Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/091/19
Ciudad de México, 3 de mayo de 2019
Dentro las propuestas para organizar a los elementos químicos, la de Dmitri Mendeléyev, que planteaba su orden por masa atómica y la similitud de sus propiedades, resultó la más acertada, ya que permitió deducir de manera lógica la reactividad química de los elementos.
En este sentido, “los que pretendemos y estamos interesados en la enseñanza de la química, es que más allá de que los estudiantes memoricen el contenido de la tabla periódica, la entiendan”, expuso Lena Ruiz Azuara, de la Facultad de Química de la UNAM.
A pesar de que en la actualidad la tabla periódica, con base en la mecánica cuántica, tiene una lógica que permite conocer la reactividad de los elementos, no es posible incluir en ella las características de un elemento, sus propiedades y las de sus compuestos, así como la historia de su descubrimiento y sus aplicaciones, señaló la investigadora, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias.
Es así como desde la Sociedad Química de México (SQM) se planteó la idea de una tabla periódica monumental como un “modelo de divulgación de la ciencia y como un modelo educativo alternativo, inclusivo y participativo”.
El proyecto Tabla Periódica Monumental inició en 2011 a raíz del Año Internacional de la Química, y fue el resultado de una iniciativa formulada en las mesas directivas de la SQM y de su sección Valle México, de la que la doctora Ruiz Azuara entonces era su presidenta.
“Nuestra idea era integrar a la gente, en especial a los niños y finalmente decidimos que estuviera en el suelo y que cada elemento fuera un cubo de un metro de arista, esto permitía al público en general meterse en un laberinto dentro de la tabla periódica”, recordó la científica.
Lo que se buscaba era que el diseño de los cubos y la información en ellos fuera homogéneo, se hizo un ejemplo con el elemento radio (Ra): ¿quién lo descubrió?, ¿qué propiedades tiene?, ¿cuáles son sus aplicaciones?, etcétera; de esta manera se aseguraba que cada cubo tuviera en el mismo lado la misma información para cada elemento. La convocatoria la hizo la SQM y la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior ayudó a enviarla a las universidades del país.
La convocatoria, recordó Lena Ruiz, que ingresó en el 2016 como Miembro Distinguido de la Royal Society of Chemistry de Reino Unido, iba en los siguientes términos: tenían que organizar un grupo de entre cuatro y cinco alumnos apoyados por al menos dos profesores, y a cada grupo se le asignó un elemento químico diferente. Participaron 39 instituciones educativas de todo el país, entre ellas UNAM, UAM, Cinvestav, así como diferentes universidades estatales, algunas privadas y preparatorias.
“Una vez que se recabó toda la información, un comité evaluador la revisó, los elementos sintéticos no fueron incluidos debido al costo que implicaba y la poca información que se tiene de ellos, en lo que se refiere a los lantánidos y actínidos, éstos quedaron representados en una pirámide por separado, sin embargo, todavía tenemos presente la idea de que sean cubos, quizá para la tercera edición de la tabla se pueda hacer”.
Acerca del financiamiento, éste vino de la SQM, del Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal, el Instituto de Química de la UNAM, la UAM-Iztapalapa y de su Rectoría General. Para el armado de los cubos se optó por armazones de fierro desmontables y la impresión de las lonas se coloca de arriba hacia abajo en el cubo, lo que hace sencillo montarlos y desmontarlos, para de esta manera poder guardar el material en un espacio de 2.5×2.5 metros, aproximadamente.
El 12 de diciembre de 2011 se inauguró la Tabla Periódica Monumental en la Plaza Pública de Santo Domingo, en el centro de la Ciudad de México, como parte de la celebración del Año Internacional de la Química, desde entonces ha estado en diferentes universidades, preparatorias y congresos de la SQM.
“En la inauguración participaron estudiantes voluntarios a los que se les dio entrenamiento para que invitaran a la gente que iba pasando. Fue muy emocionante ver cómo se asomaban las personas y creo que con este proyecto logramos transmitir el concepto de lo que puede ser la química”, comentó en entrevista la especialista en química inorgánica medicinal.
Para el congreso de la SQM en Querétaro en 2015 se imprimió una segunda edición con actualización del contenido, aunque se conservó el logo de la institución que participó con recursos económicos y dio información. “Estamos en el proceso de una tercera impresión, para lo cual tratamos de conseguir fondos. Además, desde el 11 de diciembre de 2015 está registrada ante el Instituto Mexicano de Propiedad Industrial y queremos registrarla en el libro de Récord Guinness, ya que es la única tabla monumental que existe”.
Lena Ruiz Azuara añadió que entre las cosas que han ido sucediendo están que en los congresos de la SQM en los que se ha llevado la tabla monumental los jóvenes se disfrazan de algún elemento, por lo que no le queda duda que de esta manera van entendiendo la importancia de los elementos y sus aplicaciones; por ejemplo, que hay puntas de iridio y de rutenio en las plumas que se utilizan para escribir o que la química y el conocimiento de la reactividad de los elementos son indispensables en el desarrollo de alimentos y medicamentos.
Como parte de las actividades por el Año Internacional de la Tabla Periódica de los Elementos Químicos, que se celebra este 2019, el doctor Gabriel Cuevas, quien fuera director del Instituto de Química de la UNAM cuando se imprimió la primera tabla monumental, impartirá una conferencia para hablar de su historia y relevancia en México. “La Tabla monumental va a estar en la Facultad de Química en noviembre y se va a lanzar una convocatoria para que los estudiantes se disfracen de algún elemento químico”, adelantó la doctora en química por la Universidad de Edimburgo, Reino Unido.
Noemí Rodríguez González.
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