calidad publicados y el 0.2 por ciento de las patentes, lo que muestra la capacidad de la comunidad científica mexicana para contribuir con conocimiento a la resolución de problemas del orbe.

Ruiz Gutiérrez aseguró que nuestro país cuenta con un aparato científico reducido, pero no por ello menos capaz y brillante, por lo que hoy más que nunca es necesario reivindicar su calidad, tanto en el ámbito interno como en el contexto mundial.

Por otra parte, la presidenta de la AMC recordó que el Informe 2007-2008 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo –que mide el grado de desarrollo humano de un país basado en longevidad, salud y educación- ubica a México en la posición 52 de 177 países, por debajo de Argentina, que ocupó el lugar 38; de Chile, 40; de Uruguay, 46 y de Cuba, 51.

Estamos muy lejos, continuó, de naciones como Islandia, Noruega, Australia, Canadá e Irlanda, que ocuparon las primeras cinco posiciones y que invierten entre el 19 y el 34 por ciento de su gasto público corriente total en educación superior y entre el 1.2 y el 3 por ciento de su Producto Interno Bruto en investigación y desarrollo. En contraste, apuntó, nuestro país invierte 17 y 0.4 por ciento en estos renglones, respectivamente.

El escenario que México puede construir en el Siglo XXI, manifestó, obliga a revisar nuestra estrategia de desarrollo, basada en el fortalecimiento de los sistemas científicos de la región y de la potencialidad que ofrecen los sistemas de innovación.

Finalmente, Rosaura Ruiz puntualizó que, de acuerdo con el análisis del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad 2006, basado en el comportamiento de 15 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, se concluye que no es correcto argumentar que los países ricos invierten más en investigación y desarrollo porque son ricos, sino que son ricos porque invierten más en este rubro.