Academia Mexicana de Ciencias
Boletí­n AMC/57/06
México, D.F., jueves 26 de octubre de 2006

• Es indispensable la participación social para el desarrollo cientí­fico, coinciden especialistas
• Se requiere reinventar la evaluación del trabajo cientí­fico en México, indica Rafael Loyola

í“scar Monroy, rector de la UAM-Iztapalapa, acompañó a Rafael Loyola en la clausura.
Foto: Claudia Macedo/AMC
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Es necesario incorporar y fortalecer la ética en el quehacer cientí­fico y en el desarrollo tecnológico, así­ como crear espacios de participación social puesto que son asuntos que no sólo competen a los investigadores o a los tecnólogos, afirmó Rafael Loyola, coordinador del coloquio Ciencia y í‰tica en la Globalización.

¡Queda claro que ya no puede seguirse dando un desarrollo cientí­fico sin una mayor participación social!, señaló el secretario técnico de Investigación y Vinculación de la Coordinación de Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). ¡Tienen que participar otros actores sociales para definir lí­neas y valores, y en este caso valores éticos!.

Loyola resaltó que durante el coloquio (realizado los dí­as 24 y 25 de octubre( se evidenció que los criterios y mecanismos existentes son insuficientes para atender los dilemas o conflictos éticos de los investigadores o los conflictos de interés. ¡Hay que actualizar y que extender toda la reflexión ética y hay que empezar a definir criterios y alguna normatividad e instancia en donde se ventilen y se ocupen de este tipo de problemas!.

El coloquio, que contó con la participación de especialistas de México, Francia y España, fue organizado por la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), las coordinaciones de Humanidades y de la Investigación Cientí­fica de la UNAM, el Instituto de Investigación y Desarrollo de Francia (IRD) y la Embajada de Francia en México.

Rafael Loyola también mencionó como una de las recomendaciones derivadas del encuentro la necesidad de reinventar la evaluación del trabajo cientí­fico en México.

¡Hay que repensar criterios y mecanismos de evaluación. Requerimos cambiar los ejes de un desarrollo muy tradicional, en el que la ciencia se valoraba por sí­ misma; ahora los ejes se están yendo por el lado del impacto social!, dijo.

Loyola señaló que, de acuerdo con las opiniones de los especialistas participantes en el coloquio llevado a cabo en el Instituto de Astronomí­a de la UNAM, se requiere fortalecer la formación en ética desde la educación básica, así­ como revalorar la posición que tienen la ciencia y la tecnologí­a en la agenda pública. En ese sentido, destacó que es importante hacer énfasis en que la ciencia es parte esencial de la cultura del paí­s.

De igual manera, el coordinador del coloquio insistió en que es importante profesionalizar la gestión en ciencia y tecnologí­a, así­ como la divulgación de la ciencia.

Por su parte, Ingrid Brena, del Instituto de Investigaciones Jurí­dicas de la UNAM, aclaró que establecer normas jurí­dicas no es garantí­a de que todos los problemas sean resueltos. “Sin embargo, ayudan a establecer lí­mites entre lo permitido y lo no permitido, que a la larga favorece que la actividad cientí­fica se realice con mayor certidumbre y confianza”, acotó.

Resaltó que ahora el desafí­o del Derecho consiste en reconocer los cambios culturales generados por el avance de la ciencia y la tecnologí­a, para proponer respuestas más o menos inmediatas y ajustes al orden normativo.

Finalmente, Juan Pedro Laclette, presidente de la AMC, subrayó que al hablar de temas complejos como la ciencia, la ética y la globalización, durante el coloquio se tuvo como resultado una reflexión igual de compleja, e informó que próximamente se hará la publicación las memorias del evento, a fin de darles seguimiento a las propuestas planteadas en el mismo.