Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/042/13
México, D.F., 31 de enero de 2013
Los delegados estatales que participan en las Olimpiadas de Ciencias que organiza la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) son, desde hace más de dos décadas, un eslabón fundamental para el éxito de estos concursos, que buscan promover y estimular una formación científica entre los jóvenes del país.
Son hombres y mujeres dedicados a la docencia en su vida cotidiana, algunos de ellos a la investigación, incluso los hay quienes combinan ambas actividades con labores dentro de la estructura administrativa y académica en las universidades públicas estatales a las que pertenecen.
Su única recompensa como delegados de Olimpiada –una tarea más que asumen de manera voluntaria- es contribuir a la formación de estudiantes y tener la satisfacción de ver representado a su estado a través de la elección que se hace de los mejores alumnos de nivel bachillerato, quienes eligen participar en alguna de las Olimpiadas que realiza la AMC en Biología, Química, Geografía e Historia.
En Querétaro, donde se llevó a cabo la XXII Olimpiada Nacional de Biología, se reunieron 28 delegados, que con excepción de Colima, Nayarit, Quintana Roo y Sonora, representaron a todos los estados de la República con sus respectivas delegaciones de estudiantes.
De este grupo, hay diez delegados que desde hace 22 años asumieron el compromiso de formar a los equipos estatales y lo hacen convencidos de los beneficios de este programa, cuyo objetivo es despertar vocaciones científicas entre los alumnos de nivel bachillerato en cualquiera de las áreas del conocimiento, aunque por su formación, en la mayoría de los casos en el ámbito de la biología, buscan principalmente aumentar la matrícula de su especialidad.
Entre los delegados que iniciaron con la Olimpiada de Biología desde que esta arrancó en 1991, están Jorge Martínez (Aguascalientes), Andrés Rodríguez (Coahuila), Jorge Lugo (Estado de México), Rosa María García (Guanajuato), Ramón Cavazos (Nuevo León), Ricardo Tecuanhuey (Puebla), José Roberto Fong (Sinaloa), María Leandra Salvadores (Tabasco), Cuauhtémoc Velázquez (Veracruz) y Carlos Isaac Silva (Querétaro), delegado anfitrión en el 2013 de la olimpiada.
El anfitrión
“Hace 22 años, la Academia Mexicana de Ciencias convocó a cada una de las entidades federativas de nuestro país a participar en su programa denominado Olimpiadas de la Ciencia y desde entonces algunos de nosotros hemos venido realizando año con año este esfuerzo de buscar y encontrar a los jóvenes más talentosos y entusiastas de la Biología”, dijo el doctor Silva Barrón, profesor investigador de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Autónoma de Querétaro, fundador de la carrera de Biología.
El delegado de Nuevo León
Para Ramón Cavazos, las más de dos décadas transcurridas en la historia de esta Olimpiada representan para él una aventura llena de satisfacciones, trabajo y esfuerzo. Reconoció que con el paso del tiempo se ha ido poniendo mayor atención en la preparación de los jóvenes para que alcancen mejores resultados ante el nivel de la competencia.
Destacó la forma en que los estudiantes asumen el reto de participar y de ir por las medallas primero a nivel nacional y luego fuera del país. “Hace unos años no había para los jóvenes mexicanos concursos más allá de nuestro territorio y quizá eso no era tan motivante, pero ahora que los hay, como las Olimpiadas Internacional e Iberoamericana, son un buen motivo para ellos y esto le vino a poner sabor al concurso”.
Al frente del equipo, Ramón Cavazos, docente y subiderector administrativo de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma de Nuevo León, ha concentrado en estos 22 años a 131 alumnos con los que ha ganado 128 medallas de oro, plata y bronce solo a nivel nacional, sin contar las obtenidas internacionalmente.
“Pero el trabajo no es solo mío. Hay un grupo de unos 45 maestros e investigadores de mi Facultad que apoyan con la preparación de los estudiantes y que lo mismo sucede en mayor o menor medida con otras delegaciones”, reconoció.
Añadió que “si un delegado no hace el trabajo como se debe, desde conseguir los recursos a nivel local, elegir a los estudiantes, prepararlos y posteriormente llevar a los mejores a la etapa nacional, pues de nada serviría la Olimpiada que premia la excelencia”.
La de Tabasco
María Leandra Salvadores recordó la invitación que hiciera la Academia Mexicana de Ciencias hace 22 años para que las universidades públicas colaboraran con el programa y con ello entusiasmar a los estudiantes de nivel bachillerato a optar por la investigación científica como una posibilidad de desarrollo profesional.
“Como científica me inquieta y preocupa que los jóvenes concursen y definan su proyecto con una vocación bien estructurada. A lo largo del tiempo uno se anima de ver que vienen nuestros jóvenes con mucho gusto y entusiasmo a concursar, porque se tiene que tomar en cuenta que su participación es extracurricular, es solo una satisfacción personal, pero muy valiosa porque les ayuda en su formación”.
Agregó que al principio los alumnos no tienen a la biología como una opción de carrera universitaria, pero después de estar en la olimpiada se inscriben en ella o en otra, que ese es el objetivo, y no solo eso, algunos de ellos incluso hoy son doctorados exitosos.
De su estado, la maestra en Ciencias Ambientales en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco admitió no ser “un gran ganador de medallas, pero es un participante que no falta a la cita y cumple con su compromiso, y ello siempre da ánimo”.
El “benjamín” de los delegados
Entre los delegados con menor tiempo en el cargo, ya que los hay con nueve, cinco, tres años, está el “benjamín” del grupo, Salvador González Guzmán, de Baja California, quien en Querétaro asistió a su primera olimpiada nacional, apenas con unos meses como responsable estatal.
“Mi interés por integrarme a este concurso es precisamente impulsar la carrera de Biología entre los jóvenes y si eligen seguir en el posgrado mucho mejor, pues esa es la intención”.
Opinó que la Olimpiada Nacional de Biología es un evento interesante e importante para el país, los estados y los estudiantes: “Es una buena experiencia para alumnos y una magnífica oportunidad para que midan sus capacidades y se prueben hasta dónde pueden llegar”, dijo el profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de Baja California.
Fabiola Trelles Ramírez
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