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Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/035/10
México, D. F., a 14 de abril de 2010.

• El libro Aportaciones científicas y humanísticas mexicanas en el siglo XX es resultado de la colaboración entre la AMC, el CCC, el CONACyT y el FCE
• El volumen reúne las mejores y más relevantes aportaciones científicas producidas durante el siglo XX por investigadores mexicanos
• Editado por el Fondo de Cultura Económica, es un esfuerzo inédito en la historia de las ciencias y las humanidades del país, consideró Rosaura Ruiz Gutiérrez

José Antonio de la Peña y Rosaura Ruiz Gutiérrez, ex presidente y presidenta de la AMC, al término de la presentación del libro Aportaciones científicas y humanísticas mexicanas en el siglo XX, en la librería Rosario Castellanos del FCE.
Foto: AMC
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Además de ser un esfuerzo inédito en la historia de las ciencias y las humanidades del país, el libro Aportaciones científicas y humanísticas mexicanas en el siglo XX representa un importantísimo testimonio del desarrollo de la ciencia nacional, que hace evidente que en México se practican las diversas disciplinas con un elevado nivel de calidad y competitividad internacional, equiparables a las de los mejores investigadores del mundo.

Así lo señaló Rosaura Ruiz Gutiérrez, presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), durante la presentación de dicha publicación, realizada en la Librería del Fondo de Cultura Económica (FCE) Rosario Castellanos.

La presidenta de la AMC confió en que esta compilación sea ejemplo e inspiración para las futuras generaciones y contribuya a que la sociedad mexicana, tan orgullosa de otros valores nacionales, conozca y reconozca las contribuciones y logros de los científicos y humanistas de nuestro país.

En este sentido, dio a conocer que la Academia Mexicana de Ciencias y el Fondo de Cultura Económica, casa editorial que publicó la obra, donarán parte de la primera edición a la Secretaría de Educación Pública (SEP), con la intención de que el contenido del libro llegue a las bibliotecas de las escuelas y apoye a los maestros en la enseñanza de las ciencias.

Por otro lado, expresó su deseo de que la publicación contribuya a que los gobiernos comprendan que la ciencia no es un lujo, sino una necesidad, y que deben apoyarse en ella para resolver los problemas del país.

Rosaura Ruiz subrayó que el proyecto se concibió para que los propios autores presentaran a la sociedad sus contribuciones en un lenguaje laico, no especializado, sino coloquial y anecdótico. Ello, con la premisa de que cada científico compartiera con sus lectores una introspección sobre el proceso vivido por él mismo, hasta culminar con la aportación o el descubrimiento más importante de su carrera.

Cada autor, dijo, identificaría el estado en el que se encontraba su especialidad en el campo mundial al momento de realizar su trabajo, los factores que propiciaron su investigación, así como una descripción clara de su impacto y relevancia.

De acuerdo con Ruiz Gutiérrez, la publicación de la obra exigió llevar a cabo una amplia consulta entre la comunidad científica y humanística del país, acerca de qué aportaciones y descubrimientos generados durante el siglo veinte por los creadores mexicanos se consideraban más relevantes, distintivos y trascendentes, en los planos nacional e internacional.

De igual manera, señaló, se tuvo que conformar un Comité Editorial de amplio reconocimiento y representación científica y humanística, capaz de orientar los criterios requeridos para asegurar la calidad y equidad de un ejercicio de esta naturaleza.

El criterio de inclusión, establecido por el Comité Editorial, explicó, fue que se invitara a aquellos investigadores mexicanos distinguidos con: el Premio Nacional de Ciencias y Artes que otorga el Gobierno de la República; el Premio de Investigación de la AMC; Eméritos en el Nivel III del Sistema Nacional de Investigadores o miembros de El Colegio Nacional.

La obra reúne a 107 distinguidos autores, de los cuales 48 son expertos en alguna disciplina de las ciencias exactas (incluyendo ingeniería), 37 en ciencias naturales, 16 en ciencias sociales y seis en humanidades. Asimismo, 40 son eméritos del Sistema Nacional de Investigadores, 62 obtuvieron el Premio de Investigación de la AMC, 50 han sido distinguidos con el Premio Nacional de Ciencias y Artes, 15 son miembros de El Colegio Nacional y 93 son miembros de la AMC.

Tras reconocer la valiosa aportación del libro, la presidenta de la AMC hizo un llamado a la comunidad científica para reconocer la inequidad expresada en el hecho de que del total de los autores compilados, sólo 19, es decir, 17 por ciento, son mujeres. Sobre el tema, insistió en que las mujeres no esperan que se cumplan cuotas de participación, pero sí que se reconozca y promueva su trabajo científico al igual que el de los varones.

Finalmente, Rosaura Ruiz agradeció a Octavio Paredes López y Sergio Estrada Orihuela por su trabajo como coordinadores editoriales de este proyecto y a la prestigiada casa editorial, Fondo de Cultura Económica, misma que resultó ser el ámbito natural para la publicación del libro.

En su oportunidad, José Antonio de la Peña, director adjunto de Desarrollo Científico y Académico del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), destacó que el FCE ha sido siempre un muy buen amigo de la ciencia mexicana, con esfuerzos de divulgación importantes como la serie La ciencia para todos.

En otro tema, el ex presidente de la Academia Mexicana de Ciencias y ex director del Instituto de Matemáticas de la UNAM, consideró que la publicación no solo difunde la ciencia y las ideas que están detrás de ella, sino que también a través de la vida de cada personaje habla del proceso formativo del científico inmerso en la sociedad de la que forma parte.

Adicionalmente, dijo, Aportaciones científicas y humanísticas mexicanas en el siglo XX muestra claramente tendencias en la ciencia mexicana. Entre estas tendencias, destacó el proceso de internacionalización de la ciencia, el fortalecimiento de los posgrados nacionales y el incremento en la participación de las mujeres en la ciencia.

Por su parte, Jorge Flores Valdés, coordinador general del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República, coincidió con José Antonio de la Peña en que el libro permite llevar a cabo una radiografía de la ciencia mexicana del siglo XX.

Precisó que del total de aportaciones compiladas, 18 por ciento corresponden al área de ciencias sociales y humanidades, 17 por ciento al área de tecnología y 65 por ciento al área de ciencias exactas y naturales, lo que, en su opinión, revela que la comunidad de científicos mexicanos es más fuerte en el área de ciencias básicas que en humanidades o tecnología.

Flores Valdés consideró también que el libro revela una de las mayores malformaciones de la ciencia mexicana, que consiste en la centralización de la educación superior. Eso queda demostrado, aseveró, con el hecho de que el 66 por ciento de los autores del libro obtuvieron su doctorado en la Universidad Nacional Autónoma de México y 58.3 por ciento trabajan en esta misma institución.

Al hacer uso de la palabra, Joaquín Díez-Canedo, director general del Fondo de Cultura Económica, señaló que la publicación del libro es congruente con la intención de las áreas de ciencia del FCE, que es favorecer una cultura científica en un público amplio, despertar vocaciones y ayudar a que la sociedad comprenda la importancia de invertir en ciencia.

Opinó que siendo el libro un panorama del desarrollo de las ciencias y humanidades en el país, debería estar en todas las bibliotecas públicas, así como en los acervos bibliográficos de las instituciones de investigación y en las bibliotecas particulares.

A la presentación del ejemplar asistieron Arturo Menchaca Rocha, vicepresidente de la Academia Mexicana de Ciencias, así como Ricardo Tapia, Rubén Lisker y Ruy Pérez Tamayo, entre otros distinguidos autores del libro, así como Tomás Granados, coordinador editorial del FCE.

En las más de mil páginas de Aportaciones científicas y humanísticas mexicanas en el siglo XX, que ya se encuentra a la venta a un precio muy accesible, los lectores encontrarán relatos, en un lenguaje comprensible, para todos los gustos científicos.

Pueden conocer de primera mano de qué manera se materializó el Instituto Nacional de Psiquiatría, cómo se ha estudiado el patrimonio de arte heredado del México colonial, o los logros en el desarrollo de fármacos para el control de la migraña.

También aborda temas tales como el estudio de los códices, las computadoras paralelas, las partículas fundamentales de la materia y desarrollos nanotecnológicos mexicanos, mientras que en el área de biología destacan artículos sobre ácaros y garrapatas y bacterias transgénicas, entre muchos otros temas que reflejan la riqueza y calidad de la ciencia mexicana.