Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/083/18
Ciudad de México, 6 de abril de 2018
A lo largo de diez años un grupo de organizaciones, a través de la Iniciativa Arrecifes Saludables, se han dedicado a evaluar el estado del Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM). Uno de los avances registrados durante este tiempo es que el estado de salud del SAM pasó de malo a regular, “lo que es una muy buena noticia, ya que demuestra que la degradación de los arrecifes del Caribe mexicano y del SAM puede ser revertido”, destacó Lorenzo Álvarez Filip, de la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM.
El paso de mal a regular es, consideró el investigador, una señal de aliento para todos los que trabajan en entender y conservar este sistema arrecifal, porque muestra que las propuestas de manejo y la labor de diversas organizaciones ha tenido un efecto. “Sin embargo, debemos poner esta recuperación en contexto, los arrecifes del SAM siguen en una situación delicada y las presiones antropogénicas están aumentando, así que los esfuerzos de monitoreo y conservación tienen que ser redoblados”.
El reciente Reporte del estado de salud del Sistema Arrecifal Mesoamericano, que se publicó a principios del 2018, da cuenta de la mejora del SAM e incluye una perspectiva de una década acerca de la evolución de la salud y la conservación de los arrecifes.
En este documento se evaluaron cuatro indicadores clave: la cobertura de coral, la cantidad de macro algas que cubren el arrecife, la cantidad de peces herbívoros y de peces de importancia comercial. Al integrar estos indicadores se estableció el Índice de Salud Arrecifal conformado por cinco calificaciones: muy bien (4.3 a 5.0), bien (3.5 a 4.2), regular (2.7 a 3.4), mal (1.9 a 2.6) y crítico (1.0 a1.8).
Así, de los 319 sitios evaluados (134 en México, 94 en Belice, 81 en Honduras y 10 en Guatemala), el 1% está “muy bien”, 13% “bien”, 32% “regular”, 37% “mal” y 17% en estado “crítico”.
Durante los últimos diez años en el SAM, una región caracterizada por arrecifes de borde, de barrera y atolones, además de cayos, islas, humedales costeros, lagunas arrecifales y costeras, tres de los cuatro indicadores que se evalúan en el reporte de salud arrecifal han mejorado, incluyendo la cobertura de coral, la cantidad de peces herbívoros y de peces de importancia comercial, explicó el especialista en ecología y conservación de ecosistemas costeros.
La cobertura de coral en el SAM pasó de ser de alrededor del 10% al 18%. Y aunque el 86% de los arrecifes coralinos de los sitios estudiados se encuentran en un estado que va de regular a crítico, el 14% restante se encuentra de bien a muy bien, y algunos de estos lugares están en México, como son los arrecifes Palancar y Colombia en el Parque Nacional Arrecifes de Cozumel y el Arrecife Limones, ubicado en el Parque Nacional de Arrecife de Puerto Morelos, en el estado de Quintana Roo.
Este último lugar, apuntó el asesor científico de la Iniciativa Arrecifes Saludables, presenta el parche más grande en la región (con una cobertura de 35%) de Acropora palmata o coral cuerno de alce, la principal especie constructora de arrecifes someros en el mar Caribe, la cual está enlistada para protección en la Norma Oficial Mexicana 059 —que agrupa a las especies incluidas en alguna categoría de riesgo— y clasificada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza en peligro crítico.
El reporte del 2018 señala que, si bien en Quintana Roo la cantidad de peces comerciales muestra una tendencia de incremento gracias a la aplicación de regulaciones y la creación de zonas de recuperación pesquera, la proliferación de las macroalgas es una preocupación latente, ya que su cobertura se duplicó en los últimos dos años.
Las macroalgas no dejan que los corales crezcan o se recuperen y hacen que el sistema sea más simple estructuralmente. El incremento de estas algas es una constante en los cuatro países que conforman la región estudiada, pero que se ha vuelto evidente en las costas de Quintana Roo. Por lo que este fue el único indicador que no ha mostrado una mejoría durante un decenio.
“En México aproximadamente el 20% de los arrecifes están cubiertos por macroalgas, y esto puede estar relacionado con que no hay suficientes peces herbívoros que se encarguen de comérselas. También puede ser porque los nutrientes o contaminantes en el agua provenientes de las actividades humanas (como el desarrollo urbano o la agricultura), afectan a los corales y benefician el crecimiento de estas algas marinas”, dijo Álvarez Filip en entrevista para la Academia Mexicana de Ciencias.
De ahí que una de las recomendaciones que se presentan para México, como parte del reporte, es proteger a los peces herbívoros como el pez loro —especie que es eficaz en el pastoreo de macroalgas y en mantener el arrecife libre para el crecimiento del coral—, así como mejorar el tratamiento de las aguas residuales.
El Reporte del estado de salud del Sistema Arrecifal Mesoamericano puede ser consultado en http://www.healthyreefs.org/cms/es/reportes-de-la-salud/
Noemí Rodríguez González.
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