Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/060/14
México, D.F., 21 de febrero de 2014

• Infatigable creador de instituciones y un personaje notable en la ingeniería, la educación superior y la investigación, murió el pasado miércoles a la edad de 87 años

El doctor Alonso Fernández González, ex presidente de la Academia Mexicana de Ciencias.
Foto: UAM.
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Reconocido por su visión para generar y difundir el conocimiento a través de la creación y descentralización de instituciones educativas y de investigación, así como por su amplia labor en la formación de profesionales y especialistas, Alonso Fernández González falleció el pasado miércoles a los 87 años de edad.

El doctor Fernández estudió la licenciatura en Ingeniería en la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME) del Instituto Politécnico Nacional y obtuvo el grado de maestro en el California Institute of Technology, con una beca Fulbright del gobierno de Estados Unidos. El grado de doctor en ciencias le fue conferido por la Universidad de Manchester, y en 1966, realizó un posdoctorado en la Universidad de Reading, ambas en Inglaterra.

Después de obtener su doctorado trabajando en rompimiento dieléctrico, al someter cristales de halogenuros alcalinos a campos eléctricos intensos, Fernández González regresó a México y se incorporó al Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México donde fundó el grupo de investigación sobre el estado sólido de la materia. Dirigió este instituto entre 1971 y 1974.

En 1974 figura entre los fundadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), siendo el primer rector de su Unidad Iztapalapa. En 1980 funda en Mérida la primera Unidad en provincia del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional de la que también fue director. Fue además fundador y presidente de la Academia de la Investigación Científica (actualmente Academia Mexicana de Ciencias).

Alonso Fernández participó directamente en la formación de profesionales y especialistas en física, ingeniería y arquitectura. Publicó numerosos artículos científicos y/o técnicos, la mayoría de nivel internacional. Participó además en la creación de casi 30 desarrollos tecnológicos de los cuales en la gran mayoría participó en la generación de las ideas básicas originales.

Pero sin duda entre sus facetas más significativas destaca su papel decisivo en la creación de Instituciones para impulsar el desarrollo de la investigación, pues Fernández González priorizaba esta tarea como un elemento para generar conocimiento desde México, y para ello era necesario formar individuos integrales, inmersos en la ciencia y la cultura.

Como él mismo lo dijo en el discurso de bienvenida de la primera generación de la UAM-Iztapalapa “Es inconcebible una universidad actualizada y progresista que no lleve a cabo investigación íntimamente vinculada a la docencia, que además de enriquecer el conocimiento contribuya a solucionar problemas específicos de nuestro medio, particularmente de aquellos que son importantes para el desarrollo de la industria y de la sociedad”.

A lo largo de su carrera científica, obtuvo numerosos premios y reconocimientos entre los que pueden destacarse los doctorados honoris causa otorgados por la UAM en 1995 y por la Universidad de New Brunswick de Canadá en 2003; el Premio de Ciencias “Elías Sourasky” en 1976; y el Premio a la Investigación en 1992 del Instituto Politécnico Nacional.

La Academia Mexicana de Ciencias lamenta profundamente su fallecimiento.

Mariana Dolores