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Contaminación del aire y cambio climático

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/109/19
Ciudad de México, 3 de junio de 2019

  • De acuerdo con la ONU, 92% de los habitantes del mundo no respira aire limpio y estima que la contaminación por ozono a nivel del suelo reducirá el rendimiento de los cultivos básicos 26% para 2030.
  • La contaminación del aire es el mayor riesgo ambiental para la salud: se cobra 7 millones de vidas cada año.

Contaminación del aire en la Ciudad de México.
Contaminación del aire en la Ciudad de México.
Foto: Shutterstock.

La lucha contra la contaminación del aire es la protagonista del 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente 2019, y esto es muy relevante porque los gases y partículas que se emiten y que contribuyen a la contaminación del aire, también cambian el balance del planeta y contribuyen al calentamiento global, dijo en entrevista Graciela Raga, investigadora del Departamento de Ciencias Atmosféricas en el Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM.

De acuerdo con Naciones Unidas, la implementación de 25 políticas de tecnología, para atacar el problema de contaminación del aire, en Asia y el Pacífico, podría producir una reducción de hasta 20% en las emisiones de dióxido de carbono y de 45% en las emisiones de metano a nivel mundial, lo que evitaría 0.3°C de calentamiento global.

El Día Mundial del Medio Ambiente es un evento global liderado por ONU Medio Ambiente que se recuerda cada 5 de junio en miles de comunidades del planeta. Este 5 de junio China será el anfitrión global en Hangzhou, provincia de Zhejiang, recordó la investigadora.

La también integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, reconoció que la mayoría de las personas no está muy informada sobre el cambio climático, pero entienden los daños y los efectos de tener mala calidad del aire en el lugar donde viven.

Por lo que explicó que muchos de los gases, que se producen en las zonas urbanas o donde hay contaminación del aire, también afectan el clima, “aumentan la tasa del calentamiento global e incrementan la tasa de cambio de la temperatura”. Por ello, añadió, es importante que los países adopten políticas públicas para reducir las emisiones que contaminan el aire y contribuyen al calentamiento global.

En la Ciudad de México el sector que más contribuye a la contaminación del aire es el del transporte, que incluye vehículos particulares, transporte público y de carga. En este último hace falta mayor regulación para evitar que circulen en periodos de contingencia ambiental, como se contempla en el nuevo plan de contingencia presentado recientemente. En lo referente al transporte público, señaló que el gobierno tiene la obligación de promover un transporte que sea eficiente, digno y con un nivel de mantenimiento comprometido. “Sin duda debe haber un compromiso de la Ciudad y por eso la población debe estar bien informada para exigir una mejor calidad de aire, que se traduce en mejor calidad de vida”.

Este año el Día Mundial del Medio Ambiente nos recuerda que no podemos vivir sin respirar y que tener una mala calidad de aire perjudica a los sectores más vulnerables, a los niños porque respiran más veces por minuto y a los ancianos porque ya tienen acumulada una exposición a la contaminación y problemas de salud derivados de la edad. “Ya sabemos que las partículas más finas, las que tienen carbono negro, son cancerígenas y que pueden llegar a los alveolos y al torrente sanguíneo”.

Recordó que hace dos décadas en la Ciudad de México se permitían mayores concentraciones de gases precursores de ozono y de partículas de las que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), y aunque ahora las normas tienen umbrales menores, aún queda un largo camino. “Para partículas menores a 2.5 micras la OMS recomienda 25 microgramos por metro cúbico y en la Ciudad se permite una concentración de hasta 45 microgramos por metro cúbico”.

Otro problema es que en México no existe responsabilidad legal sino se cumple la norma, por lo que en la capital del país tenemos mala calidad del aire entre 280 y 300 días al año. “En Estados Unidos sí hay consecuencias directas contra las ciudades, si alguna no mantiene una calidad del aire aceptable, entonces no recibe algunos subsidios, dejan de recibir dinero federal”, ejemplificó.

Raga, quien ha trabajado la línea de investigación “contaminación del aire” desde 1996 y es parte del comité científico de la Coalición de Clima y Aire Limpio para Reducir Contaminantes de Vida Corta informó que las ciudades más contaminadas en el país son la Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, pero que hay otras comunidades o poblaciones de más de 500 mil habitantes que no cuentan con instrumentación para monitorear su calidad del aire. Además, en varias ciudades de más de un millón de habitantes, también existe este problema de ausencia de datos, donde tampoco se conoce los niveles de contaminantes y donde no hay control de las emisiones.

La Coalición
Sobre la Coalición de la que forma parte, comentó que es una asociación voluntaria para mejorar la calidad del aire y la protección del clima mediante acciones para disminuir contaminantes de vida corta. Dicha asociación nació en 2012 y México fue uno de los países fundadores junto con los gobiernos de Bangladesh, Canadá, Ghana, Suecia y Estados Unidos. Hoy la conforman 160 entidades, entre ellas gobiernos, empresas, instituciones científicas y organizaciones de la sociedad civil.

Raga explicó que los contaminantes de vida corta son sustancias con una vida relativamente breve en la atmósfera; los principales son el carbono negro (hollín), el metano y el ozono troposférico, caracterizados como los que más contribuyen al cambio climático después del dióxido de carbono (CO2).

También mencionó a los hidrofluorocarbonos (HFC), potentes gases de efecto invernadero que también se clasifican como contaminantes de vida corta. Si no son controlados podrían ser los responsables de casi el 20% de la contaminación climática en 2050.

La Coalición considera que si se toman medidas rápidas y generalizadas para reducir estos tóxicos, es probable que puedan bajarse las emisiones de metano en 25% y carbono negro en 75%, y eliminar los hidrofluorocarbonos de alto potencial de calentamiento global por completo en los próximos 25 años.

La reducción de los contaminantes climáticos de vida corta (CCVC) mantiene abierta la puerta de los 2°C, y al ayudar a resolver el problema climático ofrece además efectos positivos en la producción de cultivos para comida y en la salud de las personas. Para mayor información se puede visitar http://www.ccacoalition.org

Elizabeth Ruiz Jaimes.

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