Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/203/14
México, D.F., 13 de junio de 2014
La ciencia ficción a través del cine y la televisión, incluso en la literatura, alimentó en un inicio lo que hoy es una realidad: la creación de robots, máquinas que facilitan la vida de los humanos en tareas cotidianas (como en el programa de televisión de los años sesenta “Los Supersónicos” o en la película “Yo Robot”, de 2004) o en actividades laborales; incluso ahora se busca crear robots capaces de comprender las emociones humanas, por ejemplo, Pepper, el prototipo de robot presentado el 6 de junio pasado por la empresa japonesa Softbank, en Tokio.
Pero ¿qué es un robot? No hay una definición unificada, pero desde el punto de vista del doctor Raúl Rojas González, miembro correspondiente de la Academia Mexicana de Ciencias, y quien desde 1997 dirige el grupo de inteligencia artificial en la Universidad Libre de Berlín, un robot es una computadora con cuerpo.
“Es la integración de la electrónica para el procesamiento de datos y algún tipo de actuadores para el movimiento, con respecto al espacio, es decir, que se mueva rodando o caminando y el movimiento de sus miembros con respecto a los objetos que quiere manipular”, indica.
Añade que hay quien define al robot simplemente como “un manipulador, por ejemplo, una grúa mecánica, que al estar automatizada podría considerarse un robot. Otros piensan que debe tener un poco más de complejidad, más elementos móviles, lo que muestra que hay una diversidad de opiniones para definir lo que es un robot”.
Por ello, comenta que cuando se habla de las estadísticas del número de robots en Japón, México o Estados Unidos, surgen cifras distintas porque se considera al robot de diferentes formas, incluso existe dificultad para hablar de la historia de la robótica.
Por ejemplo, Raúl Rojas menciona que desde el siglo XIX se ha estado automatizando parte de la producción industrial al implementarse máquinas con componentes mecánicos capaces de autorregularse. “Pero si uno piensa que el robot es algo más complejo y que requiere necesariamente electrónica, entonces su historia empieza realmente con la electrónica y las computadoras, las cuales existen desde 1946, con Eniac, la primera computadora digital de la historia”.
Pero si a este concepto de la automatización se le integra el de inteligencia artificial (área multidisciplinaria que estudia la creación y diseño de entidades capaces de razonar por sí mismas, basadas en los procesos de la inteligencia humana) se podría hablar de otra etapa de la historia de la robótica, ya que los primeros textos relacionados con este concepto se remontan a 1950, aproximadamente.
Por todo lo anterior, el investigador considera que la historia de la robótica comenzó con la producción industrial, “no tanto con el robot de servicio que uno ve por ejemplo en las películas. Realmente la robótica inició en la fábrica, ésa es la parte de la robótica que más rápido se desarrolló y la que tuvo los primeros éxitos; después apareció la robótica de servicio que a la fecha no han logrado alcanzar su madurez”.
Los elementos tecnológicos de la robótica
La robótica es, por definición, integración de sistemas, dice Rojas González, quien agrega: “Significa que el mismo objeto tiene componentes de diversos orígenes y en el caso de la robótica se integran las áreas de conocimiento relacionadas con electrónica, mecánica, informática, inteligencia artificial, ingeniería de control y física.
Las formas de los robots
Una idea formulada por la ciencia ficción es la forma humanoide de los robots, incluso algunos superan esa expectativa replicando al ser humano como Geminoid HI-4, el robot creado a imagen de su creador el profesor Hiroshi Ishiguro, catedrático de la Universidad de Osaka.
“Un robot no debe tener necesariamente una forma humanoide, o de un animal o una forma conocida, sino que la forma del robot está adaptada a las circunstancias (y necesidades) para las que fueron hechas, por ejemplo, si queremos que trabaje en una fábrica soldando, puede ser que tenga uno o dos brazos mecánicos y lo único que hará es encontrar la parte que deba soldar”, explica Rojas González.
Por lo tanto, un robot puede tener muchas formas, incluso un avión podría ser un robot si no va tripulado (utilizados generalmente para reconocimiento). Lo que existe en el campo de la robótica es un “zoológico” de formas de aplicaciones y de posibilidades, por lo que identificar al robot solo como el robot de servicio, sería un error.
Como ejemplo de las diversas formas que puede tener un robot está Astromóvil, el vehículo de exploración espacial utilizado en la misión Curiosity, lanzado el 26 de noviembre de 2011 para la exploración en Marte; o bien, Robin, un robot conectado al Nautile, un submarino tripulado para investigación en aguas profundas del Instituto Francés de Investigaciones de la Exploración del Mar, el cual ayudó en la recuperación de objetos al interior del Titánic.
La evolución de la robótica
Raúl Rojas sostiene que abordar la situación de la robótica conduce a analizarla desde dos aspectos. Por un lado están los componentes mecánicos, los cuales “se han abaratado de manera considerable; cuando tuvieron un alto costo el gasto lo hicieron solo las grandes compañías como las automotrices; ahora una universidad tiene capacidad para comprar los componentes (motores, actuadores, brazos) y armar sus propios robots, lo que le ha dado gran auge a la robótica universitaria, desde los años 90”.
El segundo aspecto, destaca, es que la robótica universitaria ha avanzado, pero se enfrenta a un problema de vinculación, por ejemplo en Alemania -donde trabaja el investigador mexicano- aun cuando se hallan compañías internacionales como Siemens o Volkswagen, entre otras que producen para la exportación, no hacen investigación en el país, y las máquinas que utilizan para armar llegan del exterior, lo que muestra que no aprovechan el conocimiento que se produce en las instituciones académicas y de investigación.
Roboteando 2014
Es el evento que busca establecer este sábado 14 de junio el Récord Guinness del mayor número de robots pedagógicos funcionando al mismo tiempo a través de los tonos emitidos remotamente por un teléfono celular, el cual es coordinado por la Academia Mexicana de Ciencias.
Sobre esta actividad, el investigador opina que se trata de una dinámica muy interesante e importante que, sin duda, acercará a los niños a la ciencia y a la tecnología a través de la robótica.
“Es algo que hay que apoyar. Muchos de los niños que asistirán no necesariamente se van a dedicar a la robótica, pero podrán enfocarse después a la física, química o ciencias sociales. Es positivo que se le dé un impulso a la ciencia, que se les muestre a los niños desde edad temprana que un robot no es una cosa misteriosa, sino que son máquinas que se crean, se arman y que pueden operar por ellos mismos”.
Raúl Rojas es profesor de inteligencia artificial, entre sus proyectos destacan la creación del vehículo autónomo “MadeInGermany”, el prototipo de auto que se conduce sin intervención humana, el cual es considerado por el propio científico como el trabajo más importante de su carrera.
El auto en cuestión además acelera y frena automáticamente, respeta las señales de tránsito, mantiene su distancia, evita obstáculos y reconoce a los peatones. Se trata del segundo vehículo autónomo desarrollado en la Universidad Libre de Berlín, tras Spirit of Berlin, de mucho éxito también.
Miriam Montserrat Gómez Mancera
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