Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/046/10
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, a 30 de abril de 2010.
Cuando un número muy reducido de mujeres ocupa puestos de dirección, es señal de que aún hay mucho que hacer en materia de género, manifestó Suely Vilela Sampaio, ex rectora de la Universidad de Sao Paulo, Brasil, durante el Seminario La Mujer y el Desarrollo Social. Roles de Género en el Espacio Latinoamericano, que se lleva a cabo en esta ciudad.
La científica brasileña señaló que en su país la participación de las mujeres en los cargos decisorios de las empresas se ha incrementado; sin embargo, a medida que el cargo es más importante, menor es el número de mujeres al frente.
En el marco del Segundo Panel: Mujeres en la Ciencia, la Tecnología y la Innovación Vilela advirtió que prepararse para la nueva sociedad global exige nuevos valores como ética, confianza, sensibilidad, creatividad y emotividad, los cuales se encuentran estrechamente relacionados con el mundo femenino; por eso, consideró, el presente siglo será el siglo de las mujeres.
Ante este panorama, indicó, todas las formas del conocimiento, la tecnología y el beneficio que aportan, tienen que ser transferidos a la sociedad, sin dejar de lado a las mujeres y en esta tarea, aseveró, las grandes universidades públicas tienen especial responsabilidad.
Suely Vilela consideró que a pesar de los desafíos que enfrentan las mujeres, son más las contribuciones que hacen a la ciencia, como las 35 mujeres ganadoras del Premio Nobel, y subrayó que ningún campo debería estar fuera de la perspectiva de la mujer, porque de esa manera se estaría desperdiciando el cincuenta por ciento de la capacidad intelectual y creativa de la humanidad.
En su oportunidad, Esther Orozco Orozco, rectora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, señaló que el desarrollo social de una comunidad descansa en la educación de los niños y jóvenes en el pensamiento crítico y científico.
La investigadora, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), consideró que es necesario cumplir el contrato social que obliga a los gobiernos a buscar la paz de las sociedades y la plenitud de los seres humanos. Esto, advirtió, permitiría evitar problemas que enfrentan México y otros países de la región, como la violencia, el desempleo y la restricción de las libertades.
Orozco advirtió que un ejemplo de la problemática educativa es el hecho de que únicamente el 47 por ciento de los jóvenes entre 15 y 20 años asiste a la escuela; mientras que el 53 por ciento no tiene acceso a la educación, expresó. Lamentablemente, dijo, sabemos que este 53 por ciento de jóvenes se encuentra en la calle, experimentando depresión y entregado al ocio y la delincuencia organizada.
Además, si bien se ha avanzado en equidad de género en la incorporación de mujeres a la escuela, apuntó, una vez que los jóvenes terminan sus estudios las inequidades de género reaparecen.
La también ex directora del Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal (ICyTDF), señaló que, entre otras medidas, esta institución otorga becas de maestría y doctorado para apoyar a las mujeres que tienen hijos para que no trunquen sus estudios científicos.
Por su parte, Lorenza Martínez Trigueros, subsecretaria de Industria y Comercio de la Secretaría de Economía, habló sobre la importancia de la innovación para un país en desarrollo como México y los esfuerzos que se hacen desde el gobierno federal para impulsarla.
En el tema de innovación, dijo, necesitamos tener políticas que la impulsen de una forma mucho más agresiva, como lo hacen otros países que mantienen un crecimiento económico mayor.
La especialista en economía internacional aclaró que la innovación no necesariamente es en materia científica, sino que se encuentra en todos los ámbitos, por ejemplo, en procesos comerciales. También acotó que la ciencia básica, aunque no tiene como objetivo una aplicación concreta, es importante, pues constituye conocimiento disponible del que otros agentes pueden echar mano para dar un uso específico que podría ser comercial.
Adicionalmente, dijo, es fundamental reconocer que el agente que genera el conocimiento o la idea nueva, no necesariamente debe ser el encargado de llevarla al mercado, por lo que consideró un reto desarrollar políticas de innovación que integren diversos agentes como industriales, científicos, y agentes de gobierno, entre otros.
Sobre la economía mexicana, opinó que ha habido avances en materia de innovación; sin embargo, aún queda mucho por hacer, pues en el índice de competitividad México ocupa el lugar 73 de 138 países.
Martínez Trigueros sugirió focalizar los esfuerzos en las áreas más promisorias, mejorar los mecanismos de rendición de cuentas y conocer y explotar las potencialidades de innovación en cada región, así como hacer más eficiente el gasto de los recursos dedicados a incentivar la innovación.
Adicionalmente, planteó promover mecanismos para vincular a los investigadores con el sector productivo porque, con frecuencia, lamentó, ni los científicos ni los industriales son plenamente conscientes de los beneficios que la colaboración brindaría para ambas partes.
Sobre el tema abordado por la funcionaria federal, la presidenta de la AMC, Rosaura Ruiz Gutiérrez, manifestó su desacuerdo en cuanto a la consideración de que el país avanza en materia de innovación. Por el contrario, consideró que México carece de una política clara que impulse la innovación, la ciencia y la tecnología.
Desafortunadamente, insistió, todas las políticas para que las empresas lleven a cabo desarrollo tecnológico que se han implementado en esta nación han resultado fallidas, beneficiando especialmente a compañías transnacionales.
Más adelante, María Elena Boisier, presidenta de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica de Chile (CONICYT), dijo que una muestra de las inequidades que las mujeres aún enfrentan en su país es que solamente el 42 por ciento de las mujeres participan en el mercado laboral, con una tasa de desocupación mayor que la de los varones.
Paralelamente, consideró, ha habido numerosos avances, especialmente en materia de disposiciones y reformas legales, como la Ley de Divorcio que en Chile no existía, sanciones al acoso sexual en el trabajo, así como leyes que protegen a las mujeres que trabajan en domicilios particulares.
Sobre el tema de las mujeres y la educación, la funcionaria del CONICYT expresó que en las pruebas nacionales a nivel de educación básica y preuniversitaria, las mujeres chilenas se desempeñan mejor en lenguaje, pero logran peor desempeño que los hombres en las áreas de matemáticas y ciencias.
La maestra en administración de empresas añadió que, a nivel universitario, las gráficas muestran importante participación en el área de salud y humanidades, mientras que menos mujeres que hombres se inscriben en el área de las tecnologías, tanto a nivel maestría como doctorado, aún cuando, reconoció, la matrícula femenina en posgrado ha ido aumentando a partir de 1999.
En su intervención, el moderador de la mesa, Eduardo Martínez García, asesor de la División de Políticas de Ciencia, Tecnología e Innovación de la UNESCO, advirtió que uno de los mayores retos al hablar de temas de género consiste en transmitir a la sociedad y a las instituciones que los problemas de género no son exclusivos de las mujeres.
Añadió que, con frecuencia, las academias de ciencias, los organismos de cooperación internacional, las universidades y los bancos internacionales no reflejan un verdadero compromiso transformando su institución e incorporando un enfoque de género en todas sus tareas, sino que simplemente crean una división o departamento, a cargo de una mujer, que se ocupe de todos los asuntos femeninos.
En este sentido, hizo un llamado a los investigadores asistentes al seminario La Mujer y el Desarrollo Social a considerar esta problemática en sus reflexiones y estudios, e invitó a los varones titulares de las instituciones para que se involucren en la solución de los asuntos que, dijo, atañen a todos los actores sociales.
El seminario La Mujer y el Desarrollo Social. Roles de Género en el Espacio Latinoamericano, es organizado por la AMC, la UNESCO, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Autónoma de Chiapas, y continuará con los páneles Mujer, Sustentabilidad y Toma de Decisiones y Mujer y Bienestar Social.
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