Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/205/16
Ciudad de México, 13 de septiembre de 2016
La frecuencia de enfermedades emergentes y reemergentes en épocas recientes se ha incrementado a consecuencia de diversos factores que permiten una más rápida diseminación de las mismas, tales como la globalización, el comercio, el turismo y otros movimientos poblacionales que incrementan las posibilidades de exposición.
Las enfermedades emergentes consideran a padecimientos relacionados con nuevos agentes, como a enfermedades que recientemente han adquirido carácter epidémico, o que ocurren en países o regiones en las que antes no existían, por ejemplo, en México y el continente Americano las enfermedades ocasionadas por el virus del chikungunya y del Zika son emergentes, a pesar de que en países de África ya se habían registrado casos desde 1952 y 1964, respectivamente.
Las reemergentes son enfermedades que ya se habían controlado y reaparecen, ejemplo de esto es el cólera. En la década de los noventa en México hubo una epidemia que duró varios años, se registraron más de 45 000 casos con una letalidad de 1.12 por cada 100 casos. “Recientemente, en el 2013, se reintrodujo el cólera en México, se registraron únicamente 187 casos en 2013 y 14 casos en 2014, porque se controló el brote rápidamente; el país ya tenía la experiencia de cómo manejar el cólera, la infraestructura sanitaria se había mejorado y entonces una enfermedad que hace 20 años fue un problema de salud pública grave en el país, se controló muy rápido en 2013. El cólera es una enfermedad reemergente porque regresó a México”, sostuvo María Eugenia Jiménez Corona, directora general adjunta de Epidemiología de la Secretaría de Salud.
La fiebre amarilla
En entrevista para la Academia Mexicana de Ciencias, la funcionara destacó que de acuerdo con la Secretaría de Salud el 7 de febrero de 1923 se registró el último caso de fiebre amarilla en México. En la actualidad existen recomendaciones, incluyendo la vacuna, a viajeros que visitan lugares donde esta enfermedad continúa presente: Angola, Ghana, República Democrática del Congo, Etiopia, Uganda y Brasil, entre otros.
La fiebre amarilla es causada por un virus que se transmite a las personas a través de la picadura de mosquitos del género Aedes infectados, los mismos vectores que transmiten Zika, dengue y chikungunya, también es transmitida por los mosquitos Haemogogus, que se encuentran sobre todo en la selva. Algunos síntomas que presentan los pacientes son: fiebre, dolor de cabeza, coloración amarilla de la piel y conjuntivas (ictericia), dolores musculares, náuseas, vómito y cansancio. Una pequeña proporción de pacientes presentan síntomas graves, aproximadamente la mitad de estos casos fallecen. El manejo de estos pacientes consiste en el control de los síntomas debido a que no existe un tratamiento antiviral específico.
A diferencia de Zika y chikungunya, para la fiebre amarilla existe una vacuna muy efectiva desarrollada por Max Theiler en 1937 trabajando para la Fundación Rockefeller. “Esta vacuna no se aplica a toda la población como parte de un programa, ya que tenemos muchas décadas que no se presenta un caso”, destacó Jiménez Corona.
Y al no existir la fiebre amarilla en el país, el único laboratorio que realiza el diagnóstico en México para detectar este padecimiento es el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE), el cual, de ser necesario en este y otros padecimientos, capacita al personal de los Laboratorios Estatales de Salud Pública para acreditarlos –estandarizar la técnica–, como lo ha hecho para Zika y chikungunya.
Ante los casos de fiebre amarilla que han ocurrido principalmente en países de África, la Dirección General de Epidemiología (DGE) emitió un Aviso de Viaje (12-jul-2016) dirigido a personas que viajan a Angola, República Democrática del Congo y Uganda con recomendaciones que deben seguir antes, durante y a su regreso a México, incluyendo la aplicación de la vacuna contra la fiebre amarilla. Asimismo, la DGE emitió un Aviso Epidemiológico (12-jul-2016), que contiene la información básica sobre esta enfermedad, dirigido al personal de todas las instituciones del Sistema Nacional de Salud (SNS).
La principal recomendación para personas que viajan a países afectados por fiebre amarilla es vacunarse por lo menos 10 días antes del viaje para generar las defensas necesarias. De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social, existen siete lugares en la Ciudad de México donde la aplican (previa cita), los datos se pueden consultar en http://www.imss.gob.mx/salud-en-linea/fiebre-amarilla
María Eugenia Jiménez Corona reconoció que el riesgo de que la fiebre amarilla se reintroduzca al país es latente, ya que tenemos el vector y las condiciones climatológicas, aunado a que el comercio y el turismo no se pueden evitar ni restringir. México, aseguró, cuenta con un Sistema de Vigilancia Epidemiológica sólido y con la experiencia e infraestructura necesarias para hacer frente a esta enfermedad.
Entrada de patógenos
Para que los países en el mundo no sean “sorprendidos” con enfermedades emergentes o reemergentes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuenta con un mecanismo de comunicación que es el Reglamento Sanitario Internacional (RSI) para informar a los países miembros de este organismo sobre la aparición y evolución de brotes y epidemias, así las naciones puedan intercambiar información y dar respuesta oportuna a eventos de este tipo que pueden constituir una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional (ESPII), como en el caso del ébola, enfermedad que no ha estado presente en México, pero ante la situación mundial que se presentó “se tomaron las medidas necesarias” para contar oportunamente con un plan de preparación y respuesta.
Lo anterior permitió estar preparados ante la llegada de chikungunya y Zika a México, tenemos claro que “es importante contar con un sistema de vigilancia epidemiológica que proporcione información oportuna y se dé respuesta ante el surgimiento o resurgimiento de enfermedades transmisibles en el contexto de los procesos migratorios y la rapidez de los medios de transporte en un mundo globalizado, señaló.
Elizabeth Ruiz Jaimes.
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