Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/051/12
México, D.F., 6 de marzo de 2012

• Las Becas para las Mujeres en las Humanidades y las Ciencias Sociales, ideales para generar conocimiento
• Fundamental contar con recursos que permitan investigaciones de campo profundas y sistemáticas

La Dra. Naxhelli Ruiz Rivera, ganadora en el área de ciencias sociales de las Becas para Mujeres en las Humanidades y las Ciencias Sociales 2011.
Foto: Archivo

La ciencia es un espacio en el que la ausencia del sector femenino significaría un serio retroceso toda vez que la participación de las mujeres implica una mayor diversidad de perspectivas y la posibilidad de contar con dinámicas más democratizadoras e incluyentes, afirmó la Dra. Naxhelli Ruiz Rivera.

Ganadora en el área de ciencias sociales de las Becas para Mujeres en las Humanidades y las Ciencias Sociales 2011, sostuvo que esta significa un estímulo para que mujeres jóvenes del ámbito de la investigación social, puedan concretar sus proyectos por lo que representa también un “capital académico” ideal para que las participantes generen propuestas innovadoras.

Convocada por La Academia Mexicana de Ciencias (AMC), el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT), y el Consejo Consultivo de Ciencias (CCC) de la Presidencia de la República, con el objetivo de promover a las mujeres en estas áreas y motivar a las jóvenes científicas mexicanas para progresar en la generación de conocimiento, esta beca -dijo-, permite presentar propuestas en las que se entrecruzan perspectivas teórico-metodológicas de diferentes ciencias sociales.

Investigadora del Instituto de Geografía de la UNAM, Naxhelli Ruiz Rivera destacó que este subsidio estimula su interés por la tarea de investigación, que en el área de geografía social, particularmente en temas que tienen que ver con el desarrollo social, es fundamental contar con recursos que permitan investigaciones de campo profundas y sistemáticas, que son posibles gracias a estos apoyos.

Abundó sobre la importancia de las Becas Mujeres en las Humanidades y las Ciencias Sociales y dijo que existen pocos estímulos específicos para que mujeres jóvenes del ámbito de la investigación social, puedan llevar a cabo sus proyectos: “Representan un capital académico ideal para que las participantes generen propuestas innovadoras”.

Actualmente, agregó, el sector femenino tiene una participación más relevante en diferentes áreas de las ciencias, tanto sociales como naturales y el conocimiento producido por mujeres es reconocido y aceptado ampliamente. “En muchos sentidos como en la calidad de los productos o en los temas, no existe diferencia alguna entre el trabajo de hombres y mujeres”.

Sin embargo –agregó-, en el resto de la sociedad mexicana persisten algunas condiciones poco favorables para que el sector femenino pueda insertarse plenamente en las actividades académicas; por ejemplo, la falta de soporte institucional formal para cubrir demandas de atención a hijos, en particular en aquellas mujeres científicas en edad reproductiva.

Se refirió a la conquista de mayores espacios para las mujeres científicas y en ese aspecto puntualizó que es necesario abrir más áreas de desarrollo, puesto que la ciencia, como la mayoría de los ámbitos de la vida social, es una zona en el cual la ausencia de mujeres significaría un serio retroceso; “la participación de las mujeres implica una mayor diversidad de perspectivas y, por supuesto, la posibilidad de tener dinámicas democratizadoras e incluyentes.

Propuso recurrir a la apertura de nuevos nichos de trabajo para ellas y sostuvo que el problema principal definitivamente es generacional, ya que se requiere urgentemente abrir estos espacios para todos los jóvenes, quienes enfrentan un serio problema en términos de oportunidades laborales y, por tanto, de acceder a los recursos necesarios para generar resultados valiosos científicamente.

La Dra. Naxhelli Ruiz, resaltó que abrir esos espacios a las mujeres requiere de un conjunto de medidas adicionales, que abarcan desde una lucha explicita contra los valores misóginos que aún permean algunas instituciones académicas, hasta generar esquemas como las Becas para Mujeres en las Humanidades y las Ciencias Sociales, que permiten financiar las investigaciones y motivar a las mujeres a idear y liderar proyectos de investigación.

La investigadora sostiene que las escuelas de nivel básico y media superior deberían tener programas que luchen contra valores misóginos y los supuestos sobre la relación entre determinados tipos de conocimiento y el género de aquellos o aquellas que lo conciben.

Sin embargo, añade, el papel de las propias mujeres científicas es fundamental para despertar en las jóvenes la conciencia y la certeza de sus propias capacidades de participar de las ciencias.

“Las mujeres científicas tenemos el deber de generar mecanismos de divulgación, comunicación y contacto con las niñas y jóvenes, de manera que éstas últimas puedan visualizar las oportunidades y posibilidades a su alcance”, asegura.

Sobre su experiencia de haber participado y ganado uno de los dos lugares de las Becas para Mujeres en las Humanidades y las Ciencias Sociales 2011, asegura que la misma ha sido positiva en todos los sentidos, desde el contacto con las personas responsables dentro de la Academia Mexicana de Ciencias, hasta la forma como se ha desarrollado la investigación.

El proyecto de investigación en el cual trabaja la Dra. Ruiz Rivera, se refiere a los componentes de la vulnerabilidad social ante riesgos ambientales, un proyecto, dice, que ha requerido una gran atención al componente conceptual y al diseño metodológico.

“Gracias a que he tenido la libertad absoluta de administrar los recursos, he podido trabajar de acuerdo a las necesidades del proyecto, lo cual ha sido muy positivo. El primer resultado es el artículo ‘La definición y medición de la vulnerabilidad social. Un enfoque positivo’, que constituye el sustento del proyecto y que se publicará en Investigaciones Geográficas, Boletín del Instituto de Geografía, una reconocida revista del CONACyT e indexada a Scopus.

Resaltó que el trabajo de campo se encuentra en una fase exploratoria y de resolución de la logística para levantar los datos requeridos a partir de múltiples técnicas de corte tanto educativo como cuantitativo.

Desde hace tiempo, la Academia Mexicana de Ciencias apoya a las mujeres científicas a través de diversos mecanismos como lo son también las “Becas para las Mujeres en la Ciencia L’Oréal-UNESCO-AMC, instituidas por L’Oréal México en conjunto con la Comisión Mexicana de Cooperación con la UNESCO (CONALMEX), la Oficina de la UNESCO en México con el objetivo de promover a las mujeres en la ciencia.