Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/200/13
México, D.F., 29 de mayo de 2013
Además de la cloración del agua y el saneamiento en general, el desarrollo de los antibióticos se encuentra entre las intervenciones de salud más eficaces para reducir la morbilidad y la mortalidad. Estos medicamentos constituyen uno de los mayores legados de la investigación científica y médica para garantizar una vida saludable a las futuras generaciones. Sin embargo, este objetivo se ve amenazado por la resistencia de los agentes infecciosos a estos medicamentos, un grave problema que crece y avanza a nivel mundial, advierten las Academias de Ciencias de 14 países, incluida la Academia Mexicana de Ciencias, en una declaración dada a conocer hoy, que será entregada a los gobiernos de sus respectivos países y a los líderes en las cumbres mundiales que habrán de realizarse este año.
Para dar una idea de la magnitud de este problema, la declaración señala el aumento de la resistencia a múltiples drogas del Mycobacterium tuberculosis, que puede convertir a la tuberculosis en una infección intratable. De acuerdo con un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud, citado en el comunicado, se han notificado 440 mil casos de esta enfermedad que presentan resistencia a drogas. Además, 84 países han notificado la infección tuberculosa intratable. Algo similar ocurre en el caso de enterobacterias responsables de múltiples enfermedades. Según un informe de la OMS “El mundo se dirige hacia una era post-antibiótica en la que muchas infecciones comunes no tendrán una cura” y algunos expertos afirman que se trata de una amenaza tan grande como el terrorismo.
Los objetivos de la declaración del G-Science (nombre que ha adoptado el conjunto de las Academias) consisten en llamar la atención al mundo sobre la importancia de este problema y animar a los países del G-20 para colocar el tema de la lucha contra la aparición y propagación de agentes infecciosos resistentes a los medicamentos en sus programas de salud. “Instamos a incorporar el problema de la resistencia a los fármacos anti-infecciosos en la versión revisada de los objetivos de desarrollo del milenio” –dice la declaración. También que la comunidad internacional pueda encontrar formas y medios para alentar a las compañías farmacéuticas a invertir en el desarrollo de nuevos fármacos anti-infecciosos en general, pero especialmente los antibióticos.
Entre las recomendaciones que se hacen en la declaración firmada por las Academias de Ciencias de África, Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, India, Italia, Japón, Malasia, México, Nepal, Reino Unido, Rusia y Sudáfrica, destaca la necesidad de promover sistemas mundiales de vigilancia integrados, que incluyan la movilización de recursos adicionales para enfrentar este problema y establecer un firme compromiso a nivel nacional e internacional para impulsar la cooperación entre médicos, epidemiólogos, microbiólogos, expertos en la cría de animales, biólogos moleculares, científicos en el campo de la información y científicos sociales para prevenir la propagación de la resistencia a los antimicrobianos.
El logro de estas metas requerirá el fortalecimiento de la vigilancia y la capacidad de los laboratorios en todo el mundo, para lo cual es necesario el monitoreo regular de los patrones de sensibilidad a los antibióticos en las infecciones humanas y zoonóticas (transmitidas por animales). Adicionalmente, es necesaria la adquisición de conocimientos a través de encuestas sobre el uso de antimicrobianos y el impacto ambiental de los antibióticos en el agua y la vida silvestre. También el seguimiento de la resistencia a los antimicrobianos en tiempo real y de los cambios producidos a nivel molecular en los agentes, así como la creación de bases de datos globales de acceso abierto. Además es indispensable el control de calidad de los medicamentos y la detección de fármacos antiinfecciosos deficientes, dice la declaración.
De acuerdo con el G-Science, es necesario promover programas de información y educación sobre el uso racional y responsable de fármacos entre médicos, pacientes y otros miembros de la sociedad, en particular los que participan en la cría de animales y el uso industrial de antibióticos.
Las Academias llaman a establecer una “política de drogas” entre los países miembros con todos los reglamentos necesarios para la distribución regulada de medicamentos antiinfecciosos y directrices estandarizadas para la prescripción de estas sustancias, lo que limita su uso en la cría de animales, así como asegurar la disponibilidad de la calidad apropiada para sus empleos terapéuticos.
También es indispensable mejorar las políticas de prevención y control. Esto se puede lograr a través de un uso más sistemático de las vacunas existentes y, en algunos casos, el desarrollo de nuevas vacunas contra las infecciones problemáticas incluyendo las de tipo bacteriano adquiridas en los hospitales, y medidas universales de promoción de higiene y saneamiento pertinentes para la prevención de las infecciones.
Estimular a las compañías farmacéuticas, en colaboración con investigadores del sector público financiados, para crear nuevos antimicrobianos, es otra de las recomendaciones. Desarrollar enfoques científicos utilizando la genómica, la proteómica y la bioinformática para acelerar el desarrollo de nuevas moléculas, en particular contra microorganismos resistentes. Hay una necesidad urgente de desarrollar fármacos eficaces contra las enfermedades tropicales desatendidas, añade la declaración. El desarrollo de nuevas pruebas de diagnóstico y el empleo de biomarcadores para la resistencia son también medidas importantes para combatir esta amenaza.
Para lograr lo anterior, es necesario el fortalecimiento de las capacidades de investigación de los países menos desarrollados, para que puedan participar en la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos. Los países en desarrollo deben asumir el liderazgo en todos los esfuerzos anteriores, más que los países desarrollados –se afirma en la declaración–, ya que el problema de la resistencia a los antimicrobianos los afecta de manera más aguda. La cooperación entre los científicos y la industria y entre el Norte y el Sur debe impulsarse activamente para lograr los objetivos deseados.
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