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LOS PAISES QUE TENGAN AGUA Y LA CUIDEN FIJARÁN LAS REGLAS AL RESTO DE LA HUMANIDAD

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/057/11
México, D.F., 21 de marzo de 2011

  • El vital líquido es un recurso estratégico, dice experto
  • Mejorar su conservación y distribución, la clave
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Foto: AMC

Si la masa de los mantos de agua dulce disponible para los humanos no ha cambiado, y no va a cambiar (menos del 1% del total de líquido existente en el planeta), y el crecimiento poblacional no para, la actual situación del agua en el mundo es preocupante, sostuvo el investigador Jorge Gómez Hernández, quien elevó la alarma al añadir que esta situación afecta todavía más a unos países que a otros.

“Hay naciones como los que se localizan en África, en donde es verdaderamente crítica la insuficiencia del líquido; en otros, como en Canadá, con los mayores mantos de agua potable en el mundo y con una densidad poblacional muy baja, el problema no existe”.

El miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) e investigador del Departamento de Biotecnología de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa, indicó que con el crecimiento de la población, el desarrollo industrial y de la agricultura, el mundo enfrenta un problema muy grave en el que debemos participar todos. “El agua no es un bien de unos, pertenece a todos los que estamos en el planeta”.

Ante este panorama, Gómez Hernández manifestó que el agua se debe considerar “como un recurso estratégico, quienes más tengan y la cuiden le fijarán las reglas del juego al resto de la humanidad”, pero el científico fue a más al señalar que la escasez del vital líquido tiene efecto directo en la producción de alimentos y hasta energética; “por tanto, quienes la tengan, tendrán más poder político”.

Aun cuando dijo que en este momento no se ve todavía un conflicto relacionado con el agua, criticó el hecho de que no se haga nada para su conservación y distribución. “Con el tiempo empezaremos a ver disputas locales y luego internacionales. El agua es de toda la humanidad, es un bien común, por tanto, es un derecho tener acceso a ella y también la obligación de todos, de cuidarla”.

México y sus ciudades, viven el problema

El especialista puso en contexto que desde la primera mitad del siglo XIX la población en México fue creciendo de manera desmesurada, con ella la industria, la agricultura, asociada con un mayor empleo del agua. El país, por otro lado, aunque cuenta con una zona costera envidiable, se considera semidesértico, en particular la zona centro y norte.

Agregó que no obstante que en la Ciudad de México la precipitación pluvial es aceptable, el número de habitantes en la zona metropolitana (20 millones) es significativamente grande, lo que ha creado un déficit de agua alarmante. El mayor del país.

Comentó que la inversión para recuperar el agua pluvial ha sido escasa o nula, y si a esto se le suma que no se cuenta con las plantas necesarias para el tratamiento de las aguas residuales urbanas e industriales, las cuales utilizan tecnología obsoleta, la eficiencia de funcionamiento y su velocidad son mediocres.

En opinión del investigador, el problema del agua requiere atención en el plazo más corto posible, y para ello, subrayó la necesidad de innovar procesos, formar profesionales que operen con mayor eficacia los mismos, así como mejorar la gestión del agua, además de invertir más fondos para incrementar la investigación de punta.

Gómez Hernández lamentó por otro lado, que en las dos últimas décadas se hayan formado doctores en disciplinas relacionadas al manejo, conservación y distribución del agua, y no tengan empleo o estén dando clases en algún tecnológico, y no estén haciendo aquello en lo que se les habilitó. En consecuencia, la inversión de recursos y tiempo en su formación ha sido inútil.

“Los gobiernos mexicanos han tenido y tienen otras prioridades. Mientras más tiempo se deje pasar, además de mayores costos económicos, los habrá también sociales y políticos”, advirtió.

El gobierno se queda a la mitad del camino

El miembro de la AMC añadió que aunque en México se llevan a cabo investigaciones en el tema del agua, las universidades forman los recursos humanos de alto nivel y los trabajos de investigación de los egresados se publican en revistas internacionales de alto impacto, podría decirse, por el contrario, que las autoridades gubernamentales no están participando como tendrían que haberlo hecho desde hace tiempo.

“Los científicos chinos están tomando la investigación que se hace en México para su aplicación al tratamiento de las aguas residuales y están generando nuevas tecnologías, mismas que deberíamos estar haciendo en México.

Abundó que aunque hay varios proyectos premiados, el gobierno y la industria cuando invierten en procesos para el tratamiento de aguas residuales y actividades vinculadas al sector, prefieren hacerlo comprando tecnología que con frecuencia no es la que se requiere y que opera bajo la asesoría de personal extranjero.

“El gobierno mexicano (y su industria), a través de las universidades públicas, está formando y apoyando de alguna manera a grupos de trabajo que están ya en posibilidades de aportar soluciones a problemas de México, sin embargo, los ignora. En alguna medida el gobierno sí hace la chamba, pero olvida a quienes la han hecho (en el área de la investigación científica). Es absurdo”.

El camino a seguir

Por lo pronto, lo que se podría hacer, insistió el científico de la UAM-Iztapalapa, es invertir más en investigación y fomentar el interés por hacer estudios de posgrado, así como promocionar la investigación entre grupos, ya que el trabajo multidisciplinario en México es poco frecuente.

Consideró que aun cuando existen esfuerzos de grupos independientes con acciones de tipo educativo sobre los graves problemas ocasionados por el deterioro ambiental, éstos son aislados, los cuales, en el mejor de los casos, tendrán resultados a mediano plazo si las escuelas básicas juegan un papel más activo en la educación de los niños.

“Hay que empezar en la educación básica para crear conciencia. En unos 20 años empezaríamos a ver gente más consciente. Las campañas en los adultos sobre conservación ambiental, como lo es el cuidado del agua (la basura, el aire) son una tarea casi inútil, pero es a donde se dirigen las campañas en la actualidad”.

Desafortunadamente, subrayó el especialista, en la sociedad mexicana no se tiene conciencia plena de lo que está pasando con el agua.

De la efectividad de aplicar un aumento en las tarifas del agua para asegurar su cuidado, el investigador sostuvo que esto no resuelve el problema de su escasez si la población en el mundo y en México va en aumentando.

Puso como ejemplo también el consumo que hace la clase media que gasta más agua que los demás sectores de la población, entonces “podrían pagar el aumento y seguir con el dispendio, lavando pisos y vehículos con chorros de agua”.

Lo que ayudaría a tener algún efecto benéfico –mencionó- sería invertir parte de un eventual aumento al precio del líquido a mejorar la infraestructura para su distribución y captura, en la construcción de plantas con tecnología propia, para el tratamiento de las aguas residuales y sistemas de captura que no mezclen las aguas negras con la pluvial.

“El volumen de agua en el mundo no va cambiar, pero si no tratamos la que usamos, habrá menor disponibilidad de ella por estar contaminada. Las tecnologías de riego agrícola deben modernizarse, ya que este sector es uno de los principales consumidores y el uso desmedido de fertilizantes también tiene efectos adversos sobre la disponibilidad de agua para consumo humano”, concluyó el biotecnólogo.

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