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ESTUDIAN LAS EMOCIONES DESDE LA PERSPECTIVA SOCIOCULTURAL

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/071/16
Ciudad de México, 30 de marzo de 2016

  • La categoría emoción nació en el siglo XIX dentro del campo de la psicología y psiquiatría para explicar las funciones orgánicas de la mente, pero ha ido evolucionando hasta convertirse hoy en objeto de análisis como un tipo de cognición, un razonamiento del cuerpo, comentó la doctora en antropología social Oliva López.
Doctora Oliva López Sánchez, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, ganadora en el 2009 del Premio de Investigación de la AMC en el área de humanidades.
Doctora Oliva López Sánchez, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, ganadora en el 2009 del Premio de Investigación de la AMC en el área de humanidades.
Foto: AMC/Elizabeth Ruiz Jaimes.
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¿Por qué y cómo las emociones concebidas en el siglo XIX como respuestas psicofisiológicas e individuales pueden en los siglos XX y XXI estudiarse en el campo de los estudios socioculturales?, es una de las preguntas que planteó la doctora Oliva López Sánchez para abordar las perspectivas y discusiones epistemológicas y teórico-metodológicas que busca mostrar cómo las emociones tienen que dejar de ser vistas como un sustrato de la mente para potenciarse como categoría analítica, con sus propias definiciones, cuando se trata de estudiar a grupos sociales.

Durante la conferencia “De las emociones como categoría psicológica a las emociones como categoría sociocultural” que ofreció hoy, la investigadora realizó una síntesis de su trabajo de investigación, en el que su hipótesis es “que ante el desconocimiento del origen de la categoría emoción los científicos sociales corremos el riesgo de aplicarla desde un enfoque psicológico, o bien reducirla a un modelo cognitivo y lingüístico que pretende —desde epistemologías de las ciencias sociales y humanas— producir conocimiento sobre las emociones, dejando fuera que la dimensión emocional es constitutiva de la vida social y, por lo tanto, una clave analítica para producir conocimiento respecto del mundo social y cultural, en contextos del presente y del pasado”.

La doctora en antropología social reconstruyó genealógicamente el concepto emoción, el cual nació en el siglo XIX con la psicología, psicoanálisis y psiquiatría y se ha ido transformando y resignificando con el tiempo. La categoría nació por la necesidad de explicar las funciones orgánicas de la mente. Se le vio como opuesta a la razón, de una naturaleza irracional, corpórea, inconsciente e impulsiva hasta que en discusiones con la filosofía y las ciencias cognitivas se definió como un tipo de cognición, como un razonamiento del cuerpo.

“En la década de 1980 las ciencias sociales y humanas han recuperado las emociones desde una concepción fuera de las coordenadas de la biología y la psicología, para ser concebidas como productos culturales con funciones sociales”, comentó la coordinadora de la Red Nacional de Investigadores en el Estudio Socio-Cultural de las Emociones.

En el Aula Magna de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, a la que se encuentra adscrita la especialista, se realizó la conferencia que forma parte del programa de la Academia Mexicana de Ciencias Conferencias Premios de Investigación de la AMC, cuyo objetivo es promover y difundir el trabajo de los jóvenes investigadores reconocidos con este galardón. A la doctora López Sánchez le fue otorgado en 2009 en el área de humanidades. Los distinguidos suman un total de 211 investigadores.

Los estudios de la investigadora tienen un enfoque interdisciplinar que convocan a la historia cultural de las emociones, la antropología de las emociones y la antropología médica con perspectiva de género. Oliva López planteó que el concepto “se puede utilizar en el ámbito sociocultural, pero se requiere conocer primero el origen del concepto, después delimitar cuáles son sus aplicaciones en lo psicológico y reconocer cuáles son los elementos que sí se pueden retomar para explicar la vida social sin llegar a la psicologización para explicar el mundo cultural”.

Los científicos sociales —antropólogos, sociólogos, historiadores, humanistas— cometerían un error si vieran a las emociones desde las clasificaciones que aporta la psicología del tipo positivas-negativas, básicas, aprendidas, morales y sociales, o universales, comentó. En el ámbito sociocultural las emociones son una expresión histórica y cultural, por lo tanto, todas las emociones cumplen funciones sociales en los grupos humanos.

Un ejemplo de ello es el miedo, una emoción básica, como respuesta que inhibe en lo individual, pero en el mundo social tiene un efecto muy distinto porque no contiene la acción. “Hemos visto en los últimos acontecimientos políticos y sociales cómo el miedo puede ser generador de indignación y de participación social. Hoy en día, el discurso político en Europa está impregnado por el miedo al otro debido a la ola de migraciones, pero también ha sido ingrediente en el movimiento de los indignados en España. O los estudios sobre el amor que posibilitan una lectura de la violencia hacia las mujeres. Las emociones son capitalizadas como acciones políticas y sociales”, resaltó la integrante de la AMC.

Oliva Sánchez López es licenciada en psicología por la FES Iztacala, maestra en psicoterapia corporal por la Universidad Intercontinental y doctora en antropología por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores con especialidad en antropología médica. Se ha especializado en estudios de la mujer en el programa interdisciplinario Estudios de la mujer de El Colegio de México. Actualmente es profesora titular C en la FES Iztacala.

Luz Olivia Badillo.

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