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EL CORSO EN LA CONSTRUCCIÓN DEL GOLFO-CARIBE DESDE LA HISTORIA Y LA GEOGRAFÍA

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/163/16
Ciudad de México, 29 de julio de 2016

  • Los corsarios franceses e ingleses enlazaron vía marítima los espacios subregionales dentro de la región del Golfo-Caribe, la cual se convirtió en un espacio compartido y, al mismo tiempo, de disputa entre la Corona española y sus símiles francesa e inglesa en el siglo XVI.
Grabado del corsario inglés Francisco Dracus (Francis Drake).
Grabado del corsario inglés Francisco Dracus (Francis Drake).
Imagen: autor Crispijn van de Passe. Tomada de la Biblioteca Digital Hispánica.
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El corso ha sido definido por los historiadores como un grupo de navegantes cuyas actividades estaban legitimadas por un poder político a través de las cartas o patentes de corso, es decir, las actividades corsarias en mar y costas –incluyendo los asaltos a otras embarcaciones, así como negociaciones e intercambios comerciales– contaban con amparo de la autoridad real. Sin embargo, desde otras perspectivas historiográficas se trata de entender: ¿cuál fue el papel de navegantes franceses e ingleses en la conformación del espacio marítimo del Golfo-Caribe?, ¿cómo vivieron estos navegantes, los corsarios, el espacio marítimo?

En su trabajo doctoral el historiador Rodrigo de la O Torres estudió las actividades corsarias de navegantes ingleses y franceses en la región Golfo-Caribe (que abarca el actual Golfo de México, el Mar Caribe, incluyendo las costas continentales de Centroamérica y Suramérica, así como las Antillas Mayores y Menores), entre 1527 y 1620.

“La historiografía del fenómeno de la piratería en América durante la época colonial permite afirmar que la presencia de corsarios fue un elemento común en el Golfo-Caribe. Esto resultó un punto de partida para caracterizar ese espacio a través de la actividad de corsarios ingleses y franceses entre 1527 y 1620. Me concentré de manera específica en el espacio marítimo, el cual abarca las costas y los puertos de la región”, explicó el investigador.

Como parte de su investigación y con el fin de revisar documentos de la época, Rodrigo de la O Torres visitó el Archivo General de Centroamérica, en la ciudad de Guatemala; el Archivo General de Indias, con sede en Sevilla, España; y el Archivo General de la Nación, en la Ciudad de México. Además, complementó su búsqueda de información con visitas virtuales al acervo digitalizado de la Biblioteca Nacional de España, Biblioteca Nacional de Francia, Biblioteca Digital del Archivo General de la Nación en República Dominicana, entre otros.

El trabajo “De corsarios mares y costas. El corso en la construcción del espacio Golfo-Caribe, 1527-1620”, reconocido con el Premio de la Academia Mexicana de Ciencias a las mejores tesis de doctorado en el área de Humanidades 2015, consta de tres partes.

La primera trata de la perspectiva de la Corona española respecto al espacio marítimo. “Encontré una serie de aspectos políticos, económicos, técnicos y culturales que en conjunto conformaron el punto de vista de la Monarquía hispánica en torno al mar-océano”. El autor coloca en contexto las tensas relaciones entre Carlos I, inicialmente, luego Felipe II y Felipe III con sus pares europeos, teniendo como eje la disputa del espacio marítimo.

La segunda parte de la investigación contiene la reconstrucción de rutas de navegación de corsarios franceses e ingleses, mismas que fueron parte de la construcción del espacio marítimo del Golfo-Caribe. Lo anterior está acompañado del panorama histórico de la región, además de las perspectivas de autoridades hispanas coloniales y vecinos de los puertos en relación a la presencia de los corsarios.

La tercera parte de la tesis doctoral retrata a los corsarios del Golfo-Caribe y para ello el investigador se enfocó en analizar la composición social de las embarcaciones, en reconstruir algunas biografías, además de estudiar las relaciones con la sociedad colonial (conformada por españoles, población aborigen americana, negros y afrodescendientes); todo esto en el marco de las prácticas de violencia y negociación para llevar a cabo intercambios comerciales.

Las rutas corsarias
Para entender cómo se diseminaron los corsarios franceses e ingleses en el espacio marítimo del Golfo-Caribe, el investigador documentó el proceso histórico de la llegada y la expansión de estos navegantes y reconstruyó 145 rutas marítimas, algunas más completas que otras dependiendo de la información disponible. “Lo que me interesaba era identificar dónde comenzaba su recorrido y cuáles eran sus actividades en la región de estudio, traté de darle sentido y entender cómo se fueron expandiendo los corsarios en el Golfo-Caribe a través de dos procesos: el de expansión-recurrencia y el de recurrencia-expansión”.

El término “expansión” refiere al camino que siguió el corso en aguas del Golfo-Caribe para extender sus espacios de acción en cada una de las subregiones Golfo-Caribeñas. Mientras que la palabra “recurrencia” es empleada para enfatizar las reiteradas incursiones de corsarios a distintos puertos y espacios costeros de islas y suelo continental. “Los procesos de expansión/recurrencia (de 1527-1566) y de recurrencia/expansión (de 1567-1620), fueron definidos a partir de las rutas de corsarios en los años de estudio; así, el primero de ellos fue protagonizado por galos, mientras que el segundo por ingleses”.

Con esta información, Rodrigo de la O planteó dos trayectorias de conformación de la región distintas, pero ligadas entre sí: la que realizaron franceses e ingleses y la que llevaron a cabo los españoles. Además, detectó que la incorporación del corso en la vida de los puertos hispanos y costas de la región fue paulatina, pero que formó parte de la vida colonial y constituyó uno de los componentes que dieron sentido al Golfo-Caribe como región.

Los corsarios galos y anglosajones enlazaron vía marítima a cada uno de los espacios al interior de la región, con lo cual convirtieron las aguas caribeñas y del Golfo de México en espacios compartidos y, al mismo tiempo, disputados a la Corona española.

Una de las conclusiones a las que el investigador llegó es a la “necesidad de reflexionar acerca de los términos, englobados en el fenómeno de la piratería, de corsarios, piratas, bucaneros y filibusteros, lo cual requiere una búsqueda profunda en los archivos de diferentes países para comprender las relaciones entre el fenómeno de la piratería y otros ámbitos del mundo colonial”.

Noemí Rodríguez González.

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