Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/407/14
México, D.F., 23 de noviembre de 2014

• La inmunología en México se ha desarrollado en forma sana, pero no con el ritmo y profundidad de los países con mayor capacidad científica, asegura el investigador reconocido con la octava edición del galardón

Con 35 años de trayectoria en la investigación científica, el doctor Jorge Alcocer Varela, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” y miembro de la AMC, será reconocido este lunes con el “Premio Heberto Castillo de la Ciudad de México 2014, Por una Ciudad Conciencia“.
Foto: Elizabeth Ruiz Jaimes/AMC.
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El doctor Jorge Alcocer Varela recibirá mañana lunes el “Premio Heberto Castillo de la Ciudad de México 2014, Por una Ciudad Conciencia”, distinción que le otorgará la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación del Distrito Federal por sus aportaciones en la investigación científica nacional e internacional en el área biomédica, y por el fortalecimiento de una importante tradición científica con impacto social en México.

Previo a la ceremonia, el actual jefe del Departamento de Inmunología y Reumatología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” e integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, reflexionó sobre los avances que ha habido en el área de su especialidad y asegura que hoy se vive la época más promisoria para el progreso de la investigación biomédica.

“En las últimas tres décadas –dice- se ha logrado conocer los principios fundamentales de la conducta celular, tanto normal como patológica, con avances sustanciales en el entendimiento del código genético, de la división celular o de las moléculas que conducen numerosas señales clave en la herencia, la infección, el cáncer y el metabolismo”.

Añade que el conocimiento generado más el desarrollo de las tecnologías informáticas han creado una oportunidad nunca antes vista para incidir en la salud del humano, sin embargo, advirtió que esa enorme cantidad de información que se genera tan rápido supone otro reto: cambiar la mentalidad de analizar una sola molécula o célula al campo de su integración en un sistema biológico.

Como ejemplo de lo anterior, destaca la gran complejidad del sistema inmune que cuenta con cientos de células diferentes y numerosas moléculas que tienen como tarea central defenderse de los agentes extraños (virus, bacterias, sustancias químicas) y también fortalecer su propiedad de auto-reconocimiento.

“En forma lineal no podemos ver esto, requerimos del manejo matemático formal para obtener información de concentraciones, actividades enzimáticas, replicación y muerte celular, su relación con los polimorfismos genéticos, mutaciones ambientales, efectos de medicamentos, entre otros”, agrega en entrevista para la AMC.

Para entender un poco más de los avances en la inmunología, Alcocer menciona que a principios de la década de los ochenta, el nivel de entendimiento del sistema inmune descansaba principalmente en el estudio de los linfocitos (un tipo de glóbulos blancos), encargados de conducir la producción de los anticuerpos, y dieron gran credibilidad médica y social a esta rama de la medicina a través de las vacunas.

De esos años a la fecha, se han logrado avances metodológicos que permiten definir las poblaciones linfocitarias y sus subconjuntos, purificar y caracterizarlas molecularmente y elaborar sistemas in vivo e in vitro para analizar sus funciones en situaciones bajo condiciones de normalidad y patológica.

Además de los anticuerpos, el descubrimiento que se hizo en células provenientes del timo (órgano primario del sistema inmune), las cuales producen y responden a sustancias solubles activas (citosinas, interleuquinas y quimiocinas), contribuyó notablemente a cambiar la dirección de la inmunología, asegura el investigador

La inmunología en México

De acuerdo con Jorge Alcocer, la inmunología en México se ha desarrollado en forma sana, pero no con el ritmo y profundidad de los países con mayor capacidad científica, aun así, reconoce un crecimiento en la investigación que se hace en el país y para dar cuenta de ello rescata la información obtenida de la base Scopus –una herramienta digital adoptada por la OCDE para medir la productividad de los científicos en los países que integran dicha organización. “Vemos que del total de publicaciones (poco más de cuatro millones) en el área de medicina en los últimos 10 años, se pasó de 238 mil 013 publicaciones en 2002 a 474 mil 626 en 2013.

Lo anterior está acorde, asegura el científico, con el incremento progresivo de los investigadores que se registran en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) en el área de la inmunología (en 2002 estaban registrados 50, y en 2013, 303).

“México no ha perdido su liderazgo en el estudio y manejo del área inmunológica en cuanto al origen infeccioso y parasitario propias de nuestra región. La enfermedad de Chagas, el paludismo, la tuberculosis, la cirticercosis y las leismaniasis son ejemplo de ello. En el estudio de las enfermedades autoinmunes hay centros de prestigio internacional en San Luis Potosí, Puebla, Jalisco, Nuevo León y el Distrito Federal”.

Señala sin embargo, que sigue vigente el desequilibrio entre el apoyo económico a la ciencia y la sustentabilidad de la comunidad científica: “El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología sabe de ello y por eso ha lanzado el programa Cátedras para Jóvenes Investigadores, (pero) la otra vertiente importante es la creación de nuevas plazas de investigador (desde las instituciones), porque lo peor para la ciencia es que sus jóvenes no tengan perspectivas”.

Afortunadamente, poco a poco se concluye que en ciencia el dinero es importante pero no lo único, reconoce quien recibirá el “Premio Heberto Castillo de la Ciudad de México 2014, Por una Ciudad Conciencia“, que consiste en un diploma, una medalla de oro y un incentivo económico.

Nuevos proyectos

Sobre cuáles son los nuevos retos que enfrentan los investigadores en el área biomédica, el especialista en inmunología clínica indica: las altas expectativas sociales de obtener medicamentos que salven la vida, mantener su credibilidad, sus normas académicas, lograr la transferencia tecnológica y la investigación trasnacional.

Jorge Alcocer ha estado involucrado en estudios sobre los factores derivados de los linfocitos de pacientes con enfermedades conocidas como autoinmunes, llamadas así porque su sistema inmune ha perdido la capacidad de reconocer sus propias estructuras celulares y moleculares y las ataca con el consecuente daño a los tejidos. El lupus eritematoso es el prototipo de estas enfermedades, afecta entre 4%-10% de la población mundial.

“En los últimos años decidí, con el apoyo de varios de mis alumnos, algunos ahora integrantes del Departamento que dirijo, incursionar en el interior de las células inmunes y tolerantes de los pacientes de lupus con la caracterización de nuevos linajes celulares usando la herramienta llamada ubicuitinización”. Estas contribuciones han valido para que su área haya sido reconocida como Centro de Excelencia en la Federation of Clinical Immunology Societies (FOCIS).

Elizabeth Ruiz Jaimes