Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/035/16
Ciudad de México, 17 de febrero de 2016
La infección por virus Zika, transmitida por mosquitos de la especie Aedes al igual que otras como dengue o chinkungunya, causa síntomas y malestares que afectan la salud humana. Lo más preocupante de la entrada de este nuevo virus al país –con 80 casos reportados, según informó la Secretaría de Salud el pasado 15 de febrero- es que hay aspectos que aún se desconocen y que son importantes como la relación del virus con niños que nacen con microcefalia o si existe una relación entre el ascenso de casos del síndrome de Guillain-Barré y el Zika en territorios afectados por el virus.
“Si se comprueba la asociación con microcefalia se va a convertir en un problema serio por lo que implica la enfermedad en sí misma. Se sabe que un 99% de los niños que nacen con microcefalia viven, sin embargo, la calidad de vida y los problemas familiares, sociales y económicos asociados a este padecimiento son fuertes”, sostuvo Carlos Arias Ortiz, investigador del Departamento de Genética del Desarrollo y Fisiología Molecular del Instituto de Biotecnología de la UNAM.
Planteó que aunque aún está por determinarse la asociación real que pueda haber de estos casos pero asumiendo una eventual relación Zika-microcefalia, existen consideraciones que indican que será un fracción menor de embarazadas las que tendrían ese problema –porque el número de infecciones registradas en países como Brasil en este grupo son pocas-, e hizo hincapié que existen además diferentes factores ambientales como toxinas, temperatura, insecticidas en el agua, aspectos genéticos o infecciones con otros virus, etcétera, que deberán tomarse en cuenta en los estudios que se hagan.
Por otro lado, el vínculo Zika y síndrome de Guillain-Barré fue propuesto por primera vez entre 2013 y 2014 en la Polinesia Francesa. Se trata de una afección neurológica autoinmune en el que el sistema inmunitario del cuerpo ataca una parte del sistema nervioso periférico, la mielina, la capa aislante que recubre las fibras nerviosas provocando escalofríos o pérdida de la sensibilidad y sensación de entumecimiento en alguna de las extremidades u otras partes del cuerpo. Hasta ahora, aseguró el investigador, la relación entre las dos enfermedades y el virus Zika carece de pruebas científicas.
Los casos confirmados hasta el 16 de febrero dados a conocer por la Secretaría de Salud suman 80, siendo Chiapas el estado con mayor presencia (45), seguido por Oaxaca (25), Nuevo León (4), Jalisco (1), Sinaloa (1), Guerrero (2), Veracruz (1) y Yucatán (1).
El virus y su ciclo de infección
En información que ha publicado la Secretaría de Salud, se señala que el virus fue aislado de un mono de la especie macaco Rhesus (Macaca mulata) en 1947 en el Bosque Zika en Uganda, con distribución endémica en países de África como Uganda, Tanzania, Egipto, República Centroafricana, Sierra Leona y Gabón, y el sureste de Asia en naciones como Malasia, Filipinas, Tailandia e Indonesia. En 2007 se documentó por primera vez un brote fuera de África y Asia, en la Isla Yap, en los Estados Federados de Micronesia.
Hasta ahora se conoce que el reservorio u hospederos principales son vertebrados como lo son monos y humanos, “nos falta saber si algún otro animal lo puede hospedar y si será un virus endémico o pandémico”. Carlos Arias, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias y ganador en el 2014 del Premio Nacional de Ciencias, explicó que el dengue se volvió endémico una vez que los humanos se volvieron el reservorio de este virus, “eso puede pasar con el Zika, aunque existe la posibilidad de que cause problemas, como ahora, pero luego desaparezca, es decir, que se comporte como pandémico”.
Todos los arbovirus, como es el caso del Zika, tienen un ciclo que depende de un reservorio animal en el cual se reproduce, después un vector como el mosquito Aedes aegypti (el principal en México), Aedes albopictus (también presente en el territorio nacional), Aedes africanus, Aedes apicoargenteus, Aedes furcifer, Aedes luteocephalus y Aedes vitattus, que toma sangre del reservorio y adquiere el virus, posteriormente pica a otro humano y se lo transmite. Las hembras de mosco transmiten el virus, son las únicas que se alimentan de sangre porque la necesitan para criar a sus huevecillos.
En el caso del dengue, no hay reservorios animales, el virus se mantiene en la población humana en cantidades suficientes para que siempre haya personas que mantengan el virus en la sangre, así, el mosquito lo transfiere a otra persona de manera constante.
Cuando un mosquito hembra se infecta del virus Zika, este se replica o multiplica en su intestino medio para posteriormente pasar a la sangre y subsecuentemente a las glándulas salivales del mosquito. Cuando este pica a una persona, le transmite ese virus que adquirió de un reservorio anterior, el cual tiene un periodo de incubación de 3 a 12 días antes de presentarse los síntomas.
La enfermedad es similar a la fiebre del dengue y es generalmente leve, causa dolor de cabeza, conjuntivitis, exantema (erupción cutánea), dolores musculares y dolor de articulaciones. Otros síntomas menos comunes reportados incluyen anorexia, diarrea, estreñimiento, dolor abdominal y mareos.
Carlos Arias agregó que en México el problema lo están causando el mosquito Aedes aegypti, acostumbrado a vivir principalmente en ambientes urbanos, cría a sus larvas en recipientes que contengan agua dentro o fuera de las casas, y Aedes albopictus en segundo término; pero hay cuando menos seis o siete especies más de mosquitos que se han reportado en diferentes partes del mundo que son geográficamente más limitadas y que han estado asociados a brotes de este virus.
“Viendo la distribución que tiene el dengue en el país, lo que podemos esperar es que el Zika se distribuya, al igual que el chinkungunya, en un territorio amplio en la República (28 estados según la Secretaría de Salud)”, aseguró.
De acuerdo con el virólogo, a través de la Secretaría de Salud México tiene, en general, una muy buena infraestructura de vigilancia epidemiológica para diferentes enfermedades y se puede adaptar al Zika desde el punto de vigilar la presencia del mosco y poder detectar la enfermedad, lo ha hecho bien para el dengue y recientemente con chinkungunya. “Estas capacidades instaladas permiten, en esta parte inicial, poder medir cuál puede ser el impacto que pueda tener o que esté teniendo en México el Zika”.
Elizabeth Ruiz Jaimes.
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