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Las Academias de Ciencias, Ingeniería y Medicina de EU y México avanzan en una agenda de cooperación para la solución de problemas binacionales

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/039/18
Ciudad de México, 16 de febrero de 2018

  • Liberarse de muros, barreras y fronteras porque la ciencia no los reconoce ni los necesita, coinciden los representantes estadounidenses.
  • Celebran en la Ciudad de México la Segunda Reunión Bilateral los titulares de las seis academias.
Firma de la Declaración conjunta del contexto para la cooperación continua entre las Academias de Ciencias, Ingeniería y Medicina de México y Estados Unidos. En la imagen: signa el documento el presidente de Academia Mexicana de Ciencias, José Luis Morán. A su derecha Marcia McNutt, presidenta de la Academia Nacional de Ciencias, y a su izquierda Clayton D. Mote Jr., presidente de la Academia Nacional de Ingeniería, ambos de EU.
Firma de la Declaración conjunta del contexto para la cooperación continua entre las Academias de Ciencias, Ingeniería y Medicina de México y Estados Unidos. En la imagen: signa el documento el presidente de Academia Mexicana de Ciencias, José Luis Morán. A su derecha Marcia McNutt, presidenta de la Academia Nacional de Ciencias, y a su izquierda Clayton D. Mote Jr., presidente de la Academia Nacional de Ingeniería, ambos de EU.
Foto: Elizabeth Ruiz Jaimes/AMC.
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Los presidentes de las Academias de Ciencia, Ingeniería y Medicina de México y Estados Unidos firmaron y presentaron una Declaración Conjunta para la Cooperación Continua entre ambas representaciones.

La rúbrica del documento se llevó a cabo la tarde del pasado jueves en una rueda de medios celebrada en la Capilla del Palacio de Minería, donde estuvieron presentes los titulares de las seis academias, y el director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Enrique Cabrero Mendoza, como testigo de honor.

La Declaración incluye cinco puntos, entre los que destacan: el reconocimiento de la relación entre México y Estados Unidos como estratégica, multidimensional y fundamental para el desarrollo económico y social de ambos países; así como considerar el porcentaje del producto interno bruto (PIB) en investigación e innovación, utilizando como guía el porcentaje del PIB invertido anualmente en investigación y desarrollo por naciones competitivas a nivel mundial.

En el texto también se subraya la importancia de una fuerte presencial federal en investigación básica, y de la inversión privada en investigación que conduzca a aplicaciones comerciales; y el aumento en los niveles de intercambio y colaboración académicos, científicos, de ingeniería y medicina entre México y Estados Unidos.

“La firma de la Declaración Conjunta para la Cooperación Continua entre las academias es el comienzo de una nueva etapa de colaboración que inició hace muchos años y que se ha mantenido viva independientemente de los vaivenes políticos”, sostuvo el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), José Luis Morán.

Añadió que Estados Unidos ha sido para nuestro país un colega natural, “con el que más intercambio científico tenemos”. Morán señaló que esa cercanía y la tradición de muchas décadas debe continuar e intensificar la actividad científica en todas las áreas.

También recalcó que el papel de la AMC es impulsar y promover, siempre que sea posible, la colaboración entre pares de todas las latitudes, “el día de hoy ratificamos ese gran interés que tenemos de colaborar en la solución de problemas de comunes entre Estados Unidos y México”.

José Luis Morán declaró que la comunidad científica mexicana ha ido creciendo, quizá no al ritmo deseado, pero que se trata de una comunidad robusta en algunas áreas del conocimiento que permite “ahora sí hablar de colaboración entre pares”.

Por su parte, Marcia McNutt, presidenta de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, resaltó que en la reunión de trabajo que sostuvieron la mañana de ayer jueves, previo a la firma del documento conjunto, tuvieron “grandes discusiones” con sus contrapartes de las academias mexicanas y que el diálogo culminó con la firma de la Declaración.

“Si leen las noticias que vienen de la capital de nuestro país pensarían que en todo se trata de construir muros (…) por el contrario, en las pláticas que sostuvimos por la mañana de lo que hablamos fue de derribar muros, derribarlos entre disciplinas, entre academias, entre las naciones, porque honestamente la ciencia no tiene fronteras, nos las conoce y no las necesitamos entre estas dos naciones y no podemos tolerar fronteras dentro de la ciencias”.

McNutt añadió que en las conversaciones los participantes hicieron observaciones en el sentido de que esas órdenes frenan en lugar de impulsar hacia adelante, por lo que era necesario liberarse de todas las barreras, no solo de los muros físicos, también de las fronteras y barreras que están en las colaboraciones de los dos países, ya sean culturales, estructurales, financieras, administrativas o de otro tipo, porque es en beneficio de los proyectos científicos, de la economía y del progreso de ambos países.

Manifestó que lo que se busca es contar con proyectos sólidos, y que aun cuando se sabe que las dos naciones son co-dependientes económicamente, también se conoce que esta colaboración científica de “ninguna manera es opuesta a esa co-dependencia económica y nos comprometimos a dar los pasos necesarios para asegurarnos que en el futuro remediemos ese desbalance”.

En tanto, el presidente de la Academia Nacional de Medicina del vecino país del norte, Victor Dzau, coincidió en que la ciencia no conoce fronteras y derribarlas es un beneficio porque ayuda a resolver enfermedades y otros problemas, a estar más sanos y más felices.

Señaló que la firma de la Declaración sirve para trabajar en oportunidades y desafíos comunes y “no se me ocurre un mejor momento en la historia para mejorar y aumentar la colaboración en nuestras academias”.

Explicó que las Academias de Estados Unidos y México comparten la misma visión, pues buscan mejorar a la sociedad, a la ciencia, y estos beneficios son también para la humanidad; asimismo, dijo, reconocen la excelencia, y todos sus miembros reflejan el más alto nivel de los logros profesionales y el compromiso con la ciencia.

“Las academias colaboran y son interdisciplinarias, hablamos de desarrollar a la siguiente generación y necesitamos trabajar muy duro para mejorar las relaciones internacionales, así que los dos queremos hacer una diferencia a nivel nacional e internacional”, apuntó Dzau.

Consideró que nunca ha habido un momento más emocionante para la ciencia y para la medicina como el que se vive en la actualidad, pues se ven avances, por ejemplo, en la medicina regenerativa, robótica, inteligencia artificial, big data, lo que en su opinión ha transformado a la medicina.

“Sabemos que enfrentamos grandes desafíos en la medicina, vemos, como ustedes, el aumento de enfermedades como la diabetes, la hipertensión, las enfermedades cardíacas; la humanidad se hace cada vez más grande y debemos lidiar con padecimientos mentales, adicciones, tenemos diferentes epidemias, así que debemos ser responsables y trabajar en conjunto para abordar estos problemas, expuso.

Dzau consideró que diversas problemáticas inyectan en los países más incertidumbre a este panorama, ya que se observa un aumento en el populismo y en el nacionalismo y el trabajo que se lleva a cabo en la ciencia y la tecnología “jamás había sido tan importante en estos tiempos desafiantes. Debemos recordar nuestra misión y nuestros valores y seguir trabajando por tener mejor información para guiar las decisiones y las políticas públicas; tenemos que dar consejos importantes a los tomadores de decisiones y en este concepto las academias nacionales y su colaboración jamás había sido tan relevante”.

Jaime Parada, presidente de la Academia de Ingeniería de México, indicó que la Declaración “es un mensaje para los gobiernos, pero también para las sociedades de ambos países de que las academias y la comunidad de CTI están decididas a trabajar con buena voluntad y en áreas de interés mutuo, resolver problemas de gran impacto con soluciones basadas en la ciencia, la tecnología y la innovación”.

Informó que durante la sesión de trabajo que tuvieron acordaron plantear tres tópicos concretos que pudieran ser emblemáticos de ese espíritu de buena voluntad de la colaboración entre los dos países. Las seis academias, apuntó, trabajarán en la elección de esos tres temas con la definición de proyectos de gran impacto para ambas comunidades y países. “Tan pronto tengamos las propuestas en este año las someteremos a las respectivas agencias nacionales para el financiamiento”.

Agregó que se puso en la mesa “el sueño de tener un fondo bilateral” entre las agencias que financian CTI en Estados Unidos y México. Igualmente, Parada aseguró que las academias se fortalecerán compartiendo sus mejores prácticas, incrementarán mutuamente el número de miembros correspondientes, y habrá acciones encaminadas a tratar de construir puentes de entendimiento y colaboración entre los países.

La ciencia de EU ha sido muestra de gran aplomo
En su mensaje, el director general de Conacyt, Enrique Cabrero, señaló que en la actualidad la comunidad científica en Estados Unidos ha sido muestra de un gran aplomo histórico, marcando una agenda que defiende la pertinencia e importancia del conocimiento científico en tiempos complejos.

México y Estados Unidos comparten una de las fronteras y espacios marítimos más vastos del mundo. Entre estos dos países existe una interdependencia asimétrica que se manifiesta en la colaboración en publicaciones científicas. Según el índice 2017 de la revista Nature, México es el país número 27 en intensidad de colaboraciones de publicaciones para Estados Unidos y este país es el número 1 para México, expuso Cabrero.

Consideró que la interacción bilateral debe sustentarse en el desarrollo del conocimiento conjunto y una visión hermanada de futuro, ya que ambos países comparten problemas comunes con capacidades diferentes para hacerles frente. “Su frontera tiene más de 350 millones de cruces (de personas) cada año”.

Cabrero reconoció que el trabajo colaborativo entre academias de diversas naciones es fundamental “porque facilita la resolución conjunta en los grandes problemas mundiales, y porque revitaliza las relaciones futuras de nuestra naciones, refuerza el bienestar económico y social en el orbe”. Informó que actualmente existen más de 40 instrumentos vigentes de cooperación entre Conacyt y las autoridades e instituciones estadounidenses.

Con esta misma perspectiva se expresó Armando Mansilla, presidente de la Academia Nacional de Medicina de México, que aseguró que los logros verán sus frutos más adelante. “En este momento estamos sembrando una semilla en los principales problemas que compartimos entre los países para poderlos solucionar a través de los expertos de las academias”.

Clayton D. Mote Jr., presidente de la Academia Nacional de Ingeniería de Estados Unidos, comentó que la ingeniería abarca áreas y temas diversos, y que incluye “muchas cosas más allá de la ingeniería en sí”, por lo que ingenieros de los dos países habrán de trabajar juntos y abordar problemas sistémicos importantes para los dos países.

Mote Jr. comentó que la Academia que representa tiene grandes retos para la ingeniería: “Hay 14 grandes desafíos que se publicaron en el 2008 y son para la continuación de la vida en el planeta, que nuestro mundo sea más sustentable, seguro, rico y alegre, esto es algo que se hace por primera vez en la historia y algunas de estas ideas pueden ser muy importantes para que las piense México, para que puedan participar en estos grandes desafíos también”.

Trabajo previo
A mediados de 2017 las Academias Mexicana de Ciencias, de Ingeniería de México y la Nacional de Medicina constituyeron el Consejo de Academias Nacionales como mecanismo de cooperación científica que permitirá impulsar proyectos, esfuerzos y capacidades comunes de las Academias que contribuyan al desarrollo nacional.

La iniciativa que involucra a más de 4 mil investigadores y científicos de nuestro país tiene dentro sus tareas incentivar el intercambio y colaboración tanto académico como científico y tecnológico entre México y Estados Unidos.

Elizabeth Ruiz y Fabiola Trelles.

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