Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/108/14
México, D.F., 29 de marzo de 2014
En 1939 desembarcó en el puerto de Veracruz la mayoría de los aproximadamente 25 mil exiliados de la Guerra Civil Española que acogió México. Lázaro Cárdenas estaba al frente del país durante esa época, pero incluso después de su gobierno (1934-1940) continuaron abiertas las puertas a los perseguidos.
¿Cuál fue el contexto político que llevó a México a solidarizarse no solo con los refugiados españoles, sino también con los perseguidos por el fascismo y el nazismo de la Segunda Guerra Mundial?
Cuando Cárdenas tomó la presidencia, apuntó el historiador Javier Garciadiego Dantan, presidente de El Colegio de México, nuestro país era incómodo en términos internacionales: fue de los pocos países que no había sido invitado a formar parte de la Sociedad de Naciones al término de la Primera Guerra Mundial (se le invitó hasta 1931) y había quedado desprestigiado por los avatares de la Revolución Mexicana y por su desempeño político en la Guerra Cristera (1926-1929).
Pero ese escenario no hizo que Lázaro Cárdenas estableciera una modificación de ruta en el terreno de política exterior, lo que sí hizo, precisó el especialista, fue hacer un cambio de posición. “La política exterior mexicana había sido defensiva hasta entonces y con Cárdenas se hizo activa. Esto explica que apoyase a los judíos y a los españoles en predicamento durante 1938 y 1939”.
Incluso, antes de la Guerra Civil Española, México ya había mostrado su interés por ejercer una política exterior solidaria, afirmó Garciadiego, experto en historia del siglo XX, durante su participación en el homenaje al diplomático mexicano Gilberto Bosques Saldívar (1892-1995), organizado por la Academia Mexicana de Ciencias y la Cátedra del Exilio Español de la UNAM.
El gobierno cardenista había protestado, por ejemplo, contra la invasión de Italia a Etiopía en 1935 y, un día después de la expropiación petrolera (18 de marzo de 1938) contra la anexión de Austria a Alemania, suceso conocido como Anschluss, dijo el científico social al brindar la conferencia “México y el mundo en la época de Gilberto Bosques”.
“El mensaje de Cárdenas fue el de un estadista que le dijo a Estados Unidos e Inglaterra: ´estoy en contra de tus compañías (petroleras), pero en política exterior somos igualmente antinazis y antifascistas´. Y así lo entendieron inmediatamente el gobierno de Roosevelt y el de Inglaterra. Se dieron cuenta que el pleito no era con ellos, que México no era un país anti aliado, sino todo lo contrario.”
Pero la política de Cárdenas fue mucho más compleja que eso, sostuvo el historiador al señalar que también fue muy crítica de la Unión Soviética por lo menos en dos situaciones: en la ocupación a Finlandia (suceso conocido como La Guerra de Invierno que ocurrió en 1939) y por el caso León Trotsky (político y revolucionario ruso)”.
Javier Garciadiego aseguró que el modelo cardenista de política exterior es sumamente elogiable pero solamente podía aplicarse en las condiciones que vivían México y el mundo entonces de la época. Tiempo después, ya con la Segunda Guerra Mundial, con la Guerra Fría y con el desarrollo de Estados Unidos, por ejemplo, su modelo era impensable, puntualizó el también miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
“Hoy queda de él un legado moral y de honestidad, el Exilio Español, y, a mi modo de ver, una nueva forma de hacer política”.
El historiador subrayó que Cárdenas no fue el único gestor de estos cambios, él “fue el que llevó a su máxima expresión esta política forjada por un grupo más amplio de veteranos de la Revolución Mexicana”. De hecho, agregó, la percepción que predomina sobre él es más moral y política, pues se le considera hasta hoy como el único presidente progresista, nacionalista y popular.
No obstante, indicó que para entender a Lázaro Cárdenas es necesario verlo desde una perspectiva histórica, por periodos, pues fue distinto a lo largo de su vida.
El homenaje a Gilberto Bosques se realizó en el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México el pasado 25 de marzo, en el marco del 75 aniversario del Exilio Republicano Español en México.
Alejandra Monsiváis Molina
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