Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/078/11
México, D.F., 8 de abril de 2011

• Un libro que explica y desarrolla un método que pone al descubierto la estructura y las relaciones de las redes criminales del narcotráfico para un mejor conocimiento y entendimiento de este fenómeno

El Dr. Luis Astorga, académico del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
Foto: AMC
Imágenes en alta resolución

Con una exposición amplia y puntual, se presentó el libro “Drug Trafficking, Corruption and States. How Illicit Networks Reconfigure Institutions in Colombia, Guatemala and Mexico”, un trabajo que aborda y explica desde las ciencias sociales, apoyado en un método científico e innovador, el entramado de los grupos de narcotráfico.

“Este es el resultado de un proyecto de investigación ambicioso y necesario. Es una visión que combina un marco teórico novedoso y los trabajos de investigadores de cada uno de estos países, así como un ensayo de colaboración interregional entre colegas que quieren ir más allá del intercambio personal de ideas”, dijo Luis Astorga, académico del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.

Astorga es junto con los especialistas colombianos Luis Eduardo Salcedo-Albarán y Luis Jorge Garay, de la Fundación Método y coordinadores del libro, así como Francisco Gómez, periodista, los autores de este trabajo, que se encuentra en el proceso final de revisión en su versión original en inglés y que en unos meses más estará también disponible en español.

El sociólogo mexicano, que participó en este libro con la elaboración del contexto histórico e institucional de los casos mexicanos que se exponen, como el de la Familia Mexicana, sostuvo que no se puede trasplantar o generalizar experiencias de un país a otro, o de una región a otra por la complejidad de los fenómenos que se presentan.

Lamentó que los medios no trasmitan en un espacio suficiente este tipo de trabajos “que ayudarían en mucho a enriquecer el debate” y los exhortó a ser más mesurados y cautelosos en los juicios que se emiten en determinados fenómenos, como el del narcotráfico.

“Estamos acostumbrados a sobresimplificar muchas cosas, se ven las cosas en términos de blanco y negro, bueno y malo. Trabajos como el que hoy presentamos constituyen un reto para los que nos dedicamos al estudio de este tipo de de fenómenos y la complejidad se hace mayor mientras más se transita de un sistema de partido de Estado a uno de alternancia de partidos”.

Astorga recriminó frente al público reunido en uno de los auditorios del Instituto, que medios, analistas, académicos y colegas analicen los fenómenos de la transición con las mismas herramientas con las que se estudiaron en el pasado.

“Una herramienta que valía y servía antes para entender ciertas cosas, ahora es inútil por la actual reconfiguración total del campo político en México y del entrecruzamiento de distintos intereses que se dan en diferentes partes del país entre grupos políticos, criminales y empresariales, por eso trabajos como este nos hacen ver con mayor detalle los entramados que hay y a los que hay que ponerles mucha atención”.

En este sentido, dijo que no es lo mismo lo que pueda pasar ahora en Chiapas, a lo que está pasando en Chihuahua, o lo que ocurre en Sinaloa, “porque aun cuando son los mismos agentes sociales, se olvida por completo el peso de la historia y el sistema político que se ha tenido hasta la actualidad o el que está en proceso de conformación, y de cómo se reconfiguran estas relaciones entre los distintos campos que intervienen.

Sabemos, sostuvo, que el tráfico de drogas atraviesa prácticamente a toda las sociedad, pero precisó que hay agentes sociales que tienen una participación más directa e importante que otros. “Ese tipo de fenómenos son los que observamos y no les ponemos la atención debida con análisis rigurosos, por eso esquemas tan novedosos como el que se presenta son muy útiles”.

Luis Eduardo Salcedo-Albarán, co-fundador de Fundación Método, explicó que una de los capítulos que toca el libro, tema central de uno que lo antecede, se refiere al análisis de las redes criminales, que en el caso de “Tráfico de Drogas, Corrupción y Estados. Cómo grupos ilícitos reconfiguran las instituciones en Colombia, Guatemala y México”, es una herramienta contextualizada y enriquecida con el aporte de los investigadores.

Añadió que el concepto de reconfiguración cooptada del Estado se fundamenta del que utilizó en los años 90 el Banco Mundial, reconfiguración de captura del Estado, para entender la idea de captura a través de grupos inicialmente legales en Estados de transición en Europa del Este con el objeto de mostrar cómo grupos económicamente poderosos tenían la capacidad para infiltrarse en las instituciones y tener beneficios, principalmente económicos, a partir del soborno transnacional, a gran escala.

“Para hacer más complejo el análisis de redes, incorporamos otros conceptos y no sólo grupos legales, sino a paramilitares, guerrilleros, narcotráficantes, y agentes con propósitos criminales para desarrollar acciones de narcotráfico con beneficios criminales y penales, lo que arrojó la variable de la violencia, como la manera de infiltrarse, manipular incluso instrumentar desde el interior de las instituciones que son clave para el funcionamiento de los Estados”.

El joven investigador y catedrático explicó que esto lleva no sólo a un escenario con agentes externos al Estado, sino a uno con agentes estatales que buscan asociarse con agentes criminales para obtener beneficios a través de su capacidad para ejercer la violencia “y surgen situaciones en las que se observan a candidatos y/o funcionarios en cargos públicos que buscan la misma relación de beneficio, lo que lleva a una reconfiguración de instituciones que se desarrollan a mediano y largo plazo, incluso que lleva a la legitimación de esos agentes en el entorno cultural y social en el que actúan”.

Con este método en su aplicación empírica, dijo Lus Eduardo Salcedo-Albarán, se puede conocer qué tipos de agentes están interviniendo en las estructuras criminales y cuáles son las relaciones que se establecen, “se llegan a escenarios tan complejos como son las relaciones de amistad, noviazgo, acuerdos políticos y administrativos”.

El académico colombiano Luis Jorge Garay destacó que el libro es un trabajo colectivo, con aportaciones que enriquecen de una forma clara la compresión de las complejas y dinámicas de los procesos que se dan en los grupos criminales que hay en cada uno de los países que se estudian.

Reconoció que este ejercicio dejó varias enseñanzas que van desde verdades obvias y sabidas que en este proceso de aproximación sistemática conduce a la corroboración de los hechos, hasta reconocer que las redes ilícitas son cada vez más “transnacionalizadas”.

Que existe un “proceso de delimitación clara entre los grupos: los cárteles colombianos en México son proveedores sin ninguna otra potestad más allá de gestión de la red ilícita. Esto es muy importante, porque se observa que los grupos respetan su territorialidad nacional. Hasta ahora no ha habido confrontación”; así como las diferencias en cuanto a la calidad jurídica y pericial en cada uno de los países en los que se aborda en esta edición.

El reportero Francisco Gómez, de El Universal, con larga trayectoria en la cobertura periodística de esta vertiente, sostuvo que este esfuerzo ha permitido una experiencia que por primera vez trata el tema del narcotráfico con una visión global y particular a la vez que arroja luz a las cosas que ocurren en nuestro país.

Su colaboración se centró en presentar una historia para explicar las redes que se dieron a partir de este análisis científico. “Hay un ejemplo muy claro de cómo operan estas redes de criminales, como el de la Familia Michoacana, cuyo personaje central, Cervando Gómez Martínez, ha estado operando con vínculos con funcionarios de gobierno y grupos criminales. “Es el hombre que se ha atrevido a proponer un pacto de forma directa al presidente de la República”.