Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/060/16
Ciudad de México, 11 de marzo de 2016
Los murciélagos realizan diversos servicios ambientales, como la dispersión de semillas y el control de plagas de diversos cultivos. Además, por ser muy sensibles a las perturbaciones del hábitat, se les considera un indicador del estado de conservación de las selvas tropicales.
Por ello, una de las líneas de investigación del doctor Jorge Galindo González, del Instituto de Biotecnología y Ecología Aplicada (Inbioteca) de la Universidad Veracruzana, consiste en estudiar los efectos de la fragmentación del paisaje y la pérdida del hábitat en las poblaciones de comunidades animales, en especial en los murciélagos.
La fragmentación del paisaje ocurre cuando un hábitat, inicialmente continuo, es dividido en porciones de menor tamaño, un ejemplo se presenta cuando las áreas boscosas son convertidas en plantaciones, cultivos o zonas de pastoreo. En el caso de la región de Los Tuxtlas, Veracruz, está conformada por cultivos, fragmentos y remanentes de selva, vegetación ribereña y cercas vivas, además de pastizales con arbustos y árboles aislados que no fueron talados.
Y ya que la respuesta de las especies a la fragmentación del ambiente es distinta, el doctor Galindo, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, estudió el caso de los murciélagos en Los Tuxtlas, y clasificó a los de esta región tomando en cuenta su capacidad de respuesta ante los cambios ambientales relacionados con las perturbaciones y la fragmentación del paisaje.
En el estudio “Efectos de la fragmentación del paisaje sobre poblaciones de mamíferos, el caso de los murciélagos de Los Tuxtlas, Veracruz”, las especies de murciélagos son clasificadas en tres grupos de acuerdo con la abundancia y con el área en la que fueron capturados, así como con las características de la estructura de la vegetación del hábitat de cada especie.
A partir de lo anterior, los murciélagos clasificados como dependientes del hábitat viven en la selva o en grandes fragmentos de vegetación con poca o nula perturbación, no toleran los espacios abiertos ni volar fuera de la cobertura vegetal, y son los más especializados en cuanto al tipo de alimentación y requerimientos del hábitat, por lo que representan a las especies más vulnerables.
Los murciélagos de la región de Los Tuxtlas clasificados como vulnerables, son especies que habitan en la selva y los remanentes de esta, utilizan los recursos de los corredores que atraviesan los pastizales, pero no salen hacia campo abierto; mientras que los murciélagos en la clasificación de adaptables aprovechan los recursos disponibles en todo el paisaje y son los más tolerantes a las perturbaciones, razón por la que juegan un papel en la regeneración de la selva, ya que durante la noche se establecen en las copas de los árboles para alimentarse y con ello depositan una gran cantidad de semillas.
Lo que comen los murciélagos
Los murciélagos son mamíferos con la capacidad de volar, tienen pelo, poseen cinco dedos, las crías se alimentan de leche, y aunque pueden ver, tienen un sistema que les permite orientarse en plena oscuridad (llamado ecolocalización), lo que les ha permitido encontrar y aprovechar muchos recursos durante la noche, como son insectos y diversos frutos.
La dieta de los murciélagos es muy diversa, el 75% de los murciélagos, que equivale a unas 975 especies, se alimentan de insectos, otros de frutos, y algunos de semillas, néctar y polen; también existen los murciélagos que comen peces, lagartijas, aves, ranas, roedores e incluso a otros murciélagos de menor tamaño; mientras que solo tres especies en el mundo, las cuales se encuentran en América, se alimentan de sangre de mamíferos o de aves, dijo Jorge Galindo, durante la conferencia Biología, diversidad y conservación de los murciélagos de México, que se presentó en el marco de la Olimpiada Nacional de Biología, que se realizó en Xalapa.
El investigador, además del trabajo que realiza, se interesa por dar a conocer el papel de los murciélagos en diferentes servicios ambientales, como son el control de plagas y la dispersión de semillas. Los murciélagos que se alimentan de frutos dispersan las semillas, mientras vuelan, de al menos 550 especies de plantas tropicales como chicozapote, guayaba, hoja santa y guanábana; los que se alimentan de insectos ayudan a controlar plagas en frijol, maíz, sandía, chile, jitomate o algodón.
“Cien mil murciélagos consumen una tonelada de insectos cada noche y con ello ayudan a controlar plagas que infectan cultivos; si los murciélagos no existieran tendríamos que gastar más de diez millones de pesos cada año en insecticidas para proteger 10 000 hectáreas de cultivo”, explicó el investigador.
En cuanto a los murciélagos que se alimentan del néctar y del polen de las flores son responsables de la polinización de muchas especies de plantas tropicales, de cactáceas y en el caso de México, los murciélagos también polinizan las plantas del agave, y en muchas ocasiones “nos ayudan a regenerar los bosques que el ser humano ha destruido y contaminado”. Además de reconocer los servicios ecosistémicos que prestan los murciélagos, el investigador consideró necesario conocer más de estos mamíferos y también hizo un llamado para su conservación, ya que “en México se tienen registradas más de 140 especies de murciélagos y 15 están amenazadas”.
Noemí Rodríguez González.
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