Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/086/16
Ciudad de México, 18 de abril de 2016
Nezahualcóyotl es el segundo municipio más poblado del Estado de México. Colindante con el oriente de la Ciudad de México, proveedor histórico de mano de obra de la capital del país, ha sido punto de migración interna y externa. Este suburbio sirvió de campo de investigación antropológica al doctor Carlos Vélez-Ibáñez para estudiar los diferentes niveles sociales de la vida cotidiana en un sitio donde en los años setenta no había infraestructura hidráulica y eléctrica, y se registraba una fuerte migración con un promedio de 10 mil personas mudándose al mes, muchas de ellas después emigraron a Estados Unidos para emplearse como trabajadores agrícolas -en un inicio en California.
“Efectivamente, sin agua potable, sin drenaje, nada, fue su gente que desde cero lo hizo, y su lucha me llevó a entender cómo las redes sociales, de confianza y de familia fueron los principales mecanismos por los cuales la población de Nezahualcóyotl podía sobrevivir a esas condiciones”, comentó el antropólogo social, quien mañana martes a las 12: 00 horas ingresará como miembro correspondiente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
El director fundador de la Escuela de Estudios Transfronterizos en la Universidad Estatal de Arizona, institución que lo reconoce como Regents’ Professor por las contribuciones pioneras en su campo de estudio, nivel sostenido de distinción y por el reconocimiento nacional e internacional que tiene su trabajo, ofrecerá para la ocasión la conferencia magistral “De Nezahualcóyotl a Aztlán: Una migración intelectual de un peregrino transfronterizo”, en “Casa Colef” sede Ciudad de México de El Colegio de la Frontera Norte.
Vélez-Ibáñez mencionó en entrevista para la AMC que tuvo dos intereses como antropólogo, dos preguntas que se planteó y tuvieron respuesta con los estudios de ecología política que llevó a cabo en Nezahualcóyotl de 1970 a 1973 sobre redes sociales, de la integración de movimientos políticos y de la familia al mismo tiempo: ¿Cómo sobrevive la gente cuando no debería sobrevivir?, y ¿cómo la gente tiene éxito cuando no debería tener éxito?
“Nezahualcóyotl es ejemplo de un proceso de adaptación, de cómo poder crear una vida cotidiana y conformara plataformas estables para las siguientes generaciones, y eso fue lo que hicieron sus habitantes migrantes”.
El investigador explicó que Nezahualcóyotl -creada como municipio en 1963, pero como ciudad a partir de 1940- era un sitio con una dinámica muy fuerte de migración, con ventas de lotes privados sin infraestructura, lotes que llegaron a venderse hasta en 16 veces a diferentes familias, lo que hizo surgiera el Movimiento Restauración de Colonos.
“Nezahualcóyotl tenía en los años setenta poco más de 550 mil habitantes y después de una década su población era poco más del doble (1,341.320, datos de INEGI). La migración consistía en la llegada de más de diez mil personas al mes procedentes de todas partes, principalmente de las colonias proletarias del Distrito Federal e interior del Estado de México, Puebla y Oaxaca, así como de otras partes del país, y la razón es porque en ese entonces se estaba dando un cambio estructural importante en México en términos económicos y para ello se concentró una política urbanista, ya que el objetivo era crear una estructura de industria que sustituyera las importaciones de materias de Estados Unidos y otros lugares del continente”.
Añadió que esa misma política estimuló la migración de miles personas de sitios urbanos y rurales, pero también de otros lugares al centro del país, y Nezahualcóyotl era una de las pocas partes a donde la gente podía llegar, comprar lotes, establecerse y construir sus casas; en ese sentido fue un experimento de la política urbanística, y la migración de millares de personas para alcanzar una vida mejor fue parte de ese proceso.
Al mismo tiempo, una porción de sus habitantes ya había trabajado en Estados Unidos como braceros entre 1942 y 1965 – el término bracero surgió del Programa Bracero (1942-1964), como se conocía de manera informal el acuerdo suscrito entre Estados Unidos y México y que tenía como objetivo satisfacer la demanda de mano de obra del gobierno estadounidense – y habían regresado a sus respectivos estados. Cuando la situación económica alcanzó niveles de alarma a finales de los años sesenta y principios de los setenta en las regiones rurales de México y en colonias proletarias del Distrito Federal, muchas de esas personas, que contaban con la experiencia de haber sido braceros, se mudaron a Nezahualcóyotl, y lo hicieron también habiendo aprendido a organizarse políticamente, pues habían participado en movimientos laborales en California.
Redes sociales transfronterizas y transnacionales
Las redes sociales son medios de adaptación cruciales en la migración transnacional y en las cuales las personas interactúan unas con otras.
Las poblaciones mexicanas tanto en Nezahualcóyotl como en Los Ángeles, y en otras partes, viven, junto con los procesos de aculturación en el que se encuentren, si hablan inglés o español, en redes sociales que son básicamente las mismas, sustentadas en interacción de ayuda, de parentesco y de amistad en diferentes contextos, en el trabajo, en la escuela, barrios, dijo el investigador. Son ayudas mutuas con integrantes de la misma comunidad de las que surge la confianza, y esta es la base de valores para establecer redes de interacción sociales densas, con las que las personas cuentan para enfrentar un problema que se tenga que resolver, y dentro de esas redes viven su vida emocional.
Mencionó que estas redes son muy importantes para sobrevivir la vida cotidiana cuando se tienen ingresos modestos y dan respuesta a las preguntas clave que siempre ha tenido dentro de sus intereses académicos ¿cómo sobrevive la gente cuando no debía sobrevivir?, y ¿cómo tiene éxito la gente cuando no debían de tener éxitos?
“Estas redes son como los agujeros negros del cosmos, cualquier persona que se acerca a esas redes las integra inmediatamente. Parte de la respuesta a esto es que las redes son densas, pero no cerradas”.
Añadió que son muchas las ocasiones en las que esas redes sociales se cementan (a través de la convivencia en bodas, bautizos, cumpleaños y diversos festejos, así como la prestación de mano de obra para realizar diversos trabajos) y estas relaciones para personas en condiciones modestamente económicas son clave para sobrevivir donde no debían sobrevivir. Estas relaciones y en este contexto son transfronterizas y transnacionales.
Estas redes sociales han ido evolucionando para adaptarse a los nuevos contextos social y económico, pero también cambian en sí mismas, y en ello la educación cobra un papel importante, ya que las personas que se van profesionalizando empiezan a perder esas relaciones y se quedan viviendo en familias nucleares.
“Sin embargo, estas redes continúan densas en familias de nivel socioeconómicamente alto como Larissa Adler ha demostrado en sus obras recientes. Igualmente en Estados Unidos se ve algo semejante con el uso de medios electrónicos y páginas web cuando que mantienen datos de eventos importantes entre familiares”. Y lo mismo ocurre en Nezahualcóyotl donde la vida cotidiana es muy densa entre las personas que interactúan para ayudarse unas a otras.
El marco intelectual
Carlos Vélez-Ibáñez destacó que parte de los elementos de sus investigaciones se formaron a través de los trabajos de los antropólogos sociales Ángel Palermo, fundador del CIESAS, de quien estudió su teoría y metodología; Larissa Adler, quien mostró cómo las redes sociales mantienen una vida cotidiana para personas que se encuentran en peores condiciones; y Gonzalo Aguirre Beltrán, que creó la idea de regiones de refugio, la cual ha usado también como marco de referencia teórica. Igualmente hay un trío de académicos estadounidenses que ha influido en su quehacer científico: Eric R. Wolf, Richard Adams, quien realizó investigación en Guatemala enfocada en la política de poderes en Centroamérica; y Michael Kearney, uno de los primeros en generar interés en realizar estudios transfronterizos.
“Ellos han formado muchos de los componentes de mis investigaciones y esa parte intelectual ocurre de Nezahualcóyotl a Aztlán, que desde la perspectiva de la cultura azteca están en el sur y norte mexicano. Por eso fui a Nezahualcóyotl primero y regresé al sur de Estados Unidos. Durante esa larga jornada fui aprendiendo y planteando diferentes teorías, metodologías, enfoques y estudios hasta el presente. Obviamente es una metáfora”, comentó.
El cambio de narrativa
Indicó que sus estudios han tenido impacto en cambiar la narrativa, el conocimiento y la realidad social, cultural y económica de la vida cotidiana de la población de origen mexicano residente en Estados Unidos, sobre todo la que habita en el suroeste. El libro Visiones de la Frontera. Las Culturas de los Mexicanos del Suroeste de Estados Unidos cambió la narrativa sobre la larga relación entre las regiones del noroeste de México y el suroeste de Estados Unidos y los patrones sociales, económicos, culturales y lingüísticos de adaptación como consecuencias de procesos migratorios.
Además, en obras más recientes ha construido un nuevo concepto sobre “el suroeste de Norteamérica” que trata seriamente los procesos integrativos económicos sobre una ecología y geografía común y los cambios de economía y de ecología regionales.”
Esa narrativa, precisó, es regional, transfronteriza y trasnacional, lo que la hace muy compleja y describió: 40% de todos los productos que se exportan e importan de las maquilas son de materia o de partes de origen estadounidense, este comercio consiste en más de 80 billones de dólares al año; 64 millones de personas y 45 millones de autos cruzan la frontera anualmente, cifras que muestran el enorme impacto de la economía que se ejerce en la región.
“Desde una perspectiva transfronteriza, lo que se observa son largas relaciones de parentesco, de comercio, economía, de integración laboral; uno no puede tener muros, pero sí una política transfronteriza regional, y ni el gobierno mexicano ni el norteamericano están listos para enfrentar una situación que implique cambiar las premisas ideológicas que no tienen resultados a nivel cotidiano sobre cuestiones de migraciones de poblaciones y migraciones laborales en la región transfronteriza.”
Vélez-Ibáñez señaló que haber fundado la Escuela de Estudios Transfronterizos en la Universidad Estatal de Arizona ha sido el éxito más grande de su carrera, porque su establecimiento ha permitido crear una narrativa regional científica, empírica y verificable.
Fabiola Trelles Ramírez.
Regresar Arriba, o a Comunicados, o al Inicio.
AMC "Casa Tlalpan" Calle Cipreses s/n, km 23.5 de la carretera federal México - Cuernavaca, San
Andrés Totoltepec, Tlalpan, C.P. 14400, México, D.F.
Coordinación de Comunicación y Divulgación
Teléfonos: (52-55) 58 49 49 04, Fax: (52-55) 58 49 51 10, amcpress@unam.mx
Mapa de ubicación