Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/264/14
México, D.F., 27 de julio de 2014
Si una persona sufre algún problema relacionado con enfermedades respiratorias, sabe que puede acudir a un neumólogo, que existen tratamientos, procedimientos, técnicas y tecnología para tratar su enfermedad.
Pero este panorama no siempre fue así, explicó Raúl Cicero Sabido, quien apuntó que en México la medicina de las culturas prehispánicas trataba con infusiones de diversas plantas a los enfermos respiratorios, particularmente cuando tenían tos o hemoptisis (tos con sangre), según se extrae de los tratados de herbolaria en los que figuran recetas para estos males. Pero la medicina orientada específicamente a los padecimientos respiratorios comenzó en el siglo XIX.
“La neumología es una ciencia que registra avances continuos principalmente en el conocimiento de los mecanismos genéticos e inmunológicos de las causas de las enfermedades pulmonares”, precisó el especialista en neumología y cirugía toracopulmonar, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Con una participación continua en la enseñanza de la neumología a los largo de seis décadas, el académico publicó su primer artículo de investigación en 1954 y el más reciente este año, producto de su trabajo en el Departamento de Enseñanza Clínica en la Unidad de Neumología en el Hospital General de México.
“Las enfermedades respiratorias -destacó- siempre han representado un problema para el médico, desde Hipócrates en el siglo IV antes de Cristo”.
El avance de la ciencia
De acuerdo con el integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, es de suma importancia seguir haciendo investigación, sobre todo en temas médicos, porque son los que han ayudado a aumentar la esperanza y la calidad de vida de las personas.
Como ejemplo de esto, recordó que René Laënnec identificó el enfisema pulmonar y describió el cuadro clínico de la tuberculosis pulmonar, el propio médico francés falleció a consecuencia de esta enfermedad. El tratamiento para tratar este último padecimiento seguía siendo empírico hasta que en 1882, el alemán Robert Koch aisló el bacilo causante de la tuberculosis, Mycobacterium tuberculosis, y estableció su contagiosidad.
“Diversos ensayos para tratar esta enfermedad a base de tuberculina, substancia derivada del bacilo, fracasaron. En Europa, la tuberculosis representó un verdadero problema epidemiológico generado en gran parte por las constantes guerras y por el hacinamiento de la población, lo que implicó el éxodo de obreros a la principales capitales europeas facilitando el contagio; familias enteras enfermaban y morían de tuberculosis”.
Después la tuberculosis pasó a ser del dominio de neumólogos especializados con el nombre de tisiólogos. Entonces el tratamiento, comentó, era a base de procedimientos para colapsar el pulmón enfermo, toracoplastía, neumotórax y neumoperitoneo. Al mismo tiempo se edificaban grandes hospitales para tuberculosos donde el reposo y el aire frío se consideran coadyuvantes terapéuticos para los enfermos.
En las décadas de los años 40 y 50 de siglo XX y siguientes se crearon medicamentos capaces de atacar directamente el bacilo de Koch; a la fecha se siguen descubriendo substancias antituberculosas capaces de curar definitivamente esta enfermedad.
Pero aun con las nuevas técnicas de ácidos nucleícos y procedimientos de genética molecular para realizar un diagnóstico de gran precisión, la enfermedad persiste pese al triunfo de la ciencia, porque la drogoterapia específica puede matar al bacilo tuberculoso, sin embargo, existe un fracaso de las políticas sanitarias de todo el mundo (según datos de la OMS, de las nueve millones de personas que contraen tuberculosis cada año, una tercera parte queda desatendida por los servicios de salud, muriendo 1.3 millones de ellas), es decir, sigue siendo una enfermedad de la pobreza. Es en este contexto que el neumólogo juega un importante papel en el diagnóstico y tratamiento, destacó Raúl Cicero.
La importancia de la neumología
El campo de acción de la neumología se ha ampliado considerablemente por efecto de la transición epidemiológica que ocurrió desde mediados del siglo XX, al aumentar la frecuencia del cáncer de pulmón y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), ligadas al consumo de tabaco, la fibrosis intersticial de los pulmones, el asma y sus complicaciones.
A lo anterior se añaden también las infecciones pulmonares por hongos y bacterias a las que son particularmente susceptibles los inmunodeprimidos como los enfermos de sida y de diabetes. Por otra parte, los pulmones pueden ser afectados por enfermedades originalmente no neumológicas, como el lupus eritematoso y las afecciones reumatoides.
La hipertensión de la circulación pulmonar es igualmente una complicación importante y frecuentemente es diagnosticada por el neumólogo en colaboración con el cardiólogo. Las enfermedades respiratorias como las neumonías y la embolia pulmonar se presentan en las unidades de cuidados intensivos y amplían el campo de la neumología. El uso de respiradores automáticos requiere de una estrecha vigilancia del neumólogo para detectar precozmente la neumonía ligada a la ventilación mecánica.
Los avances
Un capítulo de la neumología que registra un importante avance es la endoscopía torácica de alta especialidad que permite explorar, diagnosticar y tratar las enfermedades de las vías aéreas por medio de instrumentos de fibra óptica como los fibrascopios flexibles y la aplicación de laser de argón.
Otros avances son la pleuroscopía y el transplante pulmonar en casos de EPOC y fibrosis intersticial, procedimientos que requieren de una especialización constante y la indicación debe ser realizada siempre por neumólogos integrados en grupos especiales de cirugía torácica.
“Cada vez más la patología ligada a la contaminación ambiental y sus efectos son diagnosticados y tratados por el neumólogo. De hecho, la neumología es una ciencia que registra avances continuos, principalmente en el conocimiento de los mecanismos genéticos e inmunológicos de las causas de las enfermedades pulmonares”, sostuvo.
El estudio de los trastornos respiratorios durante el sueño es un problema abordado por el neumólogo, apuntó el fundador del curso de Alta Especialidad de Endoscopía Torácica y de la primera clínica contra el tabaco en el Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga” de la Secretaría de Salud.
Elizabeth Ruiz Jaimes
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