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PRESENTA AVANCES LA ONCOLOGÍA EN MÉXICO, PERO REQUIERE DE MÁS INVESTIGACIÓN

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/033/15
México, D.F., 11 de febrero de 2015

  • Se necesita avanzar en un diagnóstico molecular para conocer los genes que participan en cada uno de los tumores, esto debido a que el cáncer es una enfermedad heterogénea: el cáncer de mama no se parece al de pulmón, ni éste al del melanoma, lo que hace necesario diseñar tratamientos totalmente diferentes: De la Garza Salazar
El doctor Jaime de la Garza Salazar, reconocido oncólogo mexicano, ha hecho importantes contribuciones en el tratamiento del cáncer de mama en nuestro país.
El doctor Jaime de la Garza Salazar, reconocido oncólogo mexicano, ha hecho importantes contribuciones en el tratamiento del cáncer de mama en nuestro país.
Foto: Elizabeth Ruiz Jaimes/AMC.
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La oncología es una especialidad médica que estudia y trata primordialmente al cáncer, y una de las áreas de la salud humana que más avances ha tenido en los últimos 25 años. Para atender a este padecimiento, la infraestructura del país ha crecido de tal forma en los últimos 47 años que el nivel es comparable al hospital MD Anderson de Houston, en Estados Unidos, uno de los de mayor prestigio en el mundo en esta especialidad, evaluó el doctor Jaime de la Garza Salazar, investigador adscrito al Instituto Nacional de Cancerología (INCAN).

Este crecimiento y desarrollo, sin embargo, necesita incrementarse, pues aun cuando el INCAN, considerado el centro de investigación más grande de América Latina y una de las instituciones que presta atención a pacientes con enfermedades relacionadas con cáncer, tiene una producción científica de 130 publicaciones al año, requiere ampliar sus trabajos y estudios, consideró el miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.

De la Garza es un oncólogo de 80 años de edad y uno de los especialistas más reconocidos en cáncer de mama en el país. Es egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León y tras dedicarse por décadas a la investigación, se mantiene activo como asesor de médicos e investigadores en el INCAN, conformando así una larga y destacada trayectoria profesional. Ha sido fundador de escuelas de oncología médica en el IMSS, ISSSTE y en el propio Instituto Nacional de Cancerología.

Durante su formación adquirió conocimientos fundamentales en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, donde realizó una larga estancia de tres años ejerciendo la medicina interna y después cuatro años dedicados a la oncología y hematología oncológica, lo que fue de gran utilidad en un área en la que ha sido pionero en nuestro país. El doctor fue el primer mexicano en ganar el Distinguished Achievement Award de la Sociedad Americana de Oncología Clínica.

La oncología hace 50 años

“A principios de los años 60, en México no había oncología médica, los que hacían algo de quimioterapia eran los radioterapeutas, o algún cirujano intentaba obtener resultados alentadores utilizando metotrexato y clorambucil -ambos fármacos de quimioterapia anticancerosa-, pero nada de lo que uno pudiera decir un tratamiento completo o en forma”.

Recordó que en ese tiempo en el Hospital de Oncología se realizaban hemicorporectomías, una cirugía que calificó de “patética” y “terrible”, pues se trata de una intervención mediante la cual la mitad del cuerpo hasta la cintura les era amputada a los pacientes, “y en cáncer de mama a las mujeres se les retiraban hasta las clavículas, eran cirugías tremendas”.

En la actualidad, con los avances en el tratamiento de cáncer, ya no se llevan a cabo dichas cirugías, solo se extraen los tejidos afectados; en el caso del cáncer de mama se retira una porción de la glándula mamaria a partir de una cuadrantectomía o lumpectomía -extirpación de una parte del seno. “Antes se separaban todos los ganglios de la axila, hoy se realiza así a menos que éstos estén involucrados. Se utiliza el ganglio centinela, por medio del cual, ya sea a través de medicina nuclear o de una inyección de un azul de metileno, se determina el número de ganglios que se deben retirar”, explicó.

Pero no solo en el área de la cirugía se han tenido avances, también en histología – el estudio de los tejidos orgánicos-, pues existen hoy en día biomarcadores del cáncer, los cuales hacen referencia, por lo general, a las proteínas, genes y otras moléculas que afectan la manera en que las células cancerosas crecen, se multiplican y responden ante otros compuestos del organismo, y que ayudan a determinar el tipo de tratamiento que deben llevar los pacientes.

Además de ser fundador de varias escuelas de medicina oncológica en el país y de haber formado una gran cantidad de recursos humanos para el tratamiento del cáncer, De la Garza Salazar hizo importantes aportaciones en el diseño del tratamiento de cáncer de mama, como la quimioterapia neoadyuvante, como actualmente se le conoce.

Este método de tratamiento para el cáncer inflamatorio de mama lo propuso en 1970 y consiste en proporcionar a las pacientes afectadas como primer paso quimioterapia, luego radioterapia y después la cirugía, con lo que se redujo de manera significativa el número de muertes.

Para documentar esta metodología escribió el libro titulado “Inflammatory Breast Cancer”, publicado hace dos años por la editorial Springer. “La propuesta rompió un paradigma en el tratamiento de cáncer inflamatorio de mama”. La aportación más reciente la hizo hace siete años utilizando un medicamento llamado “letrozol”, el cual se usa para tratar el cáncer de mama en etapa inicial en mujeres que han experimentado la menopausia.

El letrozol es un inhibidor de la aromatasa, una enzima que representa un paso primordial en la biosíntesis de los estrógenos –hormona femenina-, los cuales promueven ciertos cánceres. Al bloquear la capacidad que tiene la aromatasa de convertir los andrógenos –hormona masculina- en estrógenos, se evita que haya “alimento” para el tumor cancerígeno.

Ante esta buena reacción, De la Garza propuso a una farmacéutica hacer el estudio con su medicamento y se monitorearon a 40 pacientes del Distrito Federal, Guadalajara, Morelia y Querétaro. Estas pacientes fueron puestas en tratamiento tomado letrozol durante cuatro meses y luego fueron sometidas a cirugía, en las que fue necesario se les dio radioterapia o quimioterapia.

“Todas respondieron bien, la mitad del grupo con más del 50% de éxito, a cinco pacientes no se les palpó nada, a una de ellas cuando se le operó no se le encontró cáncer y a cuatro pacientes sí se les encontró focus microscópicos de cáncer, o sea están curadas”, sostuvo.

El investigador demostró que el tratamiento propuesto junto con su equipo de colaboradores resultó eficaz en pacientes postmenopáusicas que tenían receptor estrogénico y progesterona positivos; en pacientes mayores de 60 o 65 años el letrozol es igual o mejor que la quimioterapia sin los efectos secundarios.

Durante 2012, el cáncer de mama se convirtió en la principal neoplasia presente en la población mexicana de 20 años y más, principalmente en las mujeres (30.9 por ciento); en ese mismo año, de cada 100 fallecimientos por tumores malignos en mujeres de 20 años y más, 15 fueron por cáncer de mama, indica un documento del INEGI de 2014 sobre “Estadísticas a propósito del Día Internacional del cáncer de mama”.

Jaime de la Garza Salazar destacó que el reto principal en el área de oncología es avanzar hacia las terapias moleculares, esto debido a que el cáncer es una enfermedad heterogénea: el cáncer de mama no se parece al de pulmón, ni éste al del melanoma, los tratamientos son totalmente diferentes. “Estamos en la ruta del diagnóstico molecular para ver conocer qué genes están participando en cada uno de los tumores”.

Elizabeth Ruiz Jaimes.

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