Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/065/14
México, D.F., 24 de febrero de 2014
Las aportaciones científicas y el empuje de Guillermo Haro en la creación de instituciones como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), el Instituto de Astronomía y el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, han hecho fuerte a la ciencia mexicana, dijo José Franco, presidente de la AMC durante la presentación del libro Universo o Nada: Biografía del estrellero Guillermo Haro de Elena Poniatowska.
Presentado en el salón Capilla en la XXXV Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, la escritora comentó que “es un libro sobre la vida de un científico, me tardé en escribirlo por el acceso a su archivo, a todas las cartas que él escribió a sus discípulos, a la gente que él mandó fuera (del país) como Arcadio Poveda Ricalde, Manuel Peimbert Sierra y Silvia Torres Castilleja, entre otros”.
De acuerdo con Franco, Guillermo Haro descubrió cosas extraordinarias como los objetos Herbig-Haro “que no son otra cosa que la manifestación de estrellas jóvenes que tienen mucha actividad, y realizan una serie de eventos pirotécnicos en los lugares donde se forman las estrellas, y justamente esos eventos cósmicos fueron descubiertos por primera vez por él”.
Otra de sus aportaciones, señaló el astrónomo, fue el estudio de lo que se pensaba en aquella época eran estrellas azules. “Algunas sí lo eran, pero otras eran cuásares, es decir, lugares donde los agujeros negros generan una gran cantidad de energía, y todo esto se supo después del descubrimiento de Guillermo, quien simplemente las definió en su momento como galaxias azules”.
Pero también hay un cometa que descubrió junto con su amigo Enrique Chavira, el cometa Haro-Chavira y por todo esto recibió en 1986 la Medalla Lomonósov de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética, “el equivalente al premio Nobel”, añadió el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias.
Aportes de la astrofísica
“Todos pensamos que la astronomía son todas esas fotos bonitas que vemos, pero esa es una parte muy pequeña de todo el trabajo que se hace en astrofísica… y uno de los retos a los cuales se enfrenta es desarrollar instrumentación que no existe”, precisó.
Añadió que observar el universo requiere de instrumentos cada vez más grandes, sensibles y precisos en lo que se refiere a óptica, mecánica, electrónica, control y computo, y es por eso que aseguró que la astronomía ha sido un motor de desarrollo para la civilización desde que el ser humano es tal.
Explicó que este desarrollo tecnológico que ha propiciado el estudio del universo se ve aplicado en los llamados teléfonos inteligentes y en las cámaras digitales, por ejemplo, aparatos que cuentan con mecanismos que se usaron en los años ochenta en astronomía y astrofísica, y también se ve aplicado en las búsquedas en Google, que es eficiente y rápido porque aplica la minería de datos.
El astrónomo y la escritora
Elena Poniatowska dijo que el texto de su autoría es una obra que consta de 420 páginas y el cual tiene un antecesor, La piel del cielo, en el que “le inventé muchas amantes (…), mezclé su infancia, su amor por su madre, una excelente mujer; y su juventud, pero le colgué miles de milagros y otras cosas porque era una novela, pero ahora este libro ya es en serio, es una biografía en forma, con cartas señaladas”.
La escritora, galardonada con el Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes 2013, habla en este libro objeto de la presentación del hijo huérfano, el contestatario e inconforme político; el erudito astrónomo, el esposo y padre, así como del jefe gruñón y director de dos observatorios en el país.
Y con ese estilo bromista que le caracteriza, Poniatowska, quien conoció a Haro en una entrevista que le hizo para el periódico Excélsior en 1965, también destacó lo que la gente puede encontrar en su nueva obra, en donde comparte con los lectores que su esposo sentía apatía y hasta odio por el fenómeno extraterrestre. “Guillermo odió los ovnis, y los aliens, por eso se molestó conmigo cuando sentí afinidad y empatía con el E.T. (El extraterrestre, filme de 1982)”.
Guillermo Haro fue dos veces presidente de la AMC, fue director del Observatorio Nacional de Tacubaya, director del Instituto de Astronomía de la UNAM y del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica.
Elena Poniatowska mencionó por último que ahora tiene en el tintero una novela sobre Lupe Marín, la segunda compañera del muralista Diego Rivera, de la que dijo “era una mujer mala y es interesante ver qué es ser mala; (bueno) no era del todo mala… pero no era una buena persona”.
Elizabeth Ruiz Jaimes
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