Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/177/11
México, D.F., 29 de agosto de 2011

• Nuestra historia migratoria nos tiene que hacer solidarios de principio y por principio
• El escenario mexicano se recrudeció y esto hizo más vulnerables a los propios vulnerables

Leticia Calderón Chelius, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
Foto: AMC
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La tragedia humanitaria de los migrantes en su paso por México se evidenció hace un año con el hallazgo de 72 personas asesinadas, encontradas en una fosa al interior de un rancho en inmediaciones de San Fernando, Tamaulipas, aseguró Leticia Calderón Chelius, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

Las fosas se ligaron con el narcotráfico y entonces las explicaciones inmediatas fueron que el escenario mexicano se recrudeció y esto hizo más vulnerables a los propios vulnerables –los migrantes-, dijo la socióloga del Instituto de Investigaciones “Dr. José María Luis Mora”.

En términos académicos, expresó, este hecho afianzó un sin número de temas prioritarios en la agenda mexicana como la transmigración por el país, no sólo como territorio de paso, sino también lo que significa para ese tránsito, los migrantes, el contexto mexicano. El estudio de la trasnmigración no es nuevo, lleva años, y por tanto hay estudiosos que ya han hablado del tema, solo que en últimas fechas se visibiliza aun más, apuntó.

La investigadora precisó que los temas que ponen en alerta a los académicos son cuestiones sensibles como la formación de valores; de cultura política, en ámbitos como xenofobia, el racismo y la intolerancia, porque están presentes en ejemplos como el de San Fernando o el del asesinato del joven guatemalteco en Tultitlán, Estado de México (6 de agosto 2011).

El país está preparado para dar el paso hacia la instrumentación, hay muchos cuadros académicos dispuestos a aportar en lo que se tenga que hacer, tenemos los contactos, las redes, todo en términos teóricos para crear el marco legal y lo que tiene que ver con cultura cívica, lo que falta es llevarlo a la práctica, manifestó la académica.

Calderón Chelius agregó: “ya el simple hecho de no poder evadir el tema de migración habla bien de la sociedad mexicana; que los políticos no puedan dejar de declarar, aunque sea un discurso retórico, ya tiene que ver con que la presión de la sociedad civil mexicana está haciendo para que estos políticos tengan que conocer del tema y se presenten llorosos frente al asunto”.

Ese, sostuvo, es un paso importante, pero el siguiente es la respuesta frente a esto, pues a un año de descubrirse las narcofosas y de “haber responsables”, los expedientes no están cerrados. Hay trámites simples como las actas de defunción que los deudos no han recibido y, a las autoridades mexicanas se les sigue cuestionando por no haber dado resultados de una investigación profunda en la masacre de indocumentados en agosto de 2010.

Esto no es una señal ni positiva, ni justa del gobierno federal, como tampoco lo es desechar las observaciones que la Corte Interamericana de Derechos Humanos hace a México, quien sigue sin cumplir, puntualizó.

Especialista en el tema de migración, consideró que hay que aprender a vivir en la diversidad y que la migración es uno de los indicadores de ésta. “Es un tema que nos cruza, porque México es el país con mayor número de emigración en el planeta, y por tanto deberíamos ser doblemente sensibles”.

Eso es lo que sorprende, declaró, tenemos una experiencia histórica de emigración y eso no ha hecho que el país aprenda algo frente a los otros, lo que quiere decir que hay que redoblar la educación y todo los que permita entender a la gente de este país que tenemos una deuda con quien pasa por el territorio mexicano, nuestra historia migratoria nos tiene que hacer solidarios de principio y por principio.