Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/089/15
México, D.F., 16 de abril de 2015
Según la encuesta del 2014 sobre Gobierno Electrónico de las Naciones Unidas, México obtuvo una puntuación de 0.57 en el Índice de Desarrollo del E-gobierno, el cual mide la predisposición y la capacidad de las administraciones nacionales para utilizar las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) en la prestación de los servicios públicos, colocándose en la posición 63 del ranking mundial, con lo cual descendió ocho lugares respecto a su lugar en el 2012.
Esta disminución no fue exclusiva de nuestro país, pues si se comparan los reportes, se observa que también hubo una ligera disminución en el promedio mundial del índice –que pasó de 0.48 en el 2012 al 0.47 el año pasado. La encuesta del 2014 concluye que hay una amplia disparidad entre las regiones y los países en su estado de desarrollo del e-gobierno, pues en general, el acceso a la infraestructura en CTI y en la provisión de educación, incluyendo la alfabetización en CTI, están relacionados con el nivel de ingresos de una nación, por lo que la ausencia de estos factores entorpece la implementación de iniciativas de e-gobierno.
Sin embargo, reconoce que hay países que han avanzado significativamente en su e-gobierno a pesar de su bajo ingreso nacional, así como hay otros que se quedan atrás a pesar de sus altos ingresos y que tienen buenas oportunidades para mejorar su futuro.
“El e-gobierno puede considerarse como cualquier uso de las TIC en el gobierno tanto para asuntos internos -como para mejorar la efectividad de las políticas públicas, ahorrar costos operativos, fortalecer la transparencia y la rendición de cuentas-, así como para cuestiones externas -de interacciones y de transacciones con la ciudadanía, las empresas y otros grupos de interés-, aseguró José Ramón Gil García, ganador del Premio de Investigación en el campo de ciencias sociales edición 2013, que otorga la Academia Mexicana de Ciencias por sus contribuciones en el estudio de las bases teóricas de esta nueva forma de gestión pública, así como por sus propuestas de modelo de e-gobierno y métodos de evaluación de éxito.
Panorama nacional
De acuerdo con el Índice de Gobierno Digital Municipal (indicemunicipal.mx), el 16% de los 500 municipios más poblados de México aún no cuenta con un sitio web propio; tan sólo el 17% de municipios ofrece trámites transaccionales en su sitio web, es decir, que estos se pueden iniciar y concluir en línea; la mitad de ellos no tiene una cuenta de correo electrónico de contacto en su sitio web y solo el 25% utiliza las redes sociales.
Gil García, académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), ha estudiado la situación del e-gobierno a nivel municipal en nuestro país con el objetivo de explorar alternativas para promover su desarrollo y éxito. En el 2011 participó en un estudio que reclutó a 34 directivos de las áreas de informática, sistemas de información o equivalentes, que laboraban en municipios de distintos tamaños. Encontró que solo unos cuantos municipios (aproximadamente el 5%) tienen los recursos y las capacidades necesarias para responder a los retos de infraestructura, estructuras organizacionales y marcos legales que lo lleven a consolidar su e-gobierno.
Mientras que hay municipios en el país que han logrado desarrollar una mejor estrategia en materia de e-gobierno, que incluso les han valido el reconocimiento a nivel mundial; hay otros en los que el área de informática no existe o se reduce a las posibilidades de una sola persona que además atiende otras labores en el gobierno local, comentaron los autores de dicho trabajo.
“A pesar de que las cosas han mejorado mucho en México (…) aún hay diferencias entre los municipios del país en cuanto a los niveles de adopción de las TIC”. Una posible solución para que los ayuntamientos puedan implementar una estrategia de gobierno electrónico adecuada, según el investigador, es que se utilice una infraestructura tecnológica de servicios compartidos que reduzca riesgos y abarate costos.
Los esfuerzos por implementar una estrategia de e-gobierno en México han sido limitados, aseguró, por lo que los municipios no han podido mantener un progreso similar al de las grandes urbes mundiales. Esto se debe en gran medida al interés que se ha puesto en este tema en los diferentes sexenios.
A finales del año pasado se presentó oficialmente la Estrategia Digital Nacional para el periodo 2014-2018. Este plan del gobierno federal tiene características de varios de los programas elaborados en sexenios anteriores en el sentido de tratar de retomar a las TIC para impulsar realmente el desarrollo político económico y social de México, afirmó José Ramón Gil, quien sin embargo se pregunta ¿qué tanto estas iniciativas impactarán al país? La respuesta para esto aún es incierta. “Todavía no tenemos suficiente información como para evaluarla, pero al menos vemos que el e-gobierno se está retomando como tema importante para el gobierno federal”.
Implementar y evaluar
De acuerdo con el joven investigador, a nivel mundial, la mayor parte de los proyectos de e-gobierno fracasan, se estima que entre el 60% y el 80%, debido a que demandan una gran cantidad de recursos financieros, humanos y políticos.
Es por esto, que también se ha interesado en desarrollar un marco teórico llamado promulgación tecnológica para entender los principales factores que hacen de una iniciativa del e-gobierno exitosa o fallida. No obstante, aclaró, es necesario tomar en cuenta que gran parte de la medición del “éxito” de cualquier plan de acción en este terreno depende de los objetivos planteados inicialmente y de las condiciones socioeconómicas del país o localidad donde se implemente.
De ahí que en mayo del 2007, junto con la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), propusiera un “Modelo multi-dimensional de medición del e-gobierno para América Latina y el Caribe”, con la intención de hacer comparaciones entre países de dichas regiones, evaluar su desempeño y ayudar a los responsables a tomar mejores decisiones. Dicho modelo consiste en una serie de variables agrupadas en tres categorías o dimensiones, así como sugerencias de indicadores específicos para la medición de cada variable.
Relacionado con esto, Gil García también ha abordado el tema de las ciudades inteligentes. “Aún no hay una discusión seria académica sobre su definición, lo que estamos haciendo un grupo de investigadores es proponer un concepto y un marco de análisis para entender qué es, cuáles son sus componentes y qué factores las hacen exitosas, realmente inteligentes”.
Indicó que hay ciudades que han logrado ser más inteligentes que otras utilizando cierto tipo de iniciativas que no necesariamente se relacionan con aspectos tecnológicos, algunas tienen que ver más con innovaciones en el sector público. Tecnología, procesos y políticas públicas son los tres componentes que forman la base de una ciudad inteligente, aseguró.
Alejandra Monsiváis Molina.
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