Academia Mexicana de Ciencias
Boletí­n AMC/27/06
México, D.F., martes 18 de abril de 2006

• El polí­tico se prometió a crear el Instituto o la Secretarí­a de Ciencia y Tecnologí­a de la Ciudad de México
• Investigadores de la AMC plantearon propuestas para resolver algunos problemas de la capital del paí­s

Octavio Paredes y Marcelo Ebrard durante el encuentro en la AMC.
Foto: Jorge H. Sales O./AMC
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El candidato a la jefatura del gobierno del Distrito Federal por la Coalición por el Bien de Todos, Marcelo Ebrard Casaubón, se comprometió, en caso de ganar en las elecciones, a revisar su plan de trabajo de gobierno con la comunidad cientí­fica y tecnológica del paí­s, así­ como sostener reuniones trimestrales con los investigadores, con el fin de resolver los principales problemas que aquejan a la capital del paí­s.

Durante una reunión con algunas decenas de cientí­ficos en la sede de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), el candidato también hizo pública su disposición de crear una nueva relación entre la comunidad académica de la Ciudad de México y el gobierno local, para crear una alianza que favorezca en la solución de los problemas que aquejan a la capital del paí­s.

¡Se va a firmar un convenio con la AMC. A través de ello, el jefe de gobierno va a comparecer cada tres meses en estas reuniones, así­ como todo su gabinete, para trabajar en conjunto con la Academia, asociación que reúne a un grupo muy destacado de cientí­ficos!.

Marcelo Ebrard también prometió crear el Instituto o la Secretarí­a de Ciencia y Tecnologí­a de la Ciudad de México, la cual tendrí­a como objetivo organizar todos los esfuerzos del gobierno y establecer el sistema de ciencia y tecnologí­a de la capital, en colaboración con las instituciones de educación superior de la entidad como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN).

El abanderado de la Coalición por el Bien de Todos afirmó que, como ninguna otra ciudad en América Latina, el Distrito Federal tiene el mayor número de investigadores y egresados de posgrado, por lo que se debe hacer una alianza benéfica para ambas partes para aprovechar ese conocimiento.

Ebrard Casaubón hizo énfasis en que, ante esa situación, el gobierno de la Ciudad de México tiene la obligación de no sólo escuchar a los cientí­ficos del paí­s, sino de poner en práctica las recomendaciones que le hagan, ¡porque sabemos de quienes vienen esas propuestas y las respetamos!.

Acompañado por el presidente de la AMC, Octavio Paredes, y el coordinador de Investigación Cientí­fica de la UNAM, René Drucker Colí­n, Marcelo Ebrard aseguró que también se debe hacer un esfuerzo para mejorar la calidad de la educación en esta ciudad, la cual consideró como una prioridad de su propuesta de gobierno.

En su oportunidad, René Drucker Colí­n, también ex presidente de la AMC, hizo énfasis en que rara vez los polí­ticos se interesan en temas relacionados con la ciencia y la tecnologí­a, mismos que son fundamentales para el desarrollo de las naciones.

Recordó que la Ciudad de México alberga una gran cantidad de cientí­ficos dentro de instituciones de educación superior como la UNAM, la Universidad Autónoma Metropolitana, el IPN, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN; mismos que producen más de 70 por ciento de toda la ciencia mexicana.

¡Hay un caudal de capacidad humana que deberí­a aprovecharse de manera más efectiva por los jefes de gobierno de la ciudad. Estamos en la mejor disposición para trabajar en conjunto y hacer de ésta una capital más sustentable!, dijo.

Drucker sugirió que una de las primeras acciones a emprender por quien resulte electo para ocupar la gubernatura del Distrito Federal debe ser la creación de la Secretarí­a de Ciencia y Tecnologí­a, para que se convierta en la que destine recursos a los investigadores y a la propia ciudad para crear una metrópoli basada en el conocimiento.

Al respecto, Lorenzo Meyer, investigador de El Colegio de México, expresó que la obligación de quien encabece el gobierno del Distrito Federal es precisamente gobernarla bien y atender los problemas cotidianos que enfrenta.

¡La ciencia y tecnologí­a debe ser responsabilidad, sobre todo, del gobierno federal; sin embargo un gobierno de la Ciudad de México tiene que velar por una educación de calidad dentro de su Universidad de la Ciudad de México y en el resto de las universidades públicas, por que ahí­ se desarrolla la mayor parte de la investigación!, dijo.

Reconoció que la relación entre el polí­tico y cientí­fico es difí­cil, pero que necesita ser fomentada aún más, al considerar el carácter crí­tico que distingue a los cientí­ficos ¡Si no se le crí­tica a la autoridad y uno se vuelve sumisa, entonces se traiciona uno de los puntos principales que caracterizan a la ciencia; ésta también debe ser propositiva, constructiva y colaborar con la sociedad.!

Manuel Perló, director del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad de la UNAM, indicó que respecto al agua existe mayor demanda del vital lí­quido que disponibilidad, aunado a que se tiene el riesgo de una inundación masiva en algunas zonas de la capital y el hundimiento en otras por el excesivo abatimiento de los acuí­feros.

¡También se prevén conflictos entre el Distrito Federal y el Estado de México por la misma situación, la cual puede llevar a enfrentamientos entre los propios consumidores!, indicó.

En materia de contaminación, Carlos Mena Brito, director ejecutivo del Centro Mario Molina para Estudios Estratégicos sobre Energí­a y Medio Ambiente AC, señaló que las estrategias que hasta el momento se han realizado para disminuir los í­ndices de ozono y partí­culas contaminantes han sido adecuadas, pero se necesita dar los siguientes pasos, entre ellos renovar la flota vehicular del trasporte de carga, crear gasolinas con bajos niveles de azufre y abatir a las llamadas partí­culas ultra finas.

En tanto, Axel Didriksson, director del Centro de Estudios sobre la Universidad de la UNAM, hizo énfasis en la necesidad de redefinir la lógica pedagógica en la educación, a través de una reforma educativa en todos los niveles.

Identificó dos puntos alarmantes o ¡cuellos de botella! en la educación que deben resolverse de manera urgente: primero, los objetivos educativos de entre el cuarto año de primaria y el primero de secundaria y, segundo, la deserción y reprobación escolar entre el tercer año de bachillerato y el segundo año de licenciatura.

Explicó que en el primer caso, se puede identificar que los niños hasta el tercer año de primaria llevan un buen nivel de aprendizaje y adquisición de conocimientos, pero a partir del cuarto año y hasta el primero de secundaria no se ve un avance real, por lo que consideró urgente una revisión de los objetivos escolares de esos periodos escolares.

Con respecto al segundo punto, indicó que esa reprobación y deserción es alarmante, dado que en la actualidad sólo dos de cada 100 jóvenes llegan a la educación universitaria; por ello, hizo un llamado a cambiar los nueve años de obligatoriedad escolar (tercer año de secundaria) por una polí­tica educativa permanente, que promueva el estudio en todas las etapas de la vida.