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Ni besos ni abrazos a los fallecidos por COVID-19

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/053/20
Ciudad de México, 06 de mayo de 2020

  • Hasta el momento hay alrededor de 40 propuestas de posibles tratamientos y al menos cinco proyectos para desarrollar vacunas, la mayoría en fase 1 y 2, con animales.

Esta imagen de microscopio electrónico de barrido muestra al SARS-CoV-2 (objetos de oro redondos) emergiendo de la superficie de células cultivadas en el laboratorio. El SARS-CoV-2 es el virus que causa la COVID-19. El virus que se muestra fue aislado de un paciente en los EE.UU.

Esta imagen de microscopio electrónico de barrido muestra al SARS-CoV-2 (objetos de oro redondos) emergiendo de la superficie de células cultivadas en el laboratorio. El SARS-CoV-2 es el virus que causa la COVID-19. El virus que se muestra fue aislado de un paciente en los EE.UU. Imagen: NIAID-RML

La pandemia causada por el virus SARS-CoV-2 está planteando un escenario muy doloroso y poco habitual para los familiares de personas fallecidas por COVID-19, es muy difícil procesar la pérdida de los seres queridos sin poder decir adiós, señaló la investigadora Susana López Charretón, adscrita al Instituto de Biotecnología de la UNAM.

De acuerdo con la especialista en virología, “vivimos en un país de sospechosísmo, donde siempre escuchamos cosas que luego resultan que no son ciertas, así vivimos desde hace mucho tiempo, y cuando llegan escenarios como los que plantea la pandemia, las personas empiezan a desesperarse, muchas veces creen en teorías de conspiración y cuando experimentan la entrada de algún familiar al hospital que al final desafortunadamente fallece, reaccionan de muy diversas formas”.

Ante este panorama y luego que el pasado dos de mayo un grupo de personas irrumpió a la fuerza en el Hospital General de Ecatepec Las Américas, lo que generó un altercado con médicos, enfermeras y vigilantes de esa institución, la investigadora señaló que el riesgo de contagio se da por la convivencia cercana entre personas, sin embargo, hay recomendaciones muy precisas para el manejo de los cuerpos para evitar la propagación del virus, toda esta información está tardando en permear en la población, cuesta mucho trabajo hacer entender a las personas sobre toda la problemática alrededor de este nuevo virus.

El contagio del nuevo coronavirus que tiene su origen en Wuhan, China, se propaga a través de gotitas de saliva o secreciones donde está presente el virus. Una persona que murió de COVID-19 no tose ni estornuda, pero su cara y manos pudieron quedar contaminadas, y es por eso que se recomienda a la familia no tocarlo ni besarlo.

De acuerdo con la Guía de manejo de cadáveres por COVID-19 (SARS-CoV-2), emitida por la Secretaría de Salud, “no hay evidencia hasta la fecha, de que exista riesgo de infección a partir de cadáveres de personas fallecidas por COVID-19, sin embargo, puede considerarse que estos cadáveres podrían suponer un riesgo de infección para las personas que entren en contacto directo con ellos, por lo que deben ser manejados según lo establecido en el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Control Sanitario de la Disposición de Órganos, Tejidos y Cadáveres de Seres Humanos y las Normas Oficiales Mexicanas relacionadas”.
Según este documento, resulta necesario explicar a la familia en términos sencillos la necesidad de no tocar ni besar el cuerpo. Además, establece que no se deben realizar actuaciones de limpieza ni intervenciones de tanatopraxia o tanatoestética sobre el cadáver, si no se puede garantizar el uso correcto de equipo de protección personal apropiado.

“La población debe entender que no se está ocultando nada, que los enfermos se tienen que aislar por el bien de las familias, por muy doloroso que parezca, es por protección”. Respecto a los funerales, comentó que regularmente son reuniones sociales, es decir, suelen reunir a muchas personas y el tipo de convivencia es muy cercano entre los asistentes.

Explicó que hasta el momento hay alrededor de 40 propuestas de posibles tratamientos y al menos cinco proyectos para desarrollar vacunas, la mayoría en fase 1 y 2, con animales.

El remdesivir
El remdisivir es un fármaco que está a prueba en Estados Unidos, fue desarrollado por la farmacéutica Gilead, es un antiviral. Originalmente fue desarrollado para hacer frente a la epidemia de Ébola en África Occidental en 2014 y posteriormente demostró actividad frente a los coronavirus del SARS-CoV y el MERS-CoV.

Este fármaco, fue autorizado por la Food and Drug Administration (FDA por sus siglas en inglés), para su uso de emergencia con tratamientos sugeridos de 5 y 10 días, según la gravedad de la enfermedad. Esta autorización de emergencia es sólo para el tratamiento de la COVID-19, no está permitido para el tratamiento de ningún otro virus o patógeno.

Aunque este fármaco fue calificado por la Organización Mundial de la Salud como un “rayo de esperanza”, tiene efectos secundarios, entre ellos, aumento de los niveles de enzimas hepáticas -puede ser un signo de inflamación o daño a las células del hígado- y reacciones relacionadas con la perfusión del medicamento: desde presión arterial baja, pasando por náuseas y vómitos, hasta sudoración y escalofríos.

Los resultados del ensayo clínico realizado por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos (NIAID, por sus siglas en inglés), que aún no ha sido revisado por científicos independientes, ni ha sido publicado en una revista científica, fue publicado el 29 de abril. El NIAID informó que los pacientes que recibieron remdesivir tuvieron un tiempo de recuperación un 31% más rápido que los que recibieron un tratamiento placebo. Específicamente, la media del tiempo de recuperación fue de 11 días para los pacientes tratados con remdesivir en comparación con 15 días para los que recibieron el placebo. Los resultados también sugirieron un beneficio de supervivencia, con una tasa de mortalidad del 8% para el grupo que recibió el remdesivir contra el 11.6% para el grupo control.

Por otro lado, también en abril, la revista The Lancet publicó los datos de un ensayo llevado a cabo en hospitales de Wuhan (China), donde 237 pacientes fueron inscritos y asignados al azar a un tratamiento (158 a remdesivir y 79 a placebo). El remdesivir se suspendió antes de tiempo debido a los efectos adversos en 18 pacientes (12%). En este estudio se concluyó que no se demostró la eficacia de remdesivir y que aunque los datos indicaban que se acorta la duración de la enfermedad, no fueron estadísticamente significativos.

En resumen, aún es temprano para cantar victoria con respecto a un tratamiento efectivo. El remdesivir es prometedor, pero aún faltan estudios clínicos más amplios para confirmar su efectividad. Mientras tanto, otros tratamientos alternos se están ensayando en el mundo bajo un protocolo llamado SOLIDARIDAD y que es coordinado por la OMS, esperamos que pronto se empiecen a publicar los resultados de ese grupo de protocolos clínicos en los que están participando muchos hospitales en todo el mundo.

Elizabeth Ruiz Jaimes

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