Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/56/06
México, D.F., martes 24 de octubre de 2006
Expertos reunidos este martes en el Coloquio Ciencia y í‰tica en la Globalización coincidieron en que en México es necesario crear una Comisión Nacional de Arbitraje Científico.
Dicha comisión debe tener carácter multidisciplinario, contando con la participación de autoridades técnicas y de expertos en diversos campos del conocimiento, enfatizando las implicaciones éticas de la actividad científica.
¡Una de sus funciones sería la evaluación de proyectos y la resolución de problemas técnicos en los campos científicos!, dijo Drucker Colín, coordinador de Investigación Científica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El también ex presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) añadió que la comunidad científica nacional todavía no se atreve a levantar la voz y denunciar sus problemas, por lo que motivó a los asistentes a tomar una actitud más proactiva.
El coloquio es organizado por la AMC, las coordinaciones de la Investigación Científica y de Humanidades UNAM, el Instituto de Investigación y Desarrollo de Francia (IRD) y la Embajada de Francia en México, y se lleva a cabo este 24 y 25 de octubre en el Instituto de Astronomía de la UNAM.
Durante la mesa de discusión í‰tica en la actividad científica, Ruy Pérez Tamayo, investigador de la Facultad de Medicina de la UNAM, lamentó que al científico se le presente como una figura estereotipada y negativa.
¡La ciencia es como el genio de la lámpara de Aladino que está bajo las órdenes del científico y nuestra responsabilidad es saber conducirla!, opinó el también miembro de la AMC.
León Olivé, del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, señaló que la sociedad vive en una transición de valores, incluidos aquellos relacionados con las prácticas científicas.
¡Al hablar de valores éticos en la investigación, no podemos pensar en abstracto, sino que se debe analizar y evaluar caso por caso para establecer las medidas adecuadas para atenderlos: cuál será su fin, cómo se llevará acabo y cuáles serían sus resultados!, recomendó.
Asimismo, planteó tres problemas éticos a los que se enfrenta el investigador: el problema de hacer o no hacer fraude; el problema de la neutralidad de la ciencia, y el problema de su relación con su entorno.
Por ello, Olivé sugirió establecer sistemas de trabajo conjunto donde participen científicos, expertos de diversas áreas y gestores del conocimiento, porque todos tienen aportaciones relevantes.
En tanto, Dominique Lecourt, presidente del Comité Consultivo de Deontología y í‰tica del IRD, agregó que las cuestiones éticas replantean los cambios de las ciencias y las técnicas durante la globalización, mismos que son graves y profundos.
Mencionó que el IRD ha establecido diversas acciones éticas en Francia, como la guía para las buenas prácticas en la investigación sobre el desarrollo, misma que hace énfasis en la elección de temas de investigación prioritarios para todas las naciones y no solamente para beneficio de los países que dominan la globalización.
¡Este principio debe regir los modos de asociación, para permitir a todos la participación y los beneficios, a través de una política universal y el desarrollo de un espíritu ético!, destacó el investigador de la Universidad de Denis.
Para Lecourt, la dimensión ética de la investigación está relacionada con la dimensión moral de la vida humana, misma que se refleja en asuntos como la clonación terapéutica o el uso de transgénicos, donde se tienen que implementar métodos de control riguroso en los experimentos.
Durante la inauguración, Alain Le Gourriérec, embajador de Francia en México, resaltó que en los temas de ciencia, ética y globalización se deben establecer las reglas de cómo definir, seguir y asegurar prácticas éticas.
En tanto, Juan Pedro Laclette, presidente de la AMC, destacó ¡estamos en una época sin precedente de desarrollo científico y técnico, sin embargo, la sociedad se encuentra en una situación de incapacidad para asimilar todos los nuevos descubrimientos, informaciones y consecuencias que genera el acelerado desarrollo científico!.
El también director del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM destacó que actualmente la ciencia no sólo se desarrolla en universidades, sino también en laboratorios financiados por gobiernos e iniciativa privada, por lo que las interrelaciones entre globalidad y ciencia tienen consecuencias múltiples.
Rafael Loyola, al leer el discurso en representación de Mari Carmen Serra Puche, coordinadora de Humanidades de la UNAM, indicó que estamos en un contexto internacional caracterizado por la competencia del conocimiento y la tecnología, por una economía centrada en el marco de la globalización y por una diversidad social y de pensamientos, por lo cual es fácil entender las dificultades para el establecimiento de relaciones de equidad y la búsqueda del bienestar social.
El coordinador del Coloquio Ciencia y í‰tica en la Globalización lamentó que en México el conocimiento y la innovación no se encuentren dentro de las prioridades nacionales, pero indicó que no por ello se deja de constatar que la investigación y el desarrollo tecnológico se han constituido como uno de los elementos estratégicos para elevar el nivel de vida de la población, reestructurar el modelo económico, afirmar supremacías nacionales, y buscar un espacio entre los que dominan.
Loyola añadió que la comunidad científica está obligada a reflexionar sobre los impactos que este fenómeno conlleva, en términos de las condiciones para participar en la revolución del conocimiento y en el uso social de sus aplicaciones, dadas las inequidades para acceder a las fuentes de investigación de vanguardia, a la competencia de países desarrollados por captar a los mejores talentos, la legítima búsqueda de mejores oportunidades por parte de los investigadores que emigran, y las complicaciones en la transferencia social del conocimiento.
Destacó que en México ya se han hecho esfuerzos previos de reflexión en torno a la ética, como la publicación de un libro en 2003 llevada a cabo por la AMC.
En la inauguración del coloquio también se contó con la presencia de Abdelghani Chehbouni, representante del IRD en México, y José Franco López, director del Instituto de Astronomía de la UNAM.
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