Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/123/18
Ciudad de México, 21 de mayo de 2018
El estudio de enfermedades en animales es de gran importancia por múltiples factores, entre ellos el riesgo de transmisión al humano y las repercusiones económicas que conllevan. Uno de los padecimientos que ha llamado la atención de investigadores mexicanos es la babesiosis bovina, transmitida por garrapatas y con capacidad de producir la muerte del ganado.
Dicha enfermedad suele ser confundida con otras y ante la falta de métodos de diagnóstico confiables y debido a que los tratamientos para esta enfermedad implican pérdidas para los ganaderos, ya que no se puede consumir la leche ni la carne de los bovinos por varias semanas, un grupo de investigación de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) se ha enfocado en crear nuevas vacunas y métodos de diagnóstico para hacer más eficiente su control.
Las garrapatas son uno de los principales vectores transmisores de enfermedades a nivel mundial, en México la babesiosis bovina es causada por Babesia bigemina y Babesia bovis, las cuales son trasmitidas por dos especies de garrapatas presentes en el país: Boophilus microplus y Boophilus annulatus.
El investigador Juan Mosqueda Gualito, de la Facultad de Ciencias Naturales de la UAQ, dijo que la babesiosis es difícil de diagnosticar porque los animales infectados no presentan signos clínicos y solo cuando están en la fase aguda de la enfermedad pueden ser diagnosticados con mayor certeza. A la fecha no existen en México, ni en la mayoría de los países en donde la enfermedad es endémica, métodos de diagnóstico sensibles, automatizados y confiables, ni vacunas seguras que den protección adecuada al ganado bovino.
El integrante de la Academia Mexicana de Ciencias se ha dedicado, junto con su equipo de investigación, a estudiar la interacción parásito-vector (entre el patógeno y la garrapata) para mejorar los métodos de diagnóstico, y desarrollar vacunas basadas en proteínas producidas de forma recombinante.
Para lo anterior, indicó Mosqueda, es importante identificar las proteínas que le sirven al patógeno para infectar a la garrapata. Por ello recurre a una estrategia genómica, la cual consiste en revisar los genomas ya publicados de los patógenos (en este caso Babesia bigemina y Babesia bovis) y buscar los genes que codifican a proteínas que pudieran participar en el proceso de infección dentro del vector.
“Posteriormente utilizamos herramientas bioinformáticas para caracterizar estos genes y con estrategias proteómicas comparamos todas las proteínas de la garrapata y las del patógeno; de esta manera vemos cómo interactúan las proteínas de uno y de otro durante el proceso de infección”, señaló el doctor en ciencias veterinarias.
En colaboración con otros grupos de investigación, nacionales e internacionales, Juan Mosqueda identificó un gen que codifica una proteína que el patógeno utiliza para reproducirse dentro del organismo de la garrapata.
Esta información le permitió desarrollar una vacuna para el ganado bovino compuesta de péptidos de varias proteínas —a partir de epítopos B conservados de distintas cepas de este parásito— para bloquear los diferentes mecanismos de invasión del patógeno.
“Con la vacuna —sostuvo Mosqueda— tratamos de evitar que las garrapatas se enfermen, ya que es justamente dentro del vector donde el patógeno se multiplica para generar la infección, si lo logramos a largo plazo tendríamos vacunas bloqueadoras de la trasmisión que impidan que la garrapata infecte a las vacas”.
La vacuna que se propone es para que el ganado vacuno genere anticuerpos, de esta manera cuando la garrapata se alimente de la sangre del animal los anticuerpos van a actuar en el intestino de la garrapata, en donde se encuentran varias fases de la babesia, y con ello impedir que se complete la infección.
Al respecto de la etapa en la que se encuentra esta vacuna contra la babesiosis bovina, el especalista en inmunoparasitología mencionó que este año probarán la vacuna en el ganado para poder evaluar su efecto y si funciona de la manera en la que se espera, buscará registrarla ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial a finales de año, con la expectativa de que alguna empresa se interese, por lo que podría decirse que la vacuna se encuentra en la última parte del desarrollo experimental.
En la actualidad, el expresidente de la Asociación de Parasitólogos Veterinarios trabaja en analizar el ADN (ácido desoxirribonucleico) de las garrapatas colectadas de muchos animales de diferentes partes del país, y de esta manera conocer qué patógenos transmiten, esto con el fin de estimar cuál es la presencia de enfermedades de importancia zoonótica en el país, un aspecto aún poco estudiado.
Noemí Rodríguez González.
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