Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/219/17
Ciudad de México, 11 de octubre de 2017

• La educación, la innovación, la ciencia y la tecnología serán claves para hacer de México una gran potencia: Aurelio Nuño.
• En los Centros Conacyt trabajan más de 7 mil personas, el 72% se dedica a actividades de ciencia y tecnología.
• El rector de la UNAM instó a vincular más a los investigadores con las necesidades nacionales.
• La investigación científica debe dejar de ser una isla de vanidades y convertirse en un modelo de cooperación interdisciplina, asevera Gabriel Siade.

El director general del Conacyt, Enrique Cabrero y el secretario de Educación Aurelio Nuño, en la ceremonia del 25 aniversario del Sistema de Centros Públicos de Investigación del Conacyt.
Foto: Mariana Dolores/FCCyT.
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El Sistema de Centros Públicos de Investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), que integra a 27 instituciones dedicadas a la generación de conocimiento, transferencia tecnológica, formación de capital humano, comunicación social de la ciencia y un fideicomiso para financiar estudios de posgrado de jóvenes mexicanos, festejó hoy su XXV Aniversario en el Club de Banqueros de México.

El secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, que presidió la ceremonia, sostuvo que los centros Conacyt y las instituciones públicas del país que hacen investigación han sido y son claves para el futuro de México por tres grandes retos y objetivos que enfrentará el país: la cuarta revolución industrial, la libertad y el que México sea una gran potencia en el siglo XXI.

“La educación, la innovación, la ciencia y la tecnología serán claves para generar los procesos que le darán a México la fortaleza para ser una gran potencia”, destacó.

El director general del Conacyt, Enrique Cabrero Mendoza, señaló que la creación de estos centros se concentró en las décadas de los setenta e inicios de los ochenta, obedeciendo a una política de descentralización de la ciencia y la tecnología, pero el Sistema de Centros Públicos de Investigación se conformó, propiamente, en 1992.

Informó que en el Sistema trabajan más de 7 mil personas y el 72% de este personal se dedica a actividades de ciencia y tecnología. Además, 2163 de sus investigadores son miembros del Sistema Nacional de Investigadores.

Cabrero admitió que el Estado mexicano ha hecho una gran inversión en estos centros, la cual ha redituado y lo seguirá haciendo en los próximos años, ya que en la actual administración se ha priorizando la atención a problemas nacionales a través de la multidisciplina.

Cambiar las normas
En su oportunidad, Enrique Graue, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), expuso que queda claro que el Conacyt se ha consolidado como motor del desarrollo y de la infraestructura científica y tecnológica del país.

En la conmemoración de estos 25 años, dijo el rector, los centros ya son muy conocidos y reconocidos y suman 27: diez en ciencias exactas y naturales, ocho en ciencias sociales y humanidades, ocho más en desarrollo tecnológico y servicios y uno en financiamiento para estudios de posgrado.

“El actual Sistema de Centros Conacyt ha contribuido eficazmente en la generación de conocimiento, con la innovación tecnológica y con la formación de recursos humanos. Están presentes en 60 localidades del país, vinculándose con sectores públicos y privados regionalmente”, reconoció Graue, quien instó a vincular más a los investigadores con las necesidades nacionales, cambiar las normas y promover una actitud innovadora y colaborativa.

Además, el rector de la UNAM consideró necesario reconocer las necesidades de la industria, reconocer al Estado como aliado indispensable y, en resumen: “Debemos reconocernos los unos con los otros y trabajar para potenciar las capacidades de crecimiento. Vamos hacia el camino de la integración disciplinar para solucionar los problemas que nos plantea la época actual, que son complejos y que requieren la participación de diferentes disciplinas”.

Puntual en su mensaje, Gabriel Siade Barquet, presidente del Consejo Consultivo de Centros Públicos de Investigación del Conacyt, externó que la investigación científica “debe dejar de ser una isla de vanidades y convertirse en un modelo de cooperación interdisciplinar”.

Añadió que la ciencia tiene un sentido profundamente humano, económico, cultural, ético y espiritual. Por eso, expuso, la investigación científica “se enriquece con las inclusiones de campos del conocimiento que antes estaban vedados. Todos tenemos que aprender de las ciencias humanas, sociología, antropología, historia, derecho y de la democracia, la única forma de gobierno que nos permite debatir y pelarnos sin derramamiento de sangre”.

Siade Barquet dijo que la reorganización de los centros Conacyt tiene estos principios y valores esenciales, sin los cuales sería posible la interdisciplina y la cooperación científica.

“Para empezar hay que vincularnos entre nosotros. Conocernos para reconocernos, mirarnos para admirarnos, tender puentes y cruzarlos sin temor, abrir las aduanas para que otros entren y nos enseñen todo lo que saben, ese es el reto contemporáneo del Conacyt y de los centros”, resaltó.

El funcionario subrayó que en la investigación, como en el desarrollo tecnológico y la innovación la continuidad de los procesos es fundamental. Por ello, recordó que existe una propuesta para que la administración del Conacyt sea de ocho años para que traspase los cambios sexenales, y solicitó a Carlos Gutiérrez García, presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados apoye esta idea para beneficio del país.

Para el festejo del aniversario número 25 de los centros de investigación, el Conacyt organizó, además de la ceremonia de conmemoración, dos paneles de discusión: El papel del Sistema de Centros Públicos de Investigación en el México de hoy y Experiencias internacionales en la integración de un sistema de investigación.

En la ceremonia de aniversario estuvieron presentes los titulares de diferentes instituciones públicas, directores de los Centros, investigadores, académicos y legisladores.

Elizabeth Ruiz Jaimes.