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DOMINGOS EN LA CIENCIA Y LA ERA DE LOS MATERIALES

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/075/13
México, D.F., 26 de febrero de 2013

  • Sin el estudio de los materiales no habría sido posible el desarrollo de la tecnología
  • Se preparan actividades para celebrar en 2014 el Año Internacional de la Cristalografía
La doctora María Elena Villafuerte Castrejón durante su charla “La tecnología y los nuevos materiales”, ofrecida al público en el Museo Tecnológico de Chapultepec.
La doctora María Elena Villafuerte Castrejón durante su charla “La tecnología y los nuevos materiales”, ofrecida al público en el Museo Tecnológico de Chapultepec.
Foto: AMC.
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Con el arribo del siglo XX también se inició una nueva era, la de los materiales. Nunca en toda la historia de la humanidad se había visto un progreso tan grande en la tecnología, del motor de combustión interna a las estaciones espaciales, de los primeros teléfonos a la era de la informática, de la regla de cálculo a las cada vez más potentes computadoras.

“Así como hay una edad de piedra, una de cobre, una de bronce, la de hierro, la edad media, la edad moderna, ¿saben cómo nos van a conocer los historiadores?, en que esta es la era de los materiales. Materiales que siempre han existido pero que no habíamos aprovechado”, explicó la doctora María Elena Villafuerte Castrejón en su plática “La tecnología y los nuevos materiales”.

La charla de la especialista formó parte del ciclo de conferencias que ofrece Domingos en la Ciencia, programa de la Academia Mexicana de Ciencias, que tiene como sede permanente el Museo Tecnológico de la Comisión Federal de Electricidad.

En su exposición, la investigadora del Instituto de Investigaciones en Materiales de la Universidad Nacional Autónoma de México, sostuvo que sin el estudio de los materiales no habría sido posible el desarrollo de la tecnología.

“Alguien me dijo que era la era del genoma, pero sin los materiales, ni los programas de cómputo, no se habría descubierto el genoma. Otros dicen que es la era de la informática, pero nuevamente sin materiales no hay informática”, añadió.

Informó que el año 2014 fue declarado como Año Internacional de la Cristalografía, en el que se conmemorará que hace un siglo se resolvieron las primeras estructuras cristalinas, que dio paso a todo este auge en la investigación de los materiales y al desarrollo tecnológico.

“El desarrollo tecnológico que se ha dado en los últimos 100 años ha sido exponencial, es decir, un círculo virtuoso. Esto es impactante. Por eso doy el ejemplo de los discos de acetato, luego llegaron los discos compactos y después otras tecnologías; las computadoras, en tres años ya son obsoletas, entonces el repunte es exponencial”, destacó la también integrante de la AMC y de la Sociedad Mexicana de Cristalografía.

Para el próximo año -dijo-, vamos a organizar varios eventos para celebrar y en todo el mundo se están festejando los 100 años de que se conoció por primera vez una estructura cristalina.

María Elena Villafuerte precisó que aun está en planes, pero hasta ahora se tienen contemplados seminarios, conferencias, cursos y un congreso que se realizará este año.

Durante su charla, la experta en la investigación de cerámicas destacó por otro lado, que la investigación en materiales es un ejemplo de trabajo interdisciplinario.

“Por ejemplo, yo como química los hago y los caracterizo, luego los físicos miden sus propiedades, cuando se tiene listo el compuesto se va con los ingenieros, quienes diseñan los dispositivos en los que se van a aplicar los compuestos”, explicó.

Agregó que el estudio de los materiales se hace en su estado sólido. Después se busca sintetizar los compuestos con propiedades interesantes, se analizan con rayos X, con microscopía electrónica, entre otras técnicas.

Gracias a esto –añadió- se conoce su estructura y se comienza a experimentar con el intercambio de átomos y se observan sus propiedades. “Lo que hacemos los que estudiamos materiales es introducir defectos a las estructuras cristalinas para cambiar sus propiedades”.

Villafuerte Castrejón ejemplificó con el grafito que se encuentra en los lápices y los diamantes, en los que este material tiene la misma estructura, pero lo que marca la diferencia entre ellos -a parte del precio-, es la forma en que están acomodadas las partículas. Lo mismo ocurre entre el zafiro y un ladrillo común, que tienen la misma composición pero sus moléculas están distribuidas de manera diferente.

Por último, comentó que la ciencia requiere de un mayor impulso para su difusión y “que los jóvenes vean que estudiar las áreas científicas lo puede hacer cualquier persona, que la investigación es bonita, divertida. El trabajo del investigador es el más noble, el más hermoso que hay, no hay dos días iguales, es un reto cotidiano”, concluyó.

Miriam Montserrat Gómez Mancera

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