Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/212/19
Ciudad de México, 15 de noviembre de 2019
La Tabla Periódica de los Elementos Químicos dio unidad, lógica y coherencia a la química, además la historia de su conformación es un ejemplo de la importancia del trabajo colectivo en la generación de conocimiento científico, dijo Plinio Sosa Fernández de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Desde antes de que el científico ruso Dmitri Mendeléiev planteara, en su libro de 1869 Principios de la química, el orden de los elementos químicos en la llamada tabla periódica, ya se conocían elementos como el carbón, cobre, oro, hierro, plomo, mercurio, plata, azufre, estaño, arsénico, antimonio, bismuto, fósforo y zinc.
Fue en el siglo XIX cuando se descubrió la mayor cantidad de elementos químicos, mientras que en el siglo XX no sólo se identificaron nuevos elementos, también se crearon algunos de manera sintética, entre ellos el teneso y el nihonio, explicó el investigador.
Acerca de la importancia de la tabla periódica, para la ciencia en general, dijo que esta proyectó a la industria química, con lo cual se transformó la forma de vida de los humanos, porque se desarrollaron pigmentos, medicamentos y nuevos materiales.
Para los químicos, en específico, la utilidad radica en que al identificar la ubicación del elemento de interés se sabe cuál es su reactividad, es decir, si el elemento captura electrones fácilmente o si los pierde. Lo anterior les permite a los químicos entender con qué otro elemento podría reaccionar o el tipo de enlaces que forma, además de aspectos de solubilidad y del inicio de algunas reacciones químicas.
Cabe destacar la propuesta por Mendeléiev (ordenada en filas y en columnas), también es un ejemplo de la relación entre la docencia y la investigación, ya que el químico ruso quería enseñar, a través de ella, la reactividad de los elementos químicos a sus alumnos, agregó Sosa Fernández en entrevista para la Academia Mexicana de Ciencias.
Un poco de historia
El elemento químico es una identidad simbólica que sirve para representar a los átomos del mismo tipo, es decir con igual número de protones en el núcleo. Actualmente se conocen 118 elementos, a cada uno se le ha dado un nombre, un símbolo químico y un lugar en la tabla periódica.
Pero los antecedentes de ésta se remontan a la búsqueda de respuestas acerca de un tema al que la humanidad le dedicó siglos enteros: tratar de entender de qué están hechos los objetos y los seres.
Para Tales de Mileto la materia primera era el agua, Anaxímenes consideraba proponía al aire, Jenófanes a la tierra y Heráclito el fuego. Más tarde, Empédocles planteó que la combinación de estas cuatro podría explicar la variedad de todo lo que se podía observar, así como sus características. Mucho tiempo después Paracelso (1493-1541) señaló al azufre, al mercurio y a la sal como los elementos esenciales.
Pero fue Antoine Laurent de Lavoisier, en 1789, quien enlistó 33 cuerpos simples o elementos, y señaló en su Tratado Elemental de Química que: “Todas las sustancias que no hemos podido descomponer todavía por ningún medio, son, para nosotros, elementos”.
Ahora, con el conocimiento acumulado se puede decir los objetos y los seres están conformados por materiales, que pueden ser una sola sustancia o varias sustancias mezcladas. A su vez, las sustancias están formadas por partículas (átomos, iones, moléculas), y estas tienen una naturaleza eléctrica: partes negativas (electrones) y positivas (núcleos).
Hay varios tipos de sustancias, una manera de clasificarlas es en simples y compuestas. Las primeras no se pueden separar en entidades más simples y están constituidas por átomos del mismo elemento, por ejemplo, el neón (Ne). Mientras que las segundas se pueden descomponer y están conformadas por elementos distintos, es el caso del agua.
En este sentido, Mendeléiev hizo aportaciones en la definición de “elemento químico” como algo que puede ser aislado y no puede ser simplificado todavía más; planteó su agrupación por masas atómicas y valencias, también predijo la existencia de algunos elementos desconocidos en esa época.
La tabla periódica es, entonces, un resumen gráfico de las propiedades de los elementos y a 150 años de su creación es importante reconocer su impacto no sólo en la química sino en la sociedad, destacó Plinio Sosa Fernández quien se ha enfocado en la enseñanza de la química y en la divulgación de esta disciplina.
Noemí Rodríguez González
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