Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/174/11
México, D.F., 22 de agosto de 2011
La aplicación de una política comercial efectiva que reduzca al mínimo la tasa de usuarios que no pagan y hacer del cobro volumétrico un incentivo para el ahorro y la conservación del agua, son las formas más económicas y seguras de enfrentar la eventual disminución en la disponibilidad del vital líquido que aguarda en el futuro cercano.
Investigadores del Colegio de Sonora y del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, reflexionan sobre los retos que enfrentará el manejo urbano del agua ante la perspectiva del crecimiento poblacional y de una posible reducción de la disponibilidad del agua debido a los efectos del cambio climático.
Sostienen que con un manejo más eficiente, la mayoría de las ciudades de México estarán en condiciones de atender a un mayor número de población con los volúmenes de agua con las que actualmente disponen, y solo aquellas que ya no puedan incrementar sus eficiencias, tendrán que acceder a nuevas fuentes de suministro.
En su investigación titulada “Para dar de beber a las ciudades mexicanas: el reto de la gestión eficiente del agua ante el crecimiento urbano”, publicada en el libro El agua en México: cauces y encauces”, de la Academia Mexicana de Ciencias y la Comisión Nacional del Agua, aseguran que de la disponibilidad y manejo urbano de ese líquido, dependen la sobrevivencia y el crecimiento urbano, así como el desarrollo de sus potencialidades industriales, turísticas y de servicios, entre otras.
Afirman que si bien en el país hay avances significativos en la reestructuración del marco institucional de los servicios de agua y en la ampliación del acceso a una proporción más grande de la población, se enfrentan retos importantes en la mejora del abasto y del suministro a los usuarios.
En la actualidad, dicen, las pérdidas del líquido son altas y las deficiencias en el cobro del servicio no son aceptables por lo que deben mejorarse estos aspectos, pero no solo desde un punto de vista que pareciera que todo se podría resolver con más apoyos financieros y con el incremento en las inversiones, sino considerando que la tarea menos costosa y que más reditúa en el aumento de la disponibilidad es el incremento en la eficiencia física y en la eficiencia comercial.
Aseguran que con base en los patrones actuales de uso y eficiencia en el manejo urbano del agua, se pueden prever los retos que están por enfrentar a corto plazo las ciudades mexicanas. En la actualidad, dicen, el uso público urbano consume alrededor de 10 kilómetros cúbicos de agua, lo que representa entre el 13 y 14 por ciento del líquido disponible.
En ese sentido sostienen que con base a proyecciones del crecimiento de la población para el año 2030, el manejo urbano del agua enfrentará dos retos importantes: el Crecimiento poblacional en aproximadamente 25 por ciento y una probable reducción del líquido disponible debido al incremento en las temperaturas a causa de la mayor variabilidad climática.
Los especialistas plantean cuatro escenarios para el 2030. Uno, mantener los mismos patrones de consumo y eficiencia; dos, incrementar la eficiencia física en 80 por ciento en todas las ciudades; tres, incrementar la eficiencia física y aumentar la cobranza, -eficiencia comercial-, a 95 por ciento y cuatro, además de los citados incrementos, se realice un aumento de 50 por ciento en la tarifa.
De no hacer cambios en los patrones de consumo, aseguran, las ciudades demandarían en conjunto 55 por ciento más de agua que la que consumen actualmente, lo que pondría a muchas metrópolis en serios aprietos para enfrentar la demanda, y muy probablemente, significaría un deterioro en el agua disponible y en la calidad de vida de los habitantes.
El incremento a la eficiencia física, en cambio, permitiría liberar el reto a ciudades como Acapulco, Ciudad de México, Morelia y San Luis Potosí, que no requerirían de fuentes adicionales de agua.
Respecto al escenario tres incremento a la eficiencia física y la cobranza, permitiría a las ciudades de Culiacán, Hermosillo y Puebla, satisfacer su demanda de agua con la misma producción que reporta en la actualidad.
El incremento a la tarifa se requerirá en ciudades que tienen poco margen para aumentar sus fuentes de agua, como Aguascalientes y Torreón, a fin de enfrentar el crecimiento demográfico con los mismos volúmenes de agua.
En otras ciudades si bien estas medidas no eliminarían la necesidad de producir una mayor cantidad de agua, permitirían reducir de manera considerable el volumen adicional de agua requerido.
Por ello, inevitablemente algunas ciudades como Tijuana, Cancún, Monterrey y Mexicali, requerirían a nuevas fuentes de suministro de agua.
De acuerdo con las proyecciones, el aumento de la población generará un mayor consumo de agua en casi todas las ciudades a excepción de Acapulco, cuya población, según Consejo Nacional de Población (CONAPO), disminuirá.
El aumento de la población combinado con la ausencia de cambios de administración del agua —dicen los especialistas Nicolás Pineda Pablos, Alejandro Salazar Adams y Mario Buenfil Rodríguez-, dará como resultado que el consumo anual promedio de agua por ciudad pasará de 155 millones a 241 millones de metros cúbicos, es decir un aumento de 55 por ciento.
Esta claro que el reto que el país tiene es conforme lo requiera el aumento de la población: Es pues el manejo sustentable del agua.
El libro “El agua en México: cauces y encauces” se puede consultar en la página electrónica de la Academia Mexicana de Ciencias www.amc.mx
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