Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/099/19
Ciudad de México, 17 de mayo de 2019
La biotecnología está presente en muchas áreas de la vida cotidiana, aunque no se perciba. Algunos ejemplos son la fermentación del aguamiel, extraído de los magueyes para generar pulque, pero también está la obtención del vino, pan y quesos.
“Prácticamente no hay un solo sector en el que no impacte la biotecnología, sin embargo, en estos momentos está en crisis, los recortes presupuestales de los últimos años han puesto en riesgo esta disciplina que por su naturaleza requiere la adquisición de equipos sofisticados, la importación de materiales y muestras que no son fáciles de traer”, explicó Brenda Valderrama, presidenta de la Academia de Ciencias de Morelos (ACMor).
En respuesta a esta desaceleración presupuestal, que ha afectado a todo el sistema de ciencia, tecnología e innovación de México, y a que la información basada en evidencia es deficiente en redes sociales, generando una satanización injustificada de esta disciplina, es que la ACMor junto con el Instituto de Biotecnología (IBt) de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Sociedad Mexicana de Biotecnología y Bioingeniería (SMBB) lanzaron la campaña “La biotecnología te beneficia”, con el hashtag #labiotecnologíatebeneficia, que consiste en un video y 45 postales informativas.
La biotecnología moderna, que se basa en conocer la estructura del ácido desoxirribonucleico (ADN), ahora permite realizar cambios más tecnificados en organismos, procesos y productos con impactos relevantes en la salud humana, animal, medio ambiente, agrícola, el sector de la transformación, energías alternativas, etcétera, destacó Tonatiuh Ramírez Reivich, director del IBt.
Se necesita de un apoyo decidido a esta área del conocimiento, para que sea una palanca para el desarrollo de la nación. “La biotecnología integra una de las cadenas productivas de mayor valor agregado en el mundo, por ejemplo, si una célula o microorganismo modificado genéticamente produce un biomedicamento y se le logra hacer crecer con insumos muy sencillos: agua, sales minerales, glucosa, fuentes de carbono, y la infraestructura necesaria, se puede generar un producto de altísimo valor agregado”, explicó el también integrante de la AMC, Ramírez Reivich.
En México, hay 406 empresas que desarrollan o utilizan biotecnología, 33% de éstas en el rubro de salud, 19% en el de la industria, 14% en el de alimentos, 13% en el de medio ambiente y el resto en otras áreas, pero el potencial podría ser mayor. “Históricamente el mundo avanza y progresa, y en México acabamos siendo dependientes del exterior. No tenemos soberanía ni autosuficiencia, por ejemplo, de vacunas”, señaló.
En cuanto a masa crítica dedicada a esta rama se estima que son unos 8, 500 biotecnólogos activos en virología, neurobiología, microbiología, inmunología, genética, genómica, bioinformática, bioingeniería, etc. La matrícula de estudiantes inscritos en alguna rama de esta disciplina en licenciatura y posgrado son unos 7 mil a nivel nacional. Es un recurso humano que ante las circunstancias adversas podría cambiar de profesión.
Valderrama añadió en ese sentido que los escenarios que se vislumbran son preocupantes porque “los jóvenes podrían decidir no estudiar este tipo de carreras porque no le verían futuro; un efecto de la desinversión por parte del sector privado y el desmantelamiento de capacidades, dado que el equipamiento es importado. Si sumamos todo esto, los investigadores dejarían de ser competitivos y dejarían de publicar. Podríamos empezar a ver fuga de cerebros”.
Enrique Galindo, investigador del IBt e integrante de la AMC, agregó que la biotecnología actualmente “representa la revolución más importante de este siglo, quizá no nos damos cuenta de eso por lo cotidiana que es, y está cambiando la forma como vemos a la naturaleza, la aprovechamos y conservamos. Para el ciudadano común a veces no le es cercana pero desde que nos levantamos hasta que nos acostamos estamos en contacto con ésta”.
En conferencia de prensa, Julia Tagüeña, coordinadora general del Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT), señaló que la comunidad científica aporta elementos importantes a la educación y cultura general de la población, y en el caso de los biotecnólogos, además de escribir publicaciones científicas, divulgan el conocimiento. Es el caso de la revista trimestral Biotecnología en movimiento que se puede consultar en la página del IBt (www.ibt.unam.mx/) y el libro para niños Pablo tiene sarampión (https://redvirologia.org/wp-content/uploads/2018/11/Pablopagina.pdf), sobre la importancia de vacunarse, dijo en las instalaciones del Foro el pasado 14 de mayo.
La científica agregó que “es muy importante que los investigadores se agrupen gremialmente porque, aunque cada voz es importante, cuando el gremio se manifiesta tiene un peso mayor”.
Adelfo Escalante, presidente de la SMBB, por su parte, comentó que esta sociedad nació en el año 1982 ante la necesidad de agrupar y representar a los profesionales del país. Cada dos años organiza su congreso, en el que se presentan 700 trabajos con un promedio de cinco autores cada uno, con los avances registrados en áreas como bioenergía, biocombustibles, biotecnología agrícola, vegetal y marina. Este año, pese a la reducción del apoyo presupuestal que recibía, su XVIII congreso nacional se realizará del 23 al 28 de junio en León, Guanajuato.
Luz Olivia Badillo.
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