Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/039/09
México, D. F., a 19 de marzo de 2009
En el universo existen galaxias cuyos centros emiten una luminosidad equivalente a la luz que emiten varios billones de estrellas juntas. El estudio de estos fenómenos está ligado al estudio de la formación y evolución de las galaxias, por lo que es crucial para la comprensión del universo, señaló la astrónoma Erica Benitez Lizaola en su artículo “Estallidos violentos en núcleos de galaxias”, publicado en el número más reciente de la revista Ciencia, órgano de difusión de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
La científica del Instituto de Astronomía de la UNAM explicó que los estallidos violentos en núcleos activos de galaxias se consideran fenómenos extremos porque emiten energías equivalentes a las de billones de estrellas.
Resulta sorprendente, dijo, que toda la energía emitida por estos núcleos es producida en una región, que es significativamente menor a un pársec cúbico (el pársec es una medida astronómica equivalente a 10 años luz o 10 billones de kilómetros).
Benítez Lizaola, también miembro del Sistema Nacional de Investigadores, explicó que lo que se busca al estudiar estos fenómenos es determinar qué procesos físicos se hallan detrás de la enorme cantidad de energía que emiten, lo que implica, por ejemplo, conocer la cantidad y tipo de combustible que requiere y así entender su evolución y su posible cese de actividad.
Según el artículo, los núcleos activos de galaxias pueden ser de tres tipos: los de baja luminosidad, que son los mas sencillos de estudiar por encontrarse en el universo local; los de alta luminosidad, donde se encuentran los llamados cuásares y que son muy difíciles de estudiar por su intensa luz y por encontrarse más lejos. Finalmente se encuentran los blázares, que son los objetos más brillantes y variables dentro de los núcleos activos de galaxias.
Uno de los objetos de esta clase mejor monitoreados, según declara el artículo de Ciencia, es el blázar de rayos gamma 3C 454.3, cuyas primeras observaciones se registraron en 1900, y se encuentra a 9 mil 600 millones de años luz de la Tierra.
Erica Benitez Lizaola, quien también es profesora en la Facultad de Ciencias, manifestó que el estudio de estos fenómenos es un verdadero reto tecnológico, ya que implica esfuerzos observacionales monumentales, es decir, decenas de telescopios espaciales y en Tierra, el monitoreo un solo objeto.
En el caso del blázar 3C 454.3, el 9 de mayo de 2005 se detectó un estallido de brillo extraordinario, sin precedente en los blázares, y que corresponde al estado mas luminoso observado en este tipo de objetos.
La especialista relató en su artículo que a partir de ese hecho, los astrónomos asociados al consorcio WEBT (Telescopio de Blázares de la Tierra Entera, por sus siglas en inglés) comenzaron a monitorear el brillo de este objeto durante meses.
Las observaciones analizadas, que incluyeron algunas previas al estallido, sumaron 5 mil 584, provenientes de 18 telescopios alrededor del mundo, entre los cuales se encontraron los telescopios de 1.5 metros y de 84 centímetros del Observatorio Astronómico Nacional en San Pedro Mártir.
Finalmente, la astrónoma consideró que queda mucho por hacer en el campo de la astronomía extragaláctica, antes de que los físicos puedan construir modelos físicos lo suficientemente detallados para explicar el origen de los estallidos de brillo.
La Revista Ciencia de la AMC puede consultarse en la página: www.revistaciencia.amc.edu.mx/
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