Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/055/12
México, D.F., 12 de marzo de 2012

• Cuando a nadie le interesaban las elecciones, yo hice investigaciones electorales
• La alternancia sirvió solo a los partidos y no a los ciudadanos

El Dr. Jorge Alonso Sánchez, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
Foto: AMC
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Me hice investigador no porque lo haya querido sino por los problemas que me encontré con la gente, asegura Jorge Alonso Sánchez, especialista en Antropología y Estudios Políticos, adscrito al Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas).

El científico social miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), cuenta que en 1970 visitó el municipio de Janos, uno de los 67 ayuntamientos en que se divide el estado de Chihuahua. Ahí, en la cabecera de esa alcaldía, se encontró con que las señoras del pueblo tenían tomada la presidencia municipal y los señores habían quemado sus credenciales para votar porque les estaban imponiendo a un presidente desde el poder central.

“En ese entonces había mucho temor porque el ejercito podía entrar a reprimir y sacar a las señoras de su palacio municipal…estaba muy cerca el 68. Muy tempranamente, cuando a nadie le interesaban las elecciones, yo hice investigaciones electorales…y así seguí y las he seguido –haciendo- hasta la fecha”, narra.

En su larga trayectoria ha estudiando los procesos electorales y ha identificado, dice, “cuatro poderes fácticos que están al margen de dar cuenta a la gente y que nadie los ha elegido”:

El gran poder del dinero, que se ha ido concentrando y que está prácticamente en las grandes trasnacionales y en el poder financiero internacional, y éste se mete en todos lados y estropea absolutamente todo.

Otro es el poder de los grandes medios electrónicos de comunicación, que también están en pocas manos, influyen muchísimo en grandes sectores de la población y responden a intereses únicos de los dueños y a quiénes los dueños quieren.

El tercer poder es la alta burocracia eclesiástica que hace sus amarres, como traer al Papa, ejemplifica, “para aprovecharlo electoralmente”.

Y el cuarto poder que señala Alonso Sánchez es el poder del crimen organizado, con el narcotráfico adelante; éste, subraya, está imperando y ha corrompido al poder constitucional.

Luego de identificar estos poderes el investigador nivel tres del Sistema Nacional de Investigadores, explica que en México podrían aplicarse dos frases que han sostenido los
indignados de España frente a sus gobernantes: “Ustedes -de cualquier partido-, no nos representan, porque no están viendo por nuestros intereses”, y la segunda “eso que ustedes llaman democracia, no es democracia”.

Con esta visión, el doctor en Antropología, manifiesta que los que estudiaban los procesos electorales en este país tenían un pensamiento gradualista y sostenían que al haber un partido de Estado, este era autoritario y no había manera de que la gente participara, entonces la lógica era el “dedazo”, los elegidos por el poder, esos eran los que ganaban las elecciones y el proceso electoral era solo un ritual.

“Cuando viene la alternancia en la presidencia de México, pensamos que ya se podía hacer algo, y no, no se pudo hacer gran cosa, los partidos empezaron a tener más poder; el poder presidencial pasó a los partidos. Los gobernadores que tenían el control reprodujeron el presidencialismo casi de manera caciquil en cada una de sus regiones y la alternancia a los únicos a los que les sirvió fue a los partidos y no a los ciudadanos”, afirma.

El autor de libros como, “Elecciones en tiempos de crisis”, 1987, “Democracia Precaria”, 2000, “Democracia Amenazada”, 2002, y otros títulos más referentes a temas electorales, recomienda a los jóvenes y a la sociedad en general que se organice para resolver sus problemas.

Mensaje para los jóvenes

“Yo creo profundamente en la democracia, en esa que crea autonomía y no en la que está alienada por la heteronomía… los jóvenes tienen muchas capacidades…su fuerza deben ponerla en práctica y buscar la manera de resolver sus preocupaciones”.

Les recomienda que hagan asambleas y éstas sean un instrumento donde discutan, debatan, se pongan algunas metas, con alguna institucionalidad y si no funciona que vuelvan a discutir, “que no esperen de Mesías, ni de políticos, ni de gente de arriba, las soluciones que ellos tienen en sus manos, y que las pueden hacer operativas juntándose, discutiendo y creando”, señala.

“No se trata de conseguir el poder del Estado porque te encasilla y te devora, se trata de democracia… con otras formas de hacer política…con organización ciudadana para resolver problemas comunes”, sostiene.

Cátedra Jorge Alonso

La AMC celebra la creación de la Cátedra de Ciencias Sociales Jorge Alonso, en honor a este destacado sociólogo y profesor. El reconocimiento fue hecho por la Universidad de Guadalajara y por el Ciesas, región Occidente, quienes firmaron en el mes de enero un convenio de colaboración para crear esta distinción.

“Espero que esta nueva cátedra innove en otras maneras de hacer una ciencia abierta a los marginales y que rompa con los enfoques verticales y elitistas para buscar las potencialidades horizontales de creación entre todos. Me entusiasma que sea tanto un instrumento y un espacio para esas irreverentes y muy productivas formas de conocer” concluye.