Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC 089/10
México, D. F., a 1 de octubre de 2010

• En la Reunión Preparatoria hacia la COP16 se analizaron más de 30 ponencias

Dra. Blanca Jiménez en el marco de la Reunión Internacional Preparatoria hacia la COP16 sobre Adaptación al Cambio Climático: Perspectiva Científica.
Foto: AMC
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Con el fin de dar certeza a las inversiones que el gobierno realice para enfrentar los costos del cambio climático y lograr un desarrollo sustentable, se requiere la labor pormenorizada de grupos interdisciplinarios para recoger datos e interpretarlos, y con ello establecer dichos costos en todos los sectores, como en el del agua, urgió la investigadora Blanca Jiménez.

“Los costos del cambio climático se determinan a través de diferentes metodologías y se estiman elevados para todos los sectores; sin embargo, es importante conocer el origen de estos para hacer inversiones en ciencia, tecnología y en todas las actividades para que realmente los mismos sean eficientes”, dijo la coordinadora de la Red del Agua de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC),

Durante su ponencia en el panel Recursos Hídricos que compartió con la Dra. Margaret Wilder, investigadora de la Universidad de Arizona, y con el subdirector general de Programación de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), Marco Antonio Velásquez, en el marco de la Reunión Internacional Preparatoria hacia la COP16 sobre Adaptación al Cambio Climático: Perspectiva Científica; Blanca Jiménez destacó la importancia de priorizar la inversión gubernamental, tarea en la que aseguró pueden ayudar científicos y tecnólogos.

“Hay que hacer estudios de costos, nos tenemos que integrar especialistas en Ingeniería Ambiental, Ciencias Sociales y de otras áreas para la recolección e interpretación de los datos y es algo que no estamos haciendo, por lo que debemos trabajar más detalladamente”, sostuvo.

Creadora de una metodología que permite conocer todas las opciones existentes, el origen de los problemas concernientes a los costos del cambio climático, en este caso el referente al agua, Jiménez Cisneros ejemplificó que “la gente puede decir que no hay agua, que la presa está vacía, pero resulta que la presa está llena, pero que el problema puede ser en una tubería, entonces el estudio determina el origen de este costo, qué es lo que se tiene qué hacer, dar soluciones”.

Añadió que este método, el cual se aplica en siete países en América Latina, permite comparar soluciones -que hay quienes dicen no se pueden comparar, asegura-, y no sólo eso, sino integrarlas para dar respuesta ordenada y priorizada a los efectos y costos del cambio climático, así como diferenciar aquellos problemas que no son inherentes al cambio climático.

Blanca Jiménez destacó que al final de estudio se conocen datos muy interesantes, “incluso de política. Hay países que dicen que la política principal debe ser reuso y ahorro de agua; es decir que lo que conviene es el uso de sanitarios de bajo consumo; y otras políticas que uno pensaría en que los principales costos son en la industria”.

Sobre México, sostuvo que la política que prevalece es sobre la gente, “a la que se le dice reduce tu consumo de agua, no uses, ahorra, cuando la industria no está haciendo nada, porque ni siquiera se ha visto esta comparación de los costos”.

Explicó que los costos del cambio climático a futuro van a provenir principalmente de hacer uso de nuevas fuentes de agua, lo que implicará tres aspectos: tecnología, desarrollo de infraestructura y promoción del desarrollo tecnológico, porque de no ser así, y si los costos son, por ejemplo, de tecnología, y si no se trabaja en ello, entonces se tendrá que comprar tecnología de otros países en lugar de usar una propia.

A esto, dijo, se debe añadir que los economistas hacen ecuaciones en función de algo, y en esas funciones, en países desarrollados, el costo del agua dependerá de muchos factores, no así en aquellos en vías de desarrollo que no cuentan con todos los datos, hacen simplificaciones y estimaciones a futuro, y su solución es subir las tarifas del agua, dejando de fuera variables que intervienen de manera importante, porque no han sabido explicarlo de manera cuantificable, y eso es lo que hace esta metodología.

De lo que se trata, agregó la ingeniera ambiental experta en tratamiento de agua, es de preservar el entorno ecológico, y no de elevar las tarifas. “Por ejemplo, muchos países tienen suficiente agua, en lugar de favorecer políticas de ahorro, se van sobre su volumen ecológico, el que tienen, porque no cuesta y nadie le pone la atención, y el costo es que se está acabando con un capital de futuro”.

Las políticas deben favorecer y premiar el ahorro, pedir a la industria que no utilice tanta agua. “Hay que aplicar desde hoy medidas para tener agua a futuro, en lugar de subir la tarifa, o seguir consumiendo volumen ecológico (lo que existe en lagos y lagunas para mantener vivos los ecosistemas).

Esta metodología permite ver no sólo lo de hoy sino lo que va a pasar en el futuro, porque en la actualidad existen dos escenarios, y en ambos tenemos problemas con el agua, estos escenarios sirven para ver con y sin cambio climático qué se tiene que hacer, dónde, cuánto y cuándo invertir para preservar el agua por muchos años.

Esta Reunión Internacional Preparatoria hacia la COP16 sobre Adaptación al Cambio Climático: Perspectiva Científica –co-organizada por la AMC, Instituto Nacional de Ecología y CONAGUA-, en las que se expusieron durante dos días 30 ponencias en los temas de Adaptación y Costos; Acciones y Programas; Oportunidades y Sinergias; reducción de Riesgo y Tecnología; Necesidades Regionales: Recursos Hídricos; Agricultura y Seguridad Alimentaria; Salud Humana; Ciudades y Energía; y Ecosistemas y Sector Forestal, tendrá una declaratoria final la cual se dará a conocer en noviembre próximo.