Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/431/13
México, D.F., 6 de diciembre de 2013
El acceso al agua ha sido tradicionalmente una fuente de conflicto pues se trata de un recurso que no conoce fronteras. Sin embargo, también puede ser un catalizador para la cooperación y la construcción de la paz, coincidieron expertos participantes en la clausura del Año Internacional de la Cooperación en la Esfera del Agua 2013 que inició ayer en el Museo de Antropología de la ciudad de México.
La cooperación en el manejo del agua contribuye a mitigar las tensiones políticas, culturales y sociales y construir confianza entre los diferentes grupos, géneros, comunidades, regiones y países. Es además clave para el desarrollo socioeconómico, la erradicación de la pobreza, la equidad social, la igualdad de género y la sustentabilidad ambiental, señalaron los especialistas provenientes de cinco continentes.
En este foro, organizado por la Unesco con el apoyo del gobierno mexicano a través de la Comisión Nacional del Agua, académicos y funcionarios provenientes de todo el mundo expusieron en conferencias y mesas de análisis, los logros alcanzados este año en la cooperación en materia del agua, las modalidades que podrían potenciarla y fijar así la agenda para el siguiente año internacional. Constará de dos sesiones, la primera que se realizó el día de ayer y hoy continuará en el Palacio de Minería.
“Es necesario desarrollar metodologías para alcanzar un acceso equitativo al agua, implementar acciones innovadoras para fortalecer la cooperación internacional, promover políticas que sean transfronterizas e incentivar la cooperación entre generaciones de habitantes de una misma comunidad”, expresó Blanca Jiménez, secretaria del Programa Hidrológico Internacional (PHI) de la Unesco durante su participación.
Para la también ex vicepresidenta de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), a lo largo de la jornada fue evidente la importancia de la cooperación para tener un mejor manejo del agua pues, aseguró, surgen muchos problemas cuando se comparte entre cuencas, tanto de países como entre territorios vecinos; entre usuarios, para la agricultura o para las ciudades y la industria; o entre instituciones, de gobierno y privadas.
No obstante, aseguró que el tema del manejo del agua ha avanzado, “ya no es la idea de los países desarrollados que analizan cómo apoyar a los países en vías en desarrollo sino que ya es un trabajo entre iguales; eso es cooperación: qué podemos hacer juntos”.
Polioptro Martínez, coordinador de la región América Latina y el Caribe del PHI y miembro de la AMC, habló sobre la relación que hay entre México y Estados Unidos en materia de agua, la cual está regida por la doctrina Estrada, es decir, los recursos naturales compartidos entre las naciones, y en particular el agua deben ser utilizados y administrados por ambos.
Además el experto enlistó las principales herramientas para la cooperación entre las naciones que comparten recursos: compartir información veraz acerca de las cuencas que sea construida de manera conjunta, crear organizaciones binacionales e internacionales que sean autónomas y por último, el financiamiento.
María Luisa Torregrosa, coordinadora de la Red de Agua de la AMC, destacó: “La resolución de los problemas del agua requiere de miradas, enfoques y saberes no solamente científicos sino también saberes que actualmente tienen su origen en una diversidad muy grande y que no tenemos todavía estrategias ni mecanismos de financiamiento para incorporarlos y diversificar y ampliar la mirada del sector público hacia esas soluciones”.
Ideas para mejorar la cooperación
Por su parte, Roberto Olivares, director General de la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento en México, resaltó las características que, desde su perspectiva, debe tener una buena cooperación internacional: que genere capacidades reales para producir beneficios completos para los ciudadanos; que establezca equilibrios justos en las esferas regionales y transfronterizas; y que vaya más allá de la creación de conciencia para generar los incentivos que hagan que nuestros líderes políticos le den al tema la importancia, los recursos y la atención que necesita.
Asimismo, habló de lo que espera México en foros de este tipo: “Estamos buscando una cooperación internacional que nos aporte lo que realmente necesitamos en las distintas esferas de la gestión del agua, no solo lo que las agendas de los países tienen para ofrecer. Estamos dispuestos a salir a cooperar con los países hermanos en los temas en los que más hemos aprendido, queremos que la cooperación internacional genere resultados concretos y queremos posicionar en la agenda global las preocupaciones de nuestros compatriotas y en general de nuestra región”.
En este contexto, propuso que las capacidades de un país para medir, monitorear, administrar y preservar sus recursos así como para garantizar servicios de calidad, sean consideradas en los índices internacionales de competitividad; de esta forma, sostuvo, se podrían crear nuevos incentivos que apoyen las acciones emprendidas en materia de agua.
El foro sirvió para anunciar la futura agenda de México en estos temas. En el 2014, nuestro país será anfitrión de la Junta de Gobernadores del Consejo Mundial del Agua; en 2016 será sede de la Asamblea General de la Red Internacional de Organismos de Cuenca, y en 2017 recibirá a la Comisión Internacional de Riego y Drenaje.
Alejandra Monsiváis Molina, Mariana Dolores y Luz Olivia Badillo.
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