Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/038/15
México, D.F., 18 de febrero de 2015
El doctor Carl Djerassi, miembro fundador de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), realizó diferentes contribuciones que favorecieron el desarrollo industrial de los esteroides. Su investigación incluyó el estudio de la composición química de plantas mexicanas y de organismos marinos. Desarrolló las metodologías de la dispersión óptica rotatoria y del dicroísmo circular, las cuales se utilizan para determinar la estructura tridimensional de diferentes sustancias, destacó el doctor Guillermo Delgado Lamas, del Instituto de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La obra científica de Djerassi, que murió el viernes 30 de enero a los 91 años de edad en San Francisco, en Estados Unidos, quedó plasmada en más de mil 200 publicaciones. En lo que respecta a su también reconocida faceta humanista, fue autor de una decena de novelas y varias obras de teatro, algunas abordan temas autobiográficos que permiten al público familiarizarse con la actividad científica.
Al investigador, quien nació en Austria y tuvo las nacionalidades búlgara y estadounidense, se le reconoce mundialmente por haber sintetizado el compuesto que permitió el desarrollo de la píldora anticonceptiva junto con los mexicanos Luis Miramontes y George Rosenkranz, éste último de origen húngaro, lo que revolucionó la sexualidad de las mujeres, transformó a la sociedad y se convirtió en uno de los casos de mayor éxito de la vinculación ciencia-industria del siglo pasado, para muchos el más grande.
Posiblemente la última ocasión en la que Carl Djerassi visitó la Ciudad de México fue para participar en el Congreso Mexicano de Química del 2006, con el que se celebraron los 50 años de la Sociedad Química de México, recordó Guillermo Delgado, integrante de la AMC. El doctor Djerassi aceptó la invitación del académico mexicano y presentó una conferencia en ese evento, en el que también participó el doctor K. Barry Sharpless, Premio Nobel de Química 2001, entre otros conferencistas.
En el marco de este congreso se representó en el Teatro de la Ciudad, por primera vez en español, la obra de teatro Oxígeno, escrita por Carl Djerassi y Roald Hoffmann -Premio Nobel de Química 1981-, y cuyo tema se refiere a la controversia por la autoría del descubrimiento de ese elemento entre Scheele de Suecia, Lavoisier de Francia y Priestley de Inglaterra.
Carl, quien también se hizo miembro correspondiente de la AMC, trabajó en la empresa Syntex en dos épocas 1949-1952 y 1957-1959, posteriormente en diversos períodos. Invitado en 1949 por George Rosenkranz, entonces director de Investigación y Desarrollo de la farmacéutica, Djerassi de tan sólo 26 años, tuvo a su cargo el desarrollo de anticonceptivos y de anti-inflamatorios esteroidales, para lo cual tuvo a su disposición recursos materiales, además de un grupo de colaboradores.
En las pasadas décadas de los 50 y 60, Djerassi y Rosenkranz obtuvieron hallazgos científicos relevantes, los cuales fueron publicados en cerca de medio centenar de artículos, la mayoría de ellos sobre el tema de esteroides y de la búsqueda de sustancias con propiedades anticonceptivas y anti-inflamatorias.
En estas publicaciones participaron como autores varios académicos mexicanos –lo que hizo posible la relación entre la empresa Syntex y el Instituto de Química de la UNAM– fue el caso de Jesús Romo, Octavio Mancera, José Iriarte, Enrique Batres, José F. Herrán, Alberto Sandoval, Armando Manjarrez, Luis Miramontes y otros investigadores. Sus trabajos aparecieron en varias revistas de prestigio entre las que se encuentran Journal of the American Chemical Society y Journal of Organic Chemistry.
La industria de los esteroides en México
En 1920, aproximadamente, ya se conocía el papel de los esteroides en la fertilidad humana, tanto promoviéndola como inhibiéndola. La progesterona, una hormona esteroide, ya era reconocida como una sustancia que inhibe el embarazo.
En 1951, la firma Syntex obtuvo la noretindrona –principio activo de la píldora anticonceptiva– a través de una serie de transformaciones químicas en donde la materia prima era la progesterona, misma que se obtenía a partir de la diosgenina, una sustancia natural que se encuentra en la raíz del barbasco, planta que se localiza en varios estados del país.
La transformación de la diosgenina a la progesterona, a escala industrial, que consiguió la compañía Syntex (fundada en nuestro país en 1944), fue posible gracias al proceso conocido como degradación de Marker. Lo anterior se considera el inicio de la industria de los esteroides, ya que permitió la disponibilidad directa de progesterona –antes escasa y cuya venta era por miligramos– que podía ser modificada químicamente para obtener sustancias derivadas de ella, como la noretindrona.
Así, cuando Syntex tuvo acceso a mayor cantidad de progesterona, los investigadores que trabajaban en esta empresa pudieron preparar en el laboratorio una serie de derivados químicos con el objetivo de explorar sus propiedades biológicas; en particular la comparación de la actividad inhibidora del embarazo de la progesterona con respecto a la actividad de los derivados obtenidos.
La síntesis de la noretindrona ocurrió en 1951, mientras que la patente fue otorgada en 1956, y la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) permitió la producción y comercialización del fármaco, el cual apareció pocos años después con el nombre de Norlutina. Por la misma fecha la empresa estadounidense Searle también lanzó al mercado un producto anticonceptivo llamado Envoid.
La noretindrona es una sustancia no natural con la estructura fundamental de un esteroide, y es similar en su estructura a la testosterona, la hormona sexual encargada de regular las características masculinas como el vello corporal y facial, sin embargo es necesario señalar que “pequeñas variaciones estructurales en una molécula causan un profundo cambio en sus propiedades biológicas”, dijo el doctor Delgado.
Ejemplo de lo anterior es la progesterona, que a pesar de tener una estructura parecida a la testosterona, se produce cuando la mujer está embarazada para evitar un nuevo embarazo. En este sentido, la noretindrona tiene mayor actividad de inhibición del embarazo que la progesterona.
Aunque en nuestro país se ha cultivado la investigación química de sustancias presentes en la naturaleza; es decir, la determinación de su estructura y el conocimiento de su reactividad química, el descubrimiento de una fuente abundante de una sustancia, mediante transformaciones químicas para obtener un producto de interés desde la perspectiva de la industria farmacéutica –como sucedió con algunos esteroides, entre ellos la noretindrona–, fue un caso excepcional a nivel mundial.
“El talento y capacidad de trabajo de Djerassi, enmarcados en las actividades de la empresa Syntex, así como la búsqueda de sustancias bioactivas a partir de la progesterona, y el inicio de la institucionalización de la investigación en México, favorecieron el desarrollo de la industria de los esteroides en nuestro país. Es indudable que el doctor Carl Djerassi desempeñó un papel importante en este contexto, ya que junto con George Rosenkranz y Alejandro Zaffaroni mantuvieron el liderazgo de la empresa Syntex a nivel mundial en la industria farmacéutica por varios años”, finalizó el investigador.
Noemí Rodríguez González.
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