Academia Mexicana de Ciencias
Boletí­n AMC/53/06
México, D.F., viernes 13 de octubre de 2006

• Jóvenes de Michoacán, Veracruz, Guerrero y Jalisco conquistan preseas de bronce
• La competencia iberoamericana se llevó a cabo en Portugal

José Antonio Rivera, Juan Iván Gómez, Denise Haydé Cabrera y Alberto Fernández, los ganadores.
Foto: Cortesí­a de Alberto Fernández
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La selección mexicana obtuvo cuatro medallas de bronce durante su participación en la XI Olimpiada Iberoamericana de Quí­mica, llevada a cabo en la Universidad de Aveiro, en Portugal.

Denise Haydé Cabrera Murguí­a, de Michoacán, Alberto Fernández Alarcón, de Veracruz, Juan Iván Gómez Peralta, de Guerrero, y José Antonio Rivera Mayorga, de Jalisco, fueron los estudiantes que conquistaron las preseas.

Los representantes de nuestro paí­s se enfrentaron a alumnos de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, España, Perú, Portugal, Uruguay y Venezuela.

José Antonio Rivera Mayorga señaló que conseguir esta presea representa la culminación de los esfuerzos hechos durante los entrenamientos, algunos de los cuales implicaba no estar con su familia y amigos.

En opinión de Alberto Fernández Alarcón, en México existe una mayor facilidad para que jóvenes de bachillerato participen en encuentros internacionales, porque, a diferencia de otros paí­ses, hay una mayor movilidad, lo que evita que sean siempre los mismos concursantes.

Rivera Mayorga y Fernández Alarcón, ambos de 18 años, acaban de ingresar a la licenciatura. El primero estudiará en Guadalajara la carrera de quí­mico farmacéutico biólogo, mientras que el segundo ingresará a la Facultad de Quí­mica de la Universidad Nacional Autónoma de México.

El quí­mico Ramiro Domí­nguez (quien fue uno de los supervisores del entrenamiento de los cuatro jóvenes( destacó que gracias a las Olimpiadas de Ciencia, organizadas por la Academia Mexicana de Ciencias, se ha elevado el nivel de la educación quí­mica en México.

“A través de estos concursos los jóvenes conocen qué es la Quí­mica y cuáles son sus beneficios en la vida cotidiana, además de que se acercan a otras disciplinas cientí­ficas como la Fí­sica y las Matemáticas”, comentó Domí­nguez quien, junto Maria Antonia Dosal, coordinadora de la Olimpiada Nacional, y el académico Octavio Reyes Salas, acompañó a la selección mexicana a la competencia realizada del 7 al 15 de septiembre.

Desde la primera vez que se organizó la primera Olimpiada Iberoamericana, que se llevó acabo en Argentina, México ha participado de manera destacada.

El proceso de selección tiene carácter nacional. Se convoca a los mejores estudiantes de bachillerato y cada comité estatal elige a sus mejores alumnos que participan en la Olimpiada Nacional de Quí­mica, organizada por la Academia Mexicana de Ciencias.

Los ganadores de medallas de oro en dicho concurso son considerados como preseleccionados para participar en el entrenamiento para la Olimpiada Internacional de Quí­mica y la Olimpiada Iberoamericana de Quí­mica.

“El entrenamiento es básicamente el mismo; se cubren temas de fisicoquí­mica, quí­mica analí­tica, quí­mica orgánica y quí­mica inorgánica. Abordamos la llamada quí­mica general, hasta temas más especí­ficos la electroquí­mica”, refirió Ramiro Domí­nguez.

Agregó que la preparación contempla desde la definición de conceptos hasta la solución de problemas teóricos y de laboratorio. Llevar a los estudiantes a la práctica es una de las partes a las que se le da mayor relevancia, sobre todo porque en provincia se carece de instalaciones adecuadas para que los jóvenes se puedan entrenar.

“Contar con habilidades en el manejo del instrumental y del equipo es necesario para tener un desempeño aceptable en los certámenes internacionales”, señaló.

El entrenamiento se realiza en la Facultad de Quí­mica de la UNAM y consta de tres etapas, con una semana de duración cada una.