Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/135/16
Ciudad de México, 16 de junio de 2016
El trabajo antropológico generalmente dice más de la sociedad a la que pertenecemos que de las sociedades que estudiamos, por lo cual es necesario reflexionar acerca de cómo se elige un tema, una población o una geografía cuando se realiza investigación antropológica, mencionó la doctora Neyra Alvarado Solís, del Programa de Estudios Antropológicos de El Colegio de San Luis.
Durante la conferencia “Los hilos de la vida. Etnografías antropológicas en el norte de México”, la investigadora señaló que uno de los elementos que también requiere análisis es el trabajo de campo que se realiza como parte de los estudios antropológicos, ya que de esta manera se podrá crear una política que atraviese la investigación antropológica en todas sus etapas.
“Es necesario generar esta política en el trabajo de campo, en especial en el de larga duración, porque es importante el rol que, como investigadores, tenemos en la población a la que estudiamos. Aquí es cuando entra la ética, la cual no se limita a los códigos que aparecen en los protocolos de investigación, sino que se manifiesta en las condiciones que permiten, una vez que conociste sus reglas, circular entre la población y poder dialogar con las personas que te acepten para hacerlo”.
Uno de los objetivos de la conferencia que tuvo lugar hoy en el Aula Magna de El Colegio de San Luis consistió en explicar la metodología que utiliza Alvarado Solís, ya que, por ejemplo, en el trabajo de campo influye el papel que el antropólogo tiene en la sociedad en la que vive, su formación y su empatía con la población de estudio.
“La biografía de los investigadores sociales tiene mucho que ver con la elección de temas y métodos, por lo cual me interesa hablar de la participación de la población en los proyectos, así como de la restitución que se le da a lo largo de la investigación, tal es el caso de cuando te solicitan que participes en su dinámica de vida, en regresar los trabajos o discutir con ellos las traducciones, y aunque este proceso no siempre se cumple, desde mi experiencia es relevante”.
Los hilos de la vida
Neyra Alvarado Solís, ganadora del Premio de Investigación de la Academia Mexicana de Ciencias en 2008 en el área de humanidades, también habló de sus estudios de los rituales en poblaciones marginales de la antropología mexicana que habitan o circulan el norte de México, tal es el caso de los mexicaneros de la sierra Madre Occidental, que son minoría en relación con coras, tepehuanos y huicholes, quienes también habitan en la sierra.
“Para los mexicaneros el nacimiento del tiempo humano y el movimiento del mundo se expresa ritualmente por la frase ‘trenzar o torcer la cuerda’, en el que titailpi significa nos atamos, mientras que timokotonal nos trozamos. Esta cuerda o hilo tiene relación con el tiempo y el calendario ritual. El corte de esta cuerda señala la separación del mundo de los vivos del de los muertos (atar la vida y trozar la muerte)”.
Los estudios que la antropóloga social ha llevado acabo con los mexicaneros y otras poblaciones muestran que el individuo y la colectividad se atan y se separan ritualmente de su linaje, patrimonio, territorio y ancestros. “Así, la metáfora de los hilos (que pueden ser hilos en espiral, hacia arriba, hacia abajo o cordones torcidos) se ve expresada en la investigación que he realizado de las peregrinaciones en los desiertos, en las cuales el peregrino se ata y se desata en el recorrido como una forma de vincularse con los ancestros y los muertos que habitan en el desierto o también, en el vínculo personal del antropólogo con los temas y las poblaciones que elije”.
En lo que respecta a las peregrinaciones, la investigadora mencionó que ha analizado cómo se vive el desierto, cómo los peregrinos tienen una organización dinámica y cambiante que les permite funcionar en este espacio “hostil” que representa el desierto. “El cambio en las formas de organización es un aspecto común en las poblaciones que se mueven, lo cual me llevó a analizar cómo circulan los gitanos ludar en el norte del país para dar espectáculos, cómo conciben el territorio, cuál es la organización social y cómo viven el parentesco que les permite esta movilidad, además de conocer la opinión de los espectadores acerca de las representaciones que los gitanos ludar brindan”.
Adicionalmente, Alvarado Solís trabaja en un proyecto de antropología de la infancia, en específico con los gitanos ludar, porque en los trabajos antropológicos suelen ser estudiados los adultos y no los niños.
Previo a la conferencia, el doctor José Luis Morán López, vicepresidente de la AMC, dio la bienvenida a la charla, y María Mora Ledesma, secretaria académica de El Colegio de San Luis, y David Vázquez Salguero, investigador del mismo centro, compartieron la semblanza de la investigadora e hicieron diversas consideraciones a la obra de la antropóloga.
Noemí Rodríguez González.
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